jueves, 28 de febrero de 2008

Primer foro de Naciones Unidas sobre tráfico humano

Activistas de derechos humanos, artistas y funcionarios de la ONU dijeron el miércoles que un "muro de silencio" en torno a muchas víctimas del tráfico humano está frustrando los esfuerzos por eliminar el azote global.

Los conferencistas al inicio del primer foro de Naciones Unidas sobre tráfico humano pidieron que las víctimas sean desestigmatizadas y los negocios sospechosos boicoteados.

"La manera más efectiva es romper el muro de silencio que lo rodea," dijo Suzanne Mubarak, esposa del presidente de Egipto, a la asamblea de 1.200 representantes de Gobiernos y ONG, legisladores, líderes empresariales y víctimas del tráfico humano de 116 países.

"Mucha gente no quiere saber sobre ello, muchos de ellos están en negación, a mucha gente francamente no le importa," señaló en una conferencia de prensa la actriz británica Emma Thompson, ganadora de un Oscar.

La ONU estima ganancias anuales por el tráfico humano de más de 30.000 millones de dólares, con 2,5 millones de personas atrapadas en trabajos forzados, incluyendo explotación sexual, matrimonios obligados o presionados a proveer partes del cuerpo para el mercado negro de órganos.

Marco para una campaña

En el 2005 se hizo efectivo un protocolo de la ONU antitráfico, creando un marco de trabajo para una campaña y 110 naciones lo han firmado, pero muchas otras son lentas o reticentes a promulgar legislación nacional contra ese delito.

Antonio María Costa, director de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), dijo que faltan jugadores importantes en la lista de ratificación, como India y Japón, mientras que Pakistán ni siquiera ha firmado el protocolo.

Aparte de la acción gubernamental, las compañías privadas también deben unirse a la batalla contra el tráfico humano, agregó Costa.

"Saquen la explotación de su balance," manifestó Costa en su discurso inaugural. "Asegúrense de que la cadena de suministros no esté manchada con sangre, sudor y lágrimas de esclavos modernos.

"Los consumidores deben poner bajo presión a las compañías transgresoras, dijo Steve Chalke, de la campaña "Stop the Traffik."

Por ejemplo, añadió, miles de esclavos modernos están trabajando para la industria de cacao en Costa de Marfil y es tiempo de que los consumidores compren más productos del "Comercio Justo.""Si uno come chocolate que no proviene del comercio justo, tiene sangre en los dientes. Alguien más está muriendo por ese lujo," declare Chalke. "Nuestro estilo de vida está vinculado a otros.

"VIENA (Reuters) - Miércoles 13 de febrero de 2008

martes, 26 de febrero de 2008

ONU lanza una campaña contra la violencia hacia la mujer

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, lanzó este lunes una campaña para poner fin a todas las manifestaciones de violencia contra la mujer que durará hasta 2015.

Una de cada tres mujeres va a ser víctima de violencia a lo largo de su vida. Esta es una terrible violación de derechos humanos, pero no es inevitable. Podemos ponerle fin.

En un discurso ante la Comisión sobre la Condición de la Mujer, Ban Ki-moondijo que se reunirá personalmente con los líderes del mundo para instarlos a tomar medidas a fin de acabar con la impunidad.

Señaló que con demasiada frecuencia los perpetradores de delitos contra las mujeres no son castigados.

"La violencia contra la mujer es un tema que no se puede posponer. Por lo menos una de cada tres mujeres es golpeada, obligada a tener sexo o abusada durante toda su vida. A través de la práctica de la selección prenatal de género, a muchas otras se les niega el derecho a existir. Ningún país, ninguna cultura, ninguna mujer joven o anciana es inmune de este flagelo", dijo el titular de la ONU.

Agregó que propondrá un evento de alto nivel en 2010 para examinar los avances alcanzados, compartir las mejores prácticas y delinear los pasos futuros.

Durante esta jornada también se prevé un encuentro con la prensa de la asesora especial del Secretario General sobre Temas de Género y el Avance de la Mujer, Rachel N. Mayanja.

Asimismo, sesionará en la tarde un panel titulado El papel y la responsabilidad de los hombres en prevenir la violencia contra la mujer, con la participación de funcionarios gubernamentales y activistas masculinos que contribuyen a frenar este flagelo.

De acuerdo con estadísticas divulgadas por las Naciones Unidas, una de cada tres mujeres en el mundo es posible que sufra algún tipo de violencia durante su vida.

Esas fuentes precisan que las mujeres de 15 a 44 años tienen más riesgo de ser violadas y abusadas domésticamente que de padecer cáncer y sufrir accidentes automovilísticos, guerras o malaria.

La campaña anual que lanzará hoy el Secretario General de la ONU tiene como objetivo asegurar la voluntad política e incrementar los recursos destinados a terminar con la violencia contra mujeres y niñas.

También persigue atraer la atención pública mundial para asegurar acciones por parte de los políticos al más alto nivel y lograr la participación de hombres y niños en la lucha que se lleva a cabo contra esos maltratos.

La CEM es un comité de ECOSOC dedicado a atender los temas de igualdad de género y avance de la mujer y es la principal entidad de las Naciones Unidas en la preparación y promoción de políticas en el mundo a favor de la población femenina.

El Mercurio Digital - 25-02-2008

miércoles, 20 de febrero de 2008

Noticias huérfanas de diarios

El periódico español más "serio" se olvida de que África existe. Tienen secciones de América, Oriente Medio, Europa… ¿Cuántos países tiene el continente africano? ¿Dónde queda Gabón, Zambia o Botswana? ¿Alguien ha leído en algún diario que semanas atrás un terremoto mató a más de cincuenta personas en la frontera de Ruanda con la República del Congo? Incluso, toda la información de la Copa de África se reduce a que Eto'o regresa a Barcelona lesionado. ¿Cuántos africanos hacen falta para que valgan lo que un europeo?

Muchos africanos emigran. Los que intentan ir a Europa son una ínfima minoría. África es un continente de pueblos en movimiento. Caminan en fila. Cargados de mercancías escasas sobre sus cabezas. Pero caminan. Se mueven. Dentro del continente africano la gente migra de sur a sur. Sin embargo, en Europa gana más votos el que más alto y más veces miente con alarmantes avisos de invasión.

Miles de trabajadores mozambicanos son expulsados de Sudáfrica y cientos de zimbawuanos o guineanos son expulsados de Mozambique. La falta de unos papeles que no se dan mantiene a la gente encerrada en fronteras postcoloniales.

¿Tanto alboroto por unos pocos africanos que intentan ir a Europa? ¿Tanta hipocresía? Ahora Europa quiere fichar a todos los extranjeros. Un tal Adolfo de bigote cortito se frotaría las manos.

La verdad es una de las primeras víctimas mortales en esta era de la revolución tecnológica. Queda enterrada bajo toneladas de chismes mostrados en celofán o directamente con mentiras. Para conocer ciertos asuntos hay que empeñarse a fondo.

En Mozambique no hay tanto ruido informativo, pero hay noticias que apenas se saben. La supervivencia en el día a día ocupa los esfuerzos de un alto porcentaje de la población.

La revuelta que se vivió la semana pasada en Maputo contra la subida del transporte se cobró varios muertos. ¿Cuántos? Se habla de dos con nombre y apellido. Dicen que tres. Hay quien asegura que fueron seis. Lo cierto es que la policía utilizó fuego real y el Hospital recibió cerca de una centena de heridos de bala. El descontento por la subida de los precios se está extendiendo a otras localidades.

En un ataque de empatía, un embajador europeo presentó su pésame al gobierno mozambicano por las víctimas mortales de las inundaciones cuando aún no había muerto nadie. En estas fechas sí. Pero más que ahogados, hay víctimas por ataques de cocodrilos que ven ampliar su territorio con el desbordamiento de los ríos. El desastre está siendo en destrozos de cosechas.

Una monja española fue amenazada de muerte tiempo atrás. Había denunciado la continua desaparición de personas para utilizarlas en el tráfico de órganos. Es un secreto a voces no publicado en ningún sitio que en Mozambique desaparecen niños. Sus destinos principales son Maputo, la capital y Sudáfrica. Hace una semana la policía detuvo un camión que transportaba cuarenta criaturas en la región de Inchope. Un telón de silencio siguió ese hecho.

Pero también hay buenas noticias que no son lo "suficientemente importantes" como para que aparezcan en los medios. En uno de los países de mayor porcentaje de personas con VIH-SIDA, Sudáfrica, la venta de preservativos aumentó un 55% el año pasado. ¿Algún jerarca eclesial tiene algo que decir?

Las cosas ocurren. Aunque no haya luces ni cámaras. Aunque en los periódicos "serios" África sólo sea un anuncio de Agencia de Viajes.

lunes, 4 de febrero de 2008

“Jamás puedes olvidarte”

En España las investigaciones judiciales en curso sobre clínicas abortistas han reabierto el debate y han propiciado que algunas mujeres arrepentidas de haber abortado cuenten su testimonio. María de la Cuesta ha querido contar en ABC (27 enero 2008) la terrible experiencia que le tocó sufrir cuando con 17 años la obligaron a abortar. Hoy ha reconducido su vida, y está feliz con su hija de cuatro años, pero advierte que “jamás puedes olvidarte de que mataste a tu hijo”.


Fuente: ABCFecha: 27 Enero 2008


El periodista Domingo Pérez señala que María “responde al perfil mayoritario de las mujeres que interrumpen voluntariamente sus gestaciones: menores de edad o muy jóvenes que se quedan embarazadas y son obligadas, en contra de sus deseos, a abortar por la presión de su pareja y/o su familia y por la situación socio-económicas de su existencia”.


Se fue de casa muy joven para vivir con su novio. Cuando supo que estaba embarazada de once semanas, empezó el drama: “Yo quería tenerlo, pero mi novio, no. Que si estaba loca, que si no teníamos ni trabajo ni dinero, que si daba a luz me dejaba... Busqué ayuda en mi madre. Fui a verla. Estaba dispuesta a volver con ella pese a todas las desavenencias. Pero su respuesta fue cruel: ‘En mi casa no entras con barriga’. La presión fue intensa. El médico de cabecera se encargó de los trámites para el aborto.


“Como era menor de edad, tenía que ir acompañada de mi madre. También iba mi novio. Yo no quería entrar en la clínica. Casi me meten a rastras. No paraba de llorar. El psicólogo dijo que me dejaran a solas con él. En cuanto mi novio y mi madre se fueron le supliqué que me ayudara, que quería tener al bebé, que por favor no firmara el papel”. Tercera vez que pedía desesperadamente ayuda y tercera ocasión en la que la defraudaban.


“No paraba de llorar y entonces la enfermera me dijo: ‘No llores tanto chiquilla que sólo es una célula. No te va a doler. Son unos minutos y listo. vas a pasar enseguida’. En ese mismo instante quise salir del cuarto. Buscar a mi novio, decirle que podíamos intentar sacar a delante al crío, que no hacía falta abortar... Pero no me dejaron. me cogieron y me llevaron al quirófano.”
“El dolor te acompaña toda la vida. Lo que has hecho te pesa siempre. (...) Además, sufrí muchos efectos secundarios. No paraba de vomitar. No admitía ningún alimento. Padecí muchos dolores abdominales. Adelgacé una barbaridad. Pero todo el dolor físico no es comparable al psicológico. Cada vez que veía a una madre con su carrito, o a una mujer embarazada o a unos niños jugando en la calle me invadía una tristeza inmensa. No podía dejar de pensar en si mi hijo sería niño o niña, cómo sería su carita, sus manitas...”.


En esos momentos de hundimiento total, María tomó una determinación increíblemente audaz: “Decidí que volvería a quedarme embarazada en cuanto pasara la cuarentena”. En secreto, esperando paciente a que se agotaran esos 40 días de reposo recomendados por los médicos, se dedicó a buscar la ayuda que antes le habían negado.


A los 45 días ya se encontraba de nuevo embarazada, dispuesta a ser madre a cualquier precio (...) Esta vez contaba con un billete de tren en el bolsillo que le habían facilitada desde Madrid los de la Asociación de Víctimas de los Abortos. ‘Me ofrecieron todas las ayudas imaginables. El billete, un piso de acogida, dinero, asistencia psicológica y médica... El mismo día en que me marchaba, con la maleta ya hecha, se lo dije a mi novio. Se derrumbó. Me pidió perdón. me dijo que él pensaba que lo que habíamos hecho era lo mejor, que se había equivocado, que por favor no le dejara... Juntos rehicimos nuestra vida.”


“Me he decidido a contar mi experiencia –reconoce–, porque creo que si buscas ayuda la encuentras, pero sobre todo porque falta información. Te dan muy poca información y si la dieran, muchas mujeres no abortarían, porque no es algo ni sencillo ni indoloro.”


Beatriz Mariscal, psicóloga especialista en tratar a mujeres que han pasado por ese trance, señala que debería hablarse de “síndrome post aborto, pese a que no esté recogido en los manuales de diagnóstico. Casi todas las mujeres pasan por unas fases muy similares. Se repiten en casi todas. Sufren un estrés agudo, depresiones muy profundas. Casi siempre las mujeres precisan de tratamiento psicológico y psiquiátrico, con medicación. Básicamente padecen un proceso de duelo, acentuado por un fuerte sentimiento de culpabilidad, porque han sido ellas las que han acabado con su hijo”.

viernes, 1 de febrero de 2008

RESPUESTA VATICANA AL DRAMA DE LOS NIÑOS DEL SIDA: «EL BUEN SAMARITANO»

Entrevista al presidente de la Fundación, el cardenal Lozano Barragán

ROMA, lunes, 14 enero 2008 (ZENIT.org).- En el mundo dos millones y medio de niños afectados de Sida (el 90% se concentran en África subsahariana) esperan una respuesta que les permita vivir; la Fundación «El Buen Samaritano», con sede en el Vaticano, trabaja como promotor y puente de ayudas que necesitan con carácter permanente y urgente. Los fármacos que les dan esperanza de vida cuestan 12,5 euros al mes.

Así lo confirma su presidente, el cardenal Javier Lozano Barragán, en esta entrevista concedida a Zenit, en la que recuerda el origen de «El Buen Samaritano», constituida por el Papa Karol Wojtyla en 2004 --y confirmada por Benedicto XVI-- con personalidad jurídica pública, canónica y civil.

Su finalidad es el sostenimiento económico de los enfermos más necesitados, con particular atención a los de Sida [en todo el mundo la cifra estimada se aproxima a los 36 millones de casos]. La Fundación está confiada al Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud -la gobierna un Consejo de Administración según sus respectivos estatutos--. Preside ambas realidades el cardenal Lozano Barragán.

Alienta la labor de la Fundación el llamamiento que lanzó Benedicto XVI en vísperas de la Jornada Mundial --del pasado 1 de diciembre-- contra el Sida.

Exhortó «a todas las personas de buena voluntad a multiplicar los esfuerzos para detener la difusión del virus HIV, para contrarrestar el despacio que frecuentemente golpea a los que los afectados y para atender a los enfermos, especialmente cuando aún son niños».

--¿Cómo se gestó «El Buen Samaritano»?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: Preguntaron hace bastante tiempo a Juan Pablo II: «¿Qué está haciendo la Iglesia por los enfermos de Sida?». Entonces Juan Pablo II me dijo: «Encárguese usted de responder a ese interrogante». Existe un fondo mundial, el Fondo Global para combatir las enfermedades del Sida, la tuberculosis, la malaria; en aquella época su presidente era un católico, Thomas Thompson. Me dijo que promovían una campaña en todo el mundo, que contaban con unos 15 mil millones de dólares para resolver estos problemas, y propuso que nos ayudáramos recíprocamente. Me pareció adecuado. Dos años después -incluso se había cambiado ya de presidente-- me di cuenta de que el Fondo Global quería todo menos ayudar a la Iglesia católica.

Comprobé que el 27% de las instituciones que se dedican en todo el mundo a atender a los enfermos de Sida son católicas -con el dinero de la caridad--; el 44% pertenece a los gobiernos -instituciones financiadas con los impuestos--, el 11% a Organizaciones No Gubernamentales y un 8% a otras confesiones religiosas.

Las instituciones católicas forman, digamos, el principal «socio», pero no se quiere reconocer, entre otras cosas porque se dice que la Iglesia católica es «promotora» del Sida -una acusación banal- porque no permite el preservativo. Perdí el tiempo dos años detrás del Fondo Global. No conseguía absolutamente nada, a pesar de la buena voluntad de Thomson.

Después recibí otra propuesta: del «Leadership Fund», de parte de los EE. UU., que también se presentaba con unos 15 mil millones de dólares para ayudar a los enfermos de Sida en el mundo. Cuando acudí a Nueva York a ultimar las cosas constaté que se pretendía subordinar en cierta forma la Santa Sede a tal Fondo, no tanto para ayudar a los enfermos como para tener cierto control sobre ese 27% integrado por instituciones católicas. Fue una tergiversación de lo que se me había propuesto anteriormente. Ahí terminó todo.

Junto al cardenal Angelo Sodano, entonces secretario de Estado, me pregunté: si somos unos mil doscientos millones de católicos en el mundo, ¿por qué vamos mendigando ayudas donde no nos las quieren dar? ¿Por qué no fundamos una institución precisamente para ayudar a los enfermos de Sida más necesitados? Planteamos la idea a Juan Pablo II y la aprobó; surgió así «El Buen Samaritano» como Fundación. Y elegimos el nombre «El Buen Samaritano» porque es el que ayuda al enfermo más desprotegido, que es Cristo mismo en último término.

--¿La Fundación «El Buen Samaritano» canaliza toda la ayuda de la Iglesia por los enfermos del Sida?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: En absoluto. La Fundación «El Buen Samaritano» promueve, orienta y coordina -hasta cierto punto-- las ayudas que se dan en toda la Iglesia y que brindan diversas organizaciones. Pensemos en el caso de Mozambique, donde está trabajando la Comunidad de San Egidio; allí no entramos. Actuamos donde nadie lo hace. Por eso animamos a las organizaciones de ayuda a los enfermos de Sida; les pedimos que se activen, incluso hasta hacer inoperante «El Buen Samaritano». Y si las organizaciones cubrieran todo, sería magnífico. Nuestra función es subsidiaria. Donde las instituciones no llegan, entonces sí entra la Santa Sede con la Fundación «El Buen Samaritano».

--¿Cómo concreta la Fundación sus objetivos? ¿Cómo detecta las necesidades más apremiantes?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: Tenemos una forma peculiar para detectar las necesidades que existen en el mundo. Por un lado contamos con las estadísticas y conocemos los países que registran más enfermos de Sida y sus recursos, también de tipo gubernamental. Y así podemos dirigirnos a los países más pobres. En estos, nuestros interlocutores son los obispos, la Conferencia Episcopal. Les ofrecemos nuestra ayuda y nos confirman cuáles son las necesidades más apremiantes.

Puesto que tenemos pocos fondos, se deben administrar con mucha cautela. Cuando un obispo, por ejemplo, nos propone un caso concreto, le pedimos que se dirija al nuncio: éste debe aprobar la petición y ponerse en contacto con nosotros. Ello facilita mucho el proceso de ayuda; carecemos de burocracia. Los fondos los ingresamos en el «Instituto para las Obras de Religión», el I.O.R. [de la Santa Sede. NdR]. Los nuncios a su vez tienen sus fondos en el I.O.R. Si llega de Ghana la petición de una suma determinada, simplemente hacemos la transferencia de la cuenta de «El Buen Samaritano» a la del nuncio de Ghana. Basta con avisarle por teléfono de que se le ha enviado la suma para utilizarla en la necesidad que indicamos.

De igual forma, al carecer de una cantidad sustancial de fondos, nos dedicamos a suministrar antirretrovirales, o sea, medicinas. En alguna ocasión me han criticado diciendo que lo más importante es la prevención. Y estoy de acuerdo. Pero si, por ejemplo, encuentro a alguien muriéndose en la carretera, no le voy a leer el Código de la Circulación; lo que tengo que hacer es llevarle al hospital inmediatamente. Es lo que procuramos: atender al que está muriéndose; es la máxima prioridad. En el orden lógico, es prioritaria la prevención. En el orden real, es ayudar al que está en situación urgente. Y por eso nos centramos en los antirretrovirales. Si llegado un punto tenemos tales fondos que podemos hasta construir centros para enfermos de Sida, para los huérfanos, será estupendo; pero en este momento nuestros fondos no nos permiten llegar a esas necesidades.

--¿Qué aportaciones integran los fondos de «El Buen Samaritano»?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: La fuente es toda la Iglesia católica; solicitamos a todos los países, a todos los episcopados, a todos los fieles, que nos ayuden. Y damos los datos necesarios para hacer llegar sus donativos.

Nosotros somos un puente. De acuerdo con el precio inferior que hemos podido conseguir de un laboratorio -cuyo nombre evito, por razones comerciales--, 217 dólares estadounidenses [unos 150 euros. NdR] por paciente al año, una persona nos hace llegar determinada suma a nuestra cuenta del I.O.R. o la transferimos ahí. Cuando recibimos una petición de determinado lugar --especialmente de África--, esa cantidad la enviamos para cubrir la necesidad específica a través del nuncio; la ayuda se convierte inmediatamente en medicina. El laboratorio del que hablé tienen filiales en muchísimas partes del mundo y el compromiso de darnos el tratamiento por paciente y año. En el lugar de que se trate enviamos a la persona que lo requiere al laboratorio designado o al punto farmacéutico correspondiente. Pedimos a los beneficiados el recibo y comprobamos el uso adecuado de los fondos.

--En líneas generales, ¿en qué se traducen los antirretrovirales para el enfermo?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: En la prolongación de la vida. El nuncio en Ghana nos hablaba hace unos meses de un pequeño hospital donde había cincuenta muertos al mes; después de la ayuda de «El Buen Samaritano» con los antirretrovirales se registran solamente dos decesos al mes. Se potencian las defensas del organismo y se gana vida hasta donde el avance de la medicina lo permite.

--En lugar de una Jornada o de una Campaña especial de recogida de donativos, «El Buen Samaritano» sencillamente aprovecha el tiempo de Adviento y de Navidad para una sensibilización. Este año ha alertado especialmente del caso de los niños: ¿son los grandes olvidados del drama del Sida?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: Nos estamos fijando en los enfermos de Sida más necesitados, y los más necesitados son los niños. Es tremenda la tragedia de los pequeños huérfanos o ya afectados por el Sida. Recientemente en Uganda, en Kilongo, en la frontera con Sudán, me reuní con una cantidad enorme de personas enfermas de Sida. El superior de la misión del hospital de Kilongo me presentó a cincuenta niños --todos de menos de diez años de edad, todos huérfanos del Sida-- para que les hablara, para infundirles confianza, para enviarles nosotros los medicamentos y que así puedan ir a la escuela y llevar una vida más o menos normal.

El problema de los huérfanos es horrible: los jóvenes padres de estas nuevas generaciones han muerto; ahora los niños pasan a la casa de los abuelos, y estos no tienen capacidad física ni emocional para mantenerlos en todas sus necesidades. No es raro encontrar en una familia diez o quince niños por lo menos. Y los abuelos renuncian a ocuparse más que de dos o tres. «¿Y los demás qué hacen?», pregunté; «¿a la selva?». Pues sí: como los animalitos, y ya se verá qué les sucede.

Estamos ante una tragedia inminente: hay cerca de dos millones y medio de niños huérfanos y afectados de Sida en África en este momento.

Los donativos que recibimos proceden de católicos; también se suman personas de buena voluntad. Tampoco nosotros preguntamos a un enfermo cuál es su credo para ayudarle.
No se trata de campañas con un plazo determinado. Igual que, desgraciadamente, no hay una fecha para contagiarse de Sida, tampoco hay una fecha para recibir ayudas. El contagio es crónico, permanente. Así que la ayuda también debería ser crónica, permanente.

Por Marta Lago