lunes, 29 de enero de 2007

El presidente de los Médicos Católicos declara que el Magisterio de la Iglesia "acompaña el avance de la medicina iluminando la conciencia profesional

El presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, José María Simón denunció las "tentaciones fáciles y lucrativas" de la Reproducción Humana Asistida

El presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, José María Simón, recordó ayer a los miembros de esta organización que la eutanasia "mata la libertad de la persona", que los anticonceptivos "violentan varios derechos humanos", que "no se puede recomendar el uso del preservativo ni presentarlo como un bien" y que "no es función de los médicos sustituir la procreación en las parejas infértiles". En una carta a los médicos católicos, titulada 'La relación del médico con la Moral', Simón explicó que el Magisterio de la Iglesia "acompaña el avance de la Medicina" e "ilumina la conciencia profesional para que pueda ejercer en el bien, adaptándose a los tiempos y momentos".

En concreto, el médico se refiere a la eutanasia y recordó que esta práctica "mata la libertad", ya que se trata de "una supuesta decisión libre que hará que la persona ya nunca más tome decisiones libres". "Ni siquiera la tan humana decisión de rectificar", afirma, el médico, quien, además, asegura que "su popularización o despenalización, se sitúan en el lado oscuro de la profesión, la promocione quien la promocione".

Por otra parte, constató que lo "único digno" que se puede hacer con un enfermo crónico o terminal "es proporcionarle unos cuidados paliativos de calidad", que tengan en cuenta las dimensiones biopsicosocial, espiritual y familiar de la persona. "Es por esta senda por la que hay que avanzar", añadió. Con respecto a la proporcionalidad o no de los tratamientos en pacientes terminales, explicó en su misiva que la Medicina "no puede negar nunca la hidratación, la nutrición, la higiene, la oxigenación y los medicamentos básicos". "Recientemente, un anciano presentó una insuficiencia cardíaca y el comité de ética de su hospital recomendó sólo un tratamiento con mórficos, en espera de su muerte. Pero el médico que le atendía resolvió el caso con un diurético, oxígeno y digoxina. El verdadero sabio fue el médico de a pie", ejemplifica.

En relación a los preservativos, el doctor Simón defiendió que "no se puede acusar a la Iglesia de difundir el sida cuando predica abstinencia, fidelidad y espera", ya que, según afirma, "no es misión de la Iglesia el promover parches para que el ser humano siga ejercitando conductas incorrectas". Por ello, recuerda que la misión del médico católico es presentar las propuestas del Magisterio de la Iglesia y "no recomendar el preservativo ni presentarlo como un bien".

En todo caso, señala que si el paciente insiste en seguir practicando la poligamia secuencial o la homosexualidad puede hablarle del preservativo como "la barrera más o menos imperfecta" que resulta para la transmisión de enfermedades. Sobre los anticonceptivos orales, el médico consideró que "violentan varios derechos humanos". Entre ellos, destacó el derecho a la vida --en los casos de píldora abortiva o del día siguiente--, el derecho a la salud --ya que tienen efectos secundarios, a diferencia de los métodos naturales--, el derecho a la educación --la gente tiene derecho a conocer su propia fertilidad-- y el derecho a la igualdad entre los sexos porque la carga anticonceptiva suele recaer siempre sobre la mujer. Por último, el presidente de la FIAMC se refirió a las Técnicas de Reproducción Humana Asistida y asegura que el médico "puede y debe ayudar a los esposos infértiles, pero no puede sustituirlos".

Al respecto, deja claro que no se puede ceder "a las tentaciones fáciles y lucrativas" que suponen estas técnicas y añade que "todos los esfuerzos deben concentrarse en mejorar los estudios de fertilidad de las parejas y en tratar lo tratable, que es mucho". "Dada la fijación que muchas clínicas tienen para con la fecundación in vitro, será bueno explicar a los esposos que no es función médica sustituirlos, que las amniocentesis se hacen casi siempre para abortar a los hijos defectuosos, que se eliminan embriones sobrantes a menudo y que se congelan hijos", apuntó.

Un estudio señala la eficacia de células madre del líquido amniótico

Experimentos con ratones muestran que pueden dar lugar a una variedad de tejidos, sin desarrollar tumores

En la misma semana en que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobaba un proyecto de ley para financiar la investigación con células madre embrionarias, un estudio publicado en la edición digital de "Nature Biotechnology" descubría que los mismos objetivos pueden conseguirse con células madre del líquido amniótico, sin necesidad de destruir embriones.

Un equipo de investigadores, encabezado por Anthony Atala, de la escuela de Medicina de la Wake Forest University, y por Paolo De Coppi, de la Universidad de Padua, ha logrado aislar en laboratorio células madre que se encuentran en el líquido amniótico, a partir de las cuales se han obtenido una gran variedad de tipos de tejidos: de hueso, músculo cardíaco, vasos sanguíneos, nervio y hepático. La investigación con este tipo de células podría significar un notable avance, ya que no implica la destrucción de embriones y tiene algunos de los rasgos que hacen técnicamente atractiva la investigación con células madre embrionarias frente a las adultas.

Las nuevas células madre analizadas muestran muchas de las ventajas de ambos tipos de células madre: crecen tan rápido y muestran tanta capacidad de diferenciarse en células de diversos tejidos como las embrionarias, pero a diferencia de estas se desarrollan sin crear tumores. Las células madre del líquido amniótico han demostrado su pluripotencialidad, algo que siempre se ha considerado una ventaja de las células madre embrionarias con respecto a las adultas. Pero mientras los experimentos con células madre embrionarias ha mostrado que tienden a descontrolarse y crear tumores, esta investigación indica que no sucede así con las células madre del líquido amniótico. Además, los tejidos formados a partir de estas células no tendrían riesgo de rechazo por el organismo del niño que se hubiera gestado en la placenta de origen.

Estas células pueden ser aisladas ya a las 10 semanas después de la concepción, a partir de muestras del líquido amniótico tomadas para hacer un diagnóstico prenatal del feto. Los experimentos sobre la regeneración de tejidos a partir de este tipo de células madre han sido realizados en ratones.Atala afirma que si cien mil mujeres donasen sus células amnióticas a bancos creados para conservarlas, habrá el suficiente número de células con la diversidad genética necesaria como para proveer de tejidos inmunológicamente compatibles para todos los habitantes de Estados Unidos. Recuerda que estas células pueden obtenerse también de la placenta.En Italia el descubrimiento ha obtenido especial eco, ya que uno de los directores de la investigación es de la Universidad de Padua. Bruno Dallapiccola, genetista director del Instituto Mendel, ha comentado: "Se sabía desde hace tiempo que en el líquido amniótico hay células madre. La novedad radica en haber demostrado sistemáticamente que con oportunos estímulos pueden convertirse en variados tejidos (grasa, hueso, endotelio, tejido cerebral y hepático). Se trata de datos preliminares pero significativos con experimentos en ratones. Ahora hay que ver si se puede transferir al hombre lo que se ha hecho con el animal"."


Las nuevas células madre analizadas muestran muchas de las ventajas de ambos tipos de células madre: crecen tan rápido y muestran tanta capacidad de diferenciarse en células de diversos tejidos como las embrionarias, pero a diferencia de estas se desarrollan sin crear tumores.

Las células madre del líquido amniótico han demostrado su pluripotencialidad, algo que siempre se ha considerado una ventaja de las células madre embrionarias con respecto a las adultas.

Pero mientras los experimentos con células madre embrionarias ha mostrado que tienden a descontrolarse y crear tumores, esta investigación indica que no sucede así con las células madre del líquido amniótico. Además, los tejidos formados a partir de estas células no tendrían riesgo de rechazo por el organismo del niño que se hubiera gestado en la placenta de origen.

Estas células pueden ser aisladas ya a las 10 semanas después de la concepción, a partir de muestras del líquido amniótico tomadas para hacer un diagnóstico prenatal del feto. Los experimentos sobre la regeneración de tejidos a partir de este tipo de células madre han sido realizados en ratones.

Atala afirma que si cien mil mujeres donasen sus células amnióticas a bancos creados para conservarlas, habrá el suficiente número de células con la diversidad genética necesaria como para proveer de tejidos inmunológicamente compatibles para todos los habitantes de Estados Unidos. Recuerda que estas células pueden obtenerse también de la placenta.

En Italia el descubrimiento ha obtenido especial eco, ya que uno de los directores de la investigación es de la Universidad de Padua. Bruno Dallapiccola, genetista director del Instituto Mendel, ha comentado: "Se sabía desde hace tiempo que en el líquido amniótico hay células madre. La novedad radica en haber demostrado sistemáticamente que con oportunos estímulos pueden convertirse en variados tejidos (grasa, hueso, endotelio, tejido cerebral y hepático). Se trata de datos preliminares pero significativos con experimentos en ratones. Ahora hay que ver si se puede transferir al hombre lo que se ha hecho con el animal".

Desde el punto de vista ético, las únicas dudas versarían sobre el modo de obtener las muestras de líquido amniótico, según fuera algo exigido por necesidades de diagnóstico o solo como un medio de obtener las células madre. La toma de muestras (amniocentesis) tiene un riesgo de aborto del 1%. Pero si, como señala el estudio ahora publicado, las mismas células pueden obtenerse de la placenta tras el parto, no habría ningún problema.La noticia sobre esta nueva fuente de células madre se ha producido casi al mismo tiempo que en Estados Unidos la Cámara de Representantes, con la nueva mayoría del partido demócrata, aprobaba una ley para permitir la financiación federal de investigaciones con células madre embrionarias. Bush ya había dicho que vetaría cualquier ley que supusiera la destrucción de embriones humanos para investigar, como ya hizo en 2005. La ley ahora aprobada no ha logrado los votos suficientes para evitar el veto presidencial.Precisamente algunos afirman que la negativa de Bush a financiar las investigaciones con embriones humanos ha llevado a estimular investigaciones como la de las células madre del líquido amniótico, que evitan este problema ético.

miércoles, 17 de enero de 2007

Caso Farruquito, al fin Justicia

Tres años de prisión por conducir sin carné y sin seguro, de modo temerario, matar a un peatón, darse a la fuga, falsear las pruebas y, como remate, tratar de inculpar a un menor de edad nos parece poco, muy poco. Pero menos es nada, y de esa guisa se las veía el célebre bailaor Juan Manuel Fernández Montoya "Farruquito", después de perpetrar todo lo anterior. Lo primero: el atropello, involuntariamente; lo segundo: la fuga, la adulteración de las pruebas y la intención de cargar el muerto a su hermano, a sabiendas de lo que estaba haciendo. Hasta es posible que pensara salir impune de esta. No lo ha conseguido y toda la gente de bien ha de congratularse por ello.

Los que no han salido impunes en modo alguno son algunas de las amistades del bailaor, muchas de ellas pertenecientes al gremio de los titiriteros y que, desde que este imprudente quitase la vida a Benjamín Olalla en una calle de Sevilla, se han deshecho en elogios y compungidos actos de comprensión. Pero no por la víctima, ni por su viuda que quedó en una delicada situación económica y emotiva, sino por el homicida. Vivir para ver. Merece la pena recordar ahora las palabras de Rossy de Palma, eterna chica Almodóvar que defendió en su momento a Farruquito a capa y espada, o el infame gesto de Alejandro Sanz cuando le hizo subir al escenario durante un apoteósico concierto en la plaza de toros de Las Ventas. El público, como es natural, abucheó al que había cometido todo lo antes citado, pero para Rossy de Palma aquella censura supuso que el respetable se transformase en simple masa. "Hay que entender que las masas funcionan así", apostilló la actriz con la soberbia que es habitual entre las gentes de la "cultura".

Los mismos que claman al cielo por la extraordinaria difusión de su música en Internet y se permiten el lujo de llamar delincuentes a los que intercambian sus canciones, jalean, comprenden y apoyan sin ambages a un homicida que no tuvo ni la decencia de descender del automóvil para auxiliar a la víctima de su propia imprudencia. Choca por tanto que la socialista Pilar Heredia, candidata gitana al Congreso de los Diputados, pidiese solidaridad para el bailaor cuando él mismo no la tuvo después de herir de muerte a un inocente. Ni los titiriteros, ni Pilar Heredia, ni ninguno de los que durante todo este tiempo se han arrastrado por los platós de televisión se han acordado de la víctima o de su viuda. Como no se ha acordado Farruquito en los últimos tres años y medio de investigaciones y juicios. Ha preferido emplear su tiempo y dinero en urdir sucesivas historias que le exculpasen apartándole del lugar de los hechos primero y del puesto de conducción después.

Por esto, porque la Ley es igual para todos y porque la satisfacción de la víctima es la primera razón de ser de la Justicia, Farruquito está donde tiene que estar: entre rejas, aunque sólo sea tres años.
Editorial. Libertad Digital

domingo, 14 de enero de 2007

Estrellados

La lenta labor de José María Aznar y de sus gobiernos a lo largo de ocho años fue recuperando para España en el exterior un lugar de país fiable y relativamente serio, eso viniendo de catorce años de felipismo añadidos a la imagen de descrédito que arrastrábamos desde el siglo XVIII. Si España interesaba algo era por su halo folclórico –en realidad, más falso que los duros de madera– y tanto para atacarlo como para ensalzarlo fuera –y hasta dentro– no se rebasaban las ideas preconcebidas acerca de la chapuza, el trabajo mal hecho y las truhanerías para sustituir obligaciones y compromisos. Nadie daba nada por un producto industrial, tecnológico o intelectual español: ya es significativo que, tal vez, nuestro escritor más conocido del siglo XX fuera García Lorca y en su faceta más charanguera, coronada por su trágico fin, una especie de reconfirmación de sus versos y teatro de gitanos que se matan, de guardias civiles bigotones y flores más o menos equívocas.

En el exterior percibíamos un toniquete dubitativo al cambiar pesetas o escuchábamos, sin ambages ni disimulos, comentarios despectivos sobre material ferroviario o automovilístico fabricado en España en países que no estaban para dar lecciones a nadie. Se habrían reído, incrédulos y sarcásticos, de explicarles que por aquellas fechas vendíamos trenes a Estados Unidos o Alemania, la verdad. Pero una verdad cargada con los estereotipos del pasado, que lo mismo echaban en la coctelera la Inquisición que la mala calidad de los vehículos SEAT, todo revuelto.

Aznar saneó la economía arruinada por González, nos metió en el euro, equilibró las cuentas y lanzó un período de crecimiento que atrajo capitales e inmigrantes. España empezaba a ser un país digno de tomar en consideración y no sólo por su pintoresquismo. Al socialdemócrata Schroeder molestaba mucho que los números y sus resultados marchasen mejor en nuestra tierra que en la suya, entre otras causas por su nefasta política económica. No éramos la cima del mundo en ningún sentido, pero tampoco su trasero. El despegue también incomodaba a nuestros progres si, además de beneficio para su bolsillo (nunca reconocido), eso implicaba relevancia internacional, ocupar primeros puestos junto a las principales naciones, asumir compromisos, superar los complejos de inferioridad y autohumillación que tanto les gustan.

Y llegó Rodríguez, el impar. Y con él la cáfila de incompetentes y fugitivos de los establecimientos limpiacoches, fugitivos del arado les habrían llamado en otros tiempos. Proliferan los ganapanes sin más oficio que la política, las ministras de cuota, los bachilleres de pega y los zascandiles que presumen de madre analfabeta, como si eso fuese un mérito. Una tropa armónica con la calidad de su señor, al que jamás harán la menor sombra de sombra. Así pues, a la fuga de Iraq siguieron el descuartizamiento y expolio del Archivo de Salamanca, los matrimonios homosexuales, los redoblados intentos por erradicar el castellano de Cataluña... hasta descender a la persecución del tabaco, del vino, las hamburguesas, las casas vacías (cada cual por su motivo), los toros. Y en el exterior, la estrambótica Alianza de Civilizaciones, la desaparición en el horizonte de la Unión Europea, la incapacidad para hacer entrar en razón a superpotencias como Senegal o Marruecos, la supeditación a Estados Unidos proclamando lo contrario y sin las ventajas de actuar como un aliado a las claras.

Un balance lamentable que, de pronto, se patentiza en un hecho concreto: la gigantesca estafa de Air Madrid. Vuelven los socialistas y vuelven los pufos. Y por si no bastara, el siempre providencial juez Del Olmo –¿por qué él?– mete la cuchara en el guiso, con lo cual los robados ya pueden ir olvidándose de su dinero: sufrirán menos. Fallos en los aviones, inseguridad en los vuelos, retrasos (lo menos malo de todo), 130.000 personas tiradas sin poder realizar los viajes que pagaron. La golfería de los empresarios, que ordeñaron la vaca hasta dejarla exhausta, bien maridada con la negligencia y la vista gorda que les regalaban en el ministerio de "mi Maleni", Lady Aviaco. Fomento, responsable nada indirecto del atraco. Pero suma y sigue: entre los estafados se cuenta alguien muy próximo a mí a quien han timado 900 € por un vuelo a México que nunca cumplirá; hubo de sacarse otro pasaje en Iberia y al ir a embarcar, se encontró víctima de la sobreventa ("Es legal", sentenció la groserísima empleada del mostrador) y si bien logró viajar tras molestias y listas de espera, nadie nos pudo librar de la sensación de caos, de tomadura de pelo, de inseguridad y falta de confianza en quienes deben velar por nuestros derechos tanto como se ocupan de exigirnos obligaciones, por ejemplo, las exacciones de impuestos.

En Francia, país poblado por gentes aun más listas que las nuestras, ocurrieron catástrofes como las transfusiones de Sida a hemofílicos o de barcos cuyo hundimiento nada tuvo que envidiar al del Prestige (por cierto, si desea vivamente perder sus maletas, de fijo, vuele con Air France con escala en París), en Estados Unidos quebraron compañías aéreas con daños variopintos, en Inglaterra hubo horribles accidentes ferroviarios fruto de la obsolescencia de los sistemas de señales y de la vetustez del material rodante, en Alemania se hundió el techo de una pista de patinaje por exceso de nieve acumulada, en los Alpes austríacos un avión de combate americano derribó un funicular cargado de turistas, en Rusia se declaran incendios evitables con cientos de víctimas...Y si hablamos del Tercer Mundo, la enumeración de calamidades llega a perder significado por lo repetitiva. Todos se consideran accidentes, incidencias, fallos, abusos más o menos perseguibles y perseguidos.

Con nosotros es distinto: de inmediato nos rebozan ineficiencias y culpas reales o irreales...del pasado. En modo alguno estoy aludiendo a la Leyenda Negra ni pidiendo un papel de víctimas de una conspiración cósmica. Nada de eso: la estafa de Air Madrid es verdadera y, cuando hace unos días, me hallaba ante el mostrador de Iberia, pasándonos por los morros la sobreventa de plazas, recordaba el remoquete despreciativo de un librero mexicano sobre nuestra "compañía de bandera" (Alpargata-Lines, dijo el chilango), que me pareció una impertinencia muy injusta en su momento, aunque ya por entonces uno estaba harto de padecer a Iberia. En primer término, han perdido los damnificados directos, pero también a más largo plazo y en volúmenes infinitamente mayores ha perdido y va a perder España: en prestigio, en crédito internacional, en imagen de país fiable (o no).

Al parecer no basta con la inepcia de tribunales, leyes y policías para proteger a los nacionales o a los infelices turistas japoneses en el Paseo del Prado o en Sevilla: tironeros, navajeros y trileros reciben el refuerzo inestimable de atracadores con corbata. Y Lady Aviaco de alcahueta del pastel. Nada de Leyenda Negra: el Puerto de Arrebatacapas existe y si a los descendientes de Monipodio no importa nada el humilde peculio de los timados (inmigrantes o españoles), mucho menos ha de inquietarles el hundimiento alarmante de nuestra imagen exterior. Al carajo lo del "Milagro español" y la "Transición modélica", en la oficina de Air Madrid en Quito una mano –parece que una sola, pero expresiva de muchas más– escribió pintadas merecidas e inmerecidas, mezclando churras y merinas, de repente resurgido de la hoguera el espectro del cacique Rumiñahui en íntimo abrazo con Jesús Caldera que –cómo no- ya está culpando a la Comunidad de Madrid de parte del pufo: "Ladrones, Pillos, 514 años de bastardos, gilipollas. ¿Primer Mundo? Robos y explotación. Estafadores".

Lady Aviaco, experta en grosería y desplantes como es ("los españoles no podemos pagar las vacaciones de otros"), elude la evidencia: si ella y su ministerio no hubiesen permitido el deterioro de la situación hasta tales extremos, un indigenista resentido no nos habría llamado a todos los españoles, incluidas las víctimas como él, "hijos de puta", que es lo que significa en realidad el anglicismo "bastardos", con alusión a los años transcurridos desde 1492. Otro asunto es que el amable ecuatoriano que nos odia –pero, al parecer, quiere venirse para acá– esté echando muy mal las cuentas cronológicas: el dominio hispano sobre el imperio peruano se alargó de 1531 a 1824, así que las responsabilidades de antes y después de esas fechas poco tienen que ver con los celtíberos también estafados, o con Esperanza Aguirre, como pretende Caldera, el heroico defensor del Archivo de Salamanca.

Serafín Fanjul. Libertad Digital

¿Confusión? No, miseria

Rodríguez Zapatero llama "accidentes mortales" a los atentados etarras. Los etarras, a su vez, dicen que el alto el fuego sigue vigente después de haber asesinado a dos personas y dinamitado un edificio entero. Las coincidencias entre el gobierno socialista y los etarras o los batasunos –lo mismo da– venían siendo llamativas. Ahora ya son clamorosas. Tanto Rodríguez Zapatero como los etarras han decidido que la realidad no existe, que se puede decir cualquier cosa, que la propaganda sustituye a la política, no digamos ya a la moral.

Por eso resultaba un poco sorprendente que UGT se negara a incluir la palabra "Libertad" en el lema de su manifestación contra el PP y la AVT. Es cierto que los sindicatos, sobre todo desde que en buena medida se han convertido en organismos subvencionados por el gobierno, no tienen el menor interés en defender la libertad. Más bien al contrario, tienen pavor a la libertad. Ahora bien, habiéndose convertido la UGT en correa de transmisión del socialismo zapateril, era extraño que no hubiera aprendido todavía que en buena doctrina zapateril las palabras no significan nada, igual que la realidad no existe.

Cándido Méndez, al final, se ha enterado de qué va el asunto. Así que en la pancarta de la manifestación de Madrid han metido la palabra "libertad", con el añadido de "la vida". Prefiero evitar cualquier sarcasmo, por respeto a la seriedad del asunto y a la memoria de las víctimas.
De todos modos, la aparente confusión no debería engañar a nadie sobre el fondo del asunto. Y es que el gobierno de Rodríguez Zapatero no tiene política antiterrorista. Utiliza, o más bien pretende utilizar a los terroristas para expulsar del panorama político español al centro derecha y fundar un nuevo régimen social-nacionalista.

Ya hemos empezado a ver los resultados. El atentado del día 30 de diciembre es un jalón, otro más, de esta política bautizada "proceso de paz". Política que no está suspendida ni lo estará mientras Rodríguez Zapatero siga gobernando.

Por eso, en mi opinión, el Partido Popular ha hecho bien pidiendo que se suspenda, esta vez sí, la convocatoria. Los cambios de lemas y de pancartas evidencian el horror –en el estricto sentido de la palabra, esta vez– de la situación sobre la que se pretende hacer un ejercicio abominable de manipulación de la opinión pública. Si en el PSOE de Rodríguez Zapatero quedara algo de decencia, aceptarían la propuesta del PP de inmediato.

Claro que para eso habría que reconocer antes algunas cosas. Por ejemplo, que los atentados son atentados y no accidentes, y que las familias de los asesinados en atentado se merecen el apoyo de las autoridades, es decir, que los gobernantes asistan a los funerales. Cosa que no han hecho ni Carmen Chacón en Ecuador, ni un solo miembro del gobierno en Madrid. Pues bien, les pagamos para eso, para que estén ahí, compartiendo el dolor y representándonos a todos. Han demostrado una vez más que sólo se representan a ellos mismos... y a sus colegas.

Hay que recordar, por cierto, que Aznar no dejó de asistir a un solo funeral de una víctima del terrorismo, salvo en algún caso excepcional por cuestiones de seguridad.

José María Marco. Libertad Digital

viernes, 12 de enero de 2007

A los Católicos Españoles: Tiempos de Esperanza

Hay en España, y también en Europa, una decidida labor de acoso y derribo contra los católicos y la Iglesia, que se ha intensificado en nuestro país en el año 2006 con una descarada apuesta del gobierno por el laicismo y la sectaria campaña antinavideña. Nada de ello nos debe coger de sorpresa a los cristianos. Jesús de Nazaret, en quien creemos, ya nos advirtió que seríamos perseguidos y acosados por el mundo, el mundo del poder y el placer, que quiere imponer sus criterios y a quien estorba Dios.

Seguramente nuestros decididos laicistas, empeñados en educarnos en sus falsos valores, habrán entendido que los cristianos de hoy vivimos tan relajados, nos hemos acomodado tanto a la mentalidad mundana, que ha llegado el momento de eliminar al cristianismo y a los cristianos de la vida pública. Ahora no hace falta echarnos a los leones del circo, basta con ridiculizarnos, señalarnos como pasados de moda, como enemigos del progreso. Desgraciadamente muchos cristianos no se atreven a mostrarse como tales, incluso cuando confiesan ser cristianos para añadir de inmediato el estribillo «pero no practicantes», para hacerse perdonar de los «progres» que los señalan.

Quizás los últimos ataques pueden resultar positivos para nosotros los católicos, pues pueden despertarnos de nuestra indolencia y decidirnos a actuar como verdaderos cristianos. Es decir, dando testimonio en nuestra vida, tanto pública como privada, de que creemos en un Dios misericordioso que nos ama y nos hace hijos suyos y por tanto hermanos; de que creemos que la vida es un don de Dios, que no termina con la muerte y que al haber sido dotados de razón y libertad, habremos de dar cuenta de nuestros actos, especialmente de nuestras faltas de amor al prójimo, incluso si es nuestro enemigo, de nuestros egoísmos, de nuestras injusticias, de nuestra insolidaridad. Los cristianos creemos en que al final de la vida Dios nos examinará del amor y su fallo será misericordioso, pero también justo.

Los cristianos tenemos que estar en pie, sin dejarnos avasallar, exigiendo nuestros derechos sin odiar a nadie, superando cualquier ley con nuestra conducta. No es hora de cristianos tibios y acomplejados sino de aquellos que sean capaces de vivir sin miedo en medio del mundo, amando incluso a los que nos humillan, sin mendigar favores a cambio de ocultar nuestra fe. En tiempos de contradicción podemos redescubrir el valor de la comunidad, de la Iglesia, que nos envía al mundo para dar testimonio de Jesús, camino, verdad y vida y fortalece nuestra fe por medio de la eucaristía y la oración. No hay que tener miedo en denunciar, desde el evangelio, todo aquello que creamos injusto y si sufrimos por ello, ya premiará Dios nuestros esfuerzos. Convencidos del valor de lo que anunciamos hemos de hacerlo realidad en nuestras vidas, sin acomodarnos a lo que el mundo nos ofrezca a cambio de abandonar nuestra fe en Jesús. No es hora de lamentarnos sino de vivir y actuar asumiendo de antemano todas las dificultades. El cristianismo es amor y el amor es más fuerte que todos los poderes del mundo.

Francisco Rodríguez Barragán
conoZe.com

jueves, 11 de enero de 2007

Mentiras proabortistas

Ya es oficial: los editores del New York Times no tienen vergüenza. Ni siquiera hace falta que se fíe de mi palabra: puede leérselo al propio defensor del lector del Times, Byron Calame.

El domingo, Calame redactaba una contundente columna refutando una noticia de portada del New York Times Magazine del 9 de abril sobre el aborto en El Salvador. El sensacionalista artículo del redactor freelance Jack Hitt afirmaba que habían sido encarceladas mujeres con sentencias de 30 años por haber abortado. Hitt describía su visita a una de ellas, la reclusa Carmen Climaco. "Ahora tiene 26 años, habiendo cumplido cuatro de su condena de 30" por abortar un feto de 18 semanas, informaba Hitt.

La revista presentaba sobrecogedoras fotografías de la hija de 11 años de Climaco, con los ojos llenos de lágrimas mientras estrujaba una fotografía de su madre encarcelada. Cruel. Horrible. Escandalizador. Y completa y patentemente falso.

Lo cierto es que Climaco fue condenada por estrangular a su bebé recién nacido. Esta información fue dada a conocer por grupos antiabortistas. Lifesite.net obtuvo los documentos oficiales del tribunal que juzgó el caso Climaco y los publicó en su página web a finales de noviembre. Calame investigó y obtuvo también de forma independiente y con facilidad los documentos, algo que Hitt no se molestó en intentar para verificar la propaganda con la que le dieron gato por liebre. Calame informó:

El cuidado prestado en la narración y edición de este reportaje no cumple los estándares normales de la revista. Aunque Sarah H. Smith, la gerente editorial de la revista, me dijo que "normalmente" los documentos de los tribunales son revisados, Hitt nunca comprobó el veredicto de 7600 palabras del caso Climaco mientras preparaba su artículo. Y Hitt me dijo que ningún editor o corrector le preguntó nunca si había comprobado el documento del tribunal que contenía el veredicto del jurado.

Obtener el documento público fue tan fácil como solicitar que un corresponsal independiente del Times en El Salvador entrase en el tribunal provincial sin concertar ninguna visita previa. Es exactamente lo que hizo Calame. Obtener el veredicto del tribunal le llevó al corresponsal unos pocos minutos.

Los hechos no encajaban con la narrativa proabortista de Hitt. Las autoridades descubrieron al bebé muerto de Climaco en una caja envuelta en bolsas bajo la cama de la señora Climaco. Además, según informó Lifesite, el examen forense descubrió que la cigüeña había entregado ya el paquete. En el momento del nacimiento el hijo respiraba. La causa oficial de la muerte fue asfixia por estrangulación.

Las principales fuentes de información de Hitt procedían de un grupo a favor del aborto llamado Ipas. El colectivo se beneficiaría económicamente de la legalización del aborto en El Salvador, puesto que comercia con aspiradores para abortos. El traductor de Hitt trabajaba como consultor para Ipas, que lanzó una campaña de recaudación de fondos para liberar a Carmen Climaco y traerla a Estados Unidos. Los grupos proabortistas reciclaron entonces la noticia de Climaco, citando la propaganda falsa del Times, para asustar con las supuestas consecuencias de cualquier restricción sobre el aborto aquí.

La portada proabortista del Times es una mujer condenada por infanticidio. Pero el Times, cuestionado por su propio defensor del lector, ha rechazado reconocer los errores de la falsa noticia de Jack Hitt.

"No hay motivo para dudar de la precisión de los hechos según se informaron", le dijeron los editores a Calame con toda la arrogancia del mundo. Rechazan publicar una corrección, publicar una nota editorial o informar a sus lectores de lo fácilmente disponible que es el veredicto del tribunal que evidencia el engaño de Jack Hitt sobre el caso Climaco. Calame concluía que "la precisión y la equidad no se buscaron con el vigor que los lectores del Times tienen derecho a esperar". Eso es ser demasiado educado. Metieron la pata y ahora no quieren reconocerlo.

La próxima vez que escuche a uno de los columnistas del New York Times defendiendo el compromiso del periódico con la precisión, la equidad y los estándares éticos, mencione dos palabras: Carmen Climaco. La próxima vez que la élite del periodismo se pregunte el motivo por el que la circulación de la prensa está cayendo en picado, recuerde: Carmen Climaco. La próxima vez que los apologistas de los grandes medios de comunicación nieguen el sesgo progre que tienen, pregúnteles retóricamente, al estilo de La rebelión de Atlas, "¿Quién es Carmen Climaco?"

Michelle Malkin. Libertad Digital

Prohibiendo comer a los sin techo

A Mary Baker y Ruth Neikirk les encanta cocinar. Lo que es más; les encanta cocinar para los pobres. Lo hacen frecuentemente, preparando comida en su casa y llevándola a su iglesia en Virginia. "Me encanta", dice Mary. "Puedo preparar un caldo con un poco de cualquier cosa, y hacer una olla entera. Sabe bien. Con algo de pan de maíz, les das una comida".

A la gente para la que cocinan también les gusta. Pero hay un problema. Es una "actividad criminal". El Departamento de Sanidad del Condado de Fairfax señala que con horror que ¡Mary y Ruth están preparando comida y sirviéndola a la gente! ¡Sin licencia!
Hacer eso no es seguro, afirma el Departamento de Sanidad. ¿Qué pasaría si hubiera una intoxicación? Cientos de páginas de regulaciones dicen que quien quiera servir comida al público necesita un certificado de manipulación de alimentos, un lavaplatos industrial (con manga interna), encimeras, sistemas de ventilación, un fregadero con tres compartimentos como mínimo, así como un grifo para lavarse las manos, abrelatas desmontables y mucho, mucho más.
El Departamento de Sanidad del condado no estaba siendo caprichoso. Simplemente se limitó a aplicar sus normas. Se había presentado una queja. Nadie se había puesto enfermo, pero "un defensor de los sin techo" observó que la cocina de la iglesia, que a mi equipo de la ABC le pareció impecablemente limpia, no cumplía "el código".

"Tiene que estar usted de broma, déjenos respirar", nos dijo la reverenda Judy Fender. "Podemos preparar un almuerzo aquí, ¡pero resulta que no podemos servirlo!"
El Departamento de Sanidad aseguró que se estaba limitando a proteger a los sin techo. ¿Pero pensaron alguna vez los funcionarios en dónde come la gente de la calle cuando no comen en estas iglesias?

"Nunca me impidieron comer en un vertedero o de un cubo de basura", dice James, un sin techo inteligente que entiende La economía en una lección de Henry Hazlitt, es decir, que examina las consecuencias secundarias de las políticas gubernamentales. Y es que el Estado puede clausurar las cocinas de la iglesia, pero eso solamente mandará a los pobres a los contenedores de basura. ¿Es eso mejor?

"Algunos se toman su trabajo demasiado en serio", dice James. "No tienen nada mejor que hacer que sentarse a perder el tiempo y redactar leyes". James ha puesto su dedo en otra importante llaga: los perversos incentivos a los que están sometidos los burócratas, cuya carrera depende de cuánto pueden entrometerse en nuestras actividades pacíficas. Un anciano casi sin dientes estaba de acuerdo con James. "Pensé que estaban locos. Quiero decir, ellos [la gente de la iglesia] están ayudando a la gente, y lo están poniendo en peligro".

La reverenda Fender añadió: "Han montado las cosas de tal manera que se necesita tener una cocina de 40.000 dólares para poder alimentar a personas que si no, en el mejor de los casos, la tendrían que obtener de fuentes cuestionables". La reverenda Kathleen Chesson afirmó que su First Christian Church no iba a obedecer las normas. "Nuestra misión es dar de comer al hambriento. Nosotras vamos a dar de comer al hambriento. Eso es todo".

Antes de poder plantear a los funcionarios del condado esta situación ridícula, la mala publicidad ya había forzado una reconsideración. "Me levanté, leí el periódico de la mañana y me pareció horroroso ", me dijo Gerry Connolly, que encabeza el Gobierno del condado. "Creo que en ocasiones las normas se superponen al sentido común". Le pregunté qué hubiera sucedido si el Departamento de Sanidad hubiera estado presente cuando Jesús daba de comer a los necesitados. "Habría sido, ya sabe, amonestado", me respondió Connolly entre risas.
De modo que esta noticia tiene final feliz: Connolly declaró exentas de las regulaciones a las iglesias. Pero no echemos las campanas al vuelo.

"Fairfax se está echando atrás ", dice James. "Dicen que no van a implementarlo... por ahora. Este año. ¿Pero qué hay del año que viene?". De nuevo, es un análisis bastante inteligente. Cuando se logra captar la atención de los medios, se puede recibir el perdón de los líderes políticos. ¿Pero qué sucederá el año que viene, y qué sucede con el resto de nosotros, aplastados aún por todas esas leyes?

Las leyes tienen buena intención. Pretenden garantizar que el público esté seguro. Pero los redactores de las leyes tienden a olvidar que éstas tienen consecuencias no previstas. Y, como señalaba James, comer lo que se encuentra en los vertederos es mucho más peligroso que comer en una iglesia sin un fregadero de tres compartimentos.

John Stossel. Libertad Digital

domingo, 7 de enero de 2007

Amnistía Internacional, censor digital

A las tradiciones habituales en España de los primeros días de enero, como las doce uvas para darle la bienvenida o los Reyes Magos, se ha sumado desde hace unos años una nueva: la declaración alarmista de Amnistía Internacional (AI) contra los videojuegos. Una vez más, como ya ha ocurrido a comienzos de otros años, esta organización pide al Gobierno que ejerza un mayor control sobre este tipo de entretenimientos en nombre de la protección de la infancia. La asociación tiene razón cuando asegura que "las empresas que se lucran, legítimamente, en el mercado del videojuego, no pueden ni deben ser a la vez garantes de los derechos de los niños", pero en el resto desbarra.

AI pretende que existe una "dejación de responsabilidades" del Gobierno al poner la "protección de los derechos" de los menores en manos de las empresas de videojuegos a través de su código de autorregulación. Se equivoca de pleno. Quien debe impedir que los niños accedan a contenidos adecuados no son las empresas ni el Ejecutivo. Son los padres. Amnistía Internacional cae en ese defecto típico de muchos moralistas con ansias de control social. Creen que los ciudadanos no son lo suficientemente maduros como para discernir sobre lo que es bueno para ellos y sus descendientes. De forma prepotente, los responsables de la organización se consideran por encima del común de los mortales y pretenden quitar a los progenitores la potestad de decidir qué es bueno y qué no lo es para sus hijos.

De forma anual, AI muestra un talante intervencionista y totalitario que choca de forma frontal con los principios que dice defender: los derechos humanos. Esta organización pretende recortar la libertad de empresas y padres. Claro que no debe sorprender en alguien que monta campañas contra la censura sin denunciar a los censores. Generación tras generación han sido los adultos quienes han evaluado y decidido los contenidos de todo tipo, escritos y audiovisuales, a los que accedían sus vástagos. Con los videojuegos no ha de ser diferente. Cualquier padre responsable mirará no sólo la clasificación por edades que venga en el envoltorio de cada título, se molestará en comprobar en persona a que juega su hijo. Y es precisamente esa autonomía personal y esa capacidad de decidir de cada uno a estos moralistas de principios del siglo XXI.

¿Qué pasaría si alguien pidiera un mayor control estatal sobre el contenido de los libros? Que todo el mundo, incluyendo los de Amnistía Internacional incluida, protestaría indignado ante semejante intento de volver a la época de la censura y de los "índices" de publicaciones prohibidas. ¿Y si la petición se refiriera al cine? Pues lo mismo. ¿Por qué han de ser diferente los videojuegos? ¿Tan sólo debido a que se trata de un nuevo género? Pues sí, seguramente tan sólo a eso. Los responsables de Amnistía Internacional han demostrado otra vez más que tienen alma de censores digitales. Y como tales han de ser denunciados.

Antonio José Chinchetru. Libertad Digital

miércoles, 3 de enero de 2007

Atentado de ETA. Ecuatorianos

Ecuatorianos

Ecuatorianos silenciosos de áspero destino. Hombres de una república que deletrea la libertad en su lema nacional. Viajeros de la vida trasatlántica. De Quito a las barriadas madrileñas o barcelonesas va un trecho de esperanzas desgarradas. Sucres en el bolsillo del supuesto turista que despega y aterriza como un sueño vital, una epopeya. Peripecia del desarraigo, que nunca tiene patria y que siempre la busca.

En un tiempo lejano fue la Europa hambreada la que marchaba a levantar países llenos de fábricas y de coches y de cables. Y siempre los africanos. Hoy le toca a Ecuador, estremecido de indigenismo, saltar como un alma plural a nuestra España evanescente, que son ellos también. España que será progresivamente ecuatoriana, americana, devolviendo el esperma a sus orígenes.

Soy más del Ecuador que de aquí al lado. Más de allí que de estas montañitas nevadas y estas playas esparcidas. Y cuanto más ecuatoriano me hace el misterio de las migraciones, más lo quiero ser. Las lenguas de los indios se trenzan con rugosa eficacia, y sale de la América del Sur un bramido en la misma lengua de mis sueños y de mis columnas. El español. De Guayaquil a Barcelona un latido de puertos y de rumbos atraviesa el océano. Ecuador es España como España es Ecuador, no por pesadas razones de una historia durmiente en bibliotecas, sino por la única razón de la existencia: vivir para vivir. Buscarse la vida.

En el ecuador de su aventura, duermen discretos los ecuatorianos, austeros en los coches, en los aparcamientos, en los aeropuertos, cuando una bomba que no va con ellos, una bomba cargada de mentiras, los sepulta. Su pasaporte extranjero hace que las autoridades y los periodistas no los consideren víctimas del todo. Quedarán en un limbo de desaparición. Un accidente, ya lo dijo Rodríguez. Y pasa su muerte desprevenida en vez de pasar su vida despaciosa y fértil. Han matado a dos hombres.

Juan Carlos Girauta. LD

"Volar siendo musulmán"

Seguridad en los aeropuertos

Las acusaciones de discriminar según perfiles raciales, religiosos o étnicos vuelven a ser noticia como consecuencia del episodio de los seis imanes del vuelo de US Airways. Según los informes policiales, los hombres hicieron declaraciones antiamericanas, rezaron y entonaron cánticos en nombre de "Alá", rechazaron las solicitudes del piloto de desembarcar para un examen adicional y solicitaron extensiones para los cinturones sin motivo aparente. Tres de los hombres no habían facturado equipaje y su billete era sólo de ida. Según el Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR), cinco de ellos han contratado abogado y probablemente terminen presentando una demanda por discriminación contra US Airways.

La controversia sobre los perfiles raciales no es nueva. Durante muchos años, los negros norteamericanos acusaron a policías y dependientes de tratarles distinto por su color, haciéndoles pasar por un escrutinio extra. Se han acuñado eslóganes ingeniosos como "conducir siendo negro" y, ahora, "volar siendo musulmán ", que no ayudan mucho a entender el problema. Apliquemos a la materia algo de análisis económico.

Dios, o cualquier otro ser omnisciente, nunca se fijaría en la raza a la hora de evaluar a una persona. ¿Por qué? Puesto que Él lo sabe todo, sabría quién es un terrorista o un criminal y quién no. Nosotros los humanos, en cambio, no lo sabemos todo. Mientras que un dios dispondría de información completa y perfecta acerca de todo, la información de la que disponemos nosotros es incompleta y no demasiado impecable. Esto significa que debemos emplear sustitutos tales como estimaciones o intuiciones para sustituir a determinados tipos de información que no poseemos. Y resulta que algunos atributos físicos se correlacionan bastante con otros atributos que son más difícilmente observables.

Examinemos unos cuantos casos en los que emplear un perfil racial no provoca controversia ninguna. La tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares es de aproximadamente un 30% superior entre los adultos negros que entre los adultos blancos. Los indios Pima de Arizona tienen la tasa de diabetes más alta del mundo conocida. El cáncer de próstata es casi dos veces más común entre los varones negros que entre los varones blancos. ¿Lanzaría alguien acusaciones de discriminación por clasificar por raza contra un médico que solicitase de manera rutinaria análisis de sangre y exámenes de próstata con mayor frecuencia entre sus pacientes negros y más pruebas de tolerancia a la glucosa para los pacientes que sean indios Pima? Por supuesto, Dios no tendría que hacer eso porque sabría con total certeza qué paciente tiene más tendencia a desarrollar enfermedades cardiovasculares, cáncer de próstata o diabetes.

Está claro que, nos guste o no, queramos reconocerlo o no, existe una firme correlación entre atentados terroristas y ser musulmán, o entre ser negro y elevadas tasas de criminalidad. Esto significa que si se intenta dificultar el terrorismo y capturar criminales, se deberían dedicar mayores recursos de investigación a musulmanes y negros. Un musulmán respetuoso con la ley al que se le somete a un examen extra en el aeropuerto o un negro al que la policía para en la carretera tienen todo el derecho a estar enfadados pero, ¿contra quién deberían dirigir su enfado? Creo que un musulmán debería cabrearse con quienes convirtieron terrorismo y musulmán en sinónimos, y que los negros deberían hacerlo con quienes hicieron sinónimos negro y delincuencia. Esta es mi respuesta a los insultantes sonidos de los cierres de las puertas de varios coches cuando cruzo una calle por el centro de Washington D.C. o a los numerosos taxis que deciden no cogerme.

Si la seguridad de los aeropuertos registrara intensivamente a todo el mundo, sería un enorme desperdicio de recursos. Después de todo, registrar intensivamente a alguien que tiene una probabilidad cercana a cero de ser un terrorista, como una mujer de 80 años que utiliza un andador, no sería solamente un desperdicio, sino que restaría recursos al registro de una persona con una probabilidad mucho más elevada de ser un terrorista.Puede que se pregunte si estoy justificando que se usen perfiles raciales o religiosos. No, no lo estoy justificando más de lo que Einstein intentaría justificar la ley especial de la relatividad. Intento explicar un fenómeno. Dicho sea de paso, pienso que buena parte del proceso de registro al que nos someten en los aeropuertos es enormemente estúpido, pero no tengo nada contra la Administración de Seguridad en el Transporte. Ellos tienen sus normas y yo tengo las mías. Una de las mías es minimizar en lo posible mi vinculación a la estupidez. Por eso ya no viajo en avión.
Walter Wiliams

Retrato de familia de Kofi Annan

EL AMIGO DE ZAPATERO
Rafael L. Bardají

Todo apunta a que Annan, en estos diez años al frente de Naciones Unidas –y con toda seguridad también antes, cuando se desempeñaba como alto funcionario de la organización–, ha promovido siempre sus intereses personales y familiares por encima de los generales, a los que se debía. Y lo ha hecho rodeado de una opacidad que volvió endémica, tanto en lo financiero como en sus tejemanejes en gestión de personal. Nunca antes la ONU había padecido tanta corrupción y sido tan corrupta.

Todo esto, con un secretario general que se vendía como el gran defensor de la moralidad internacional y de los ideales de 1945. Annan llegó al puesto de secretario general tras obtener el beneplácito del Consejo de Seguridad, el 13 de diciembre de 1996, y de la Asamblea General, cuatro días más tarde. Cómo logró aunar las voluntades necesarias es algo que merece un artículo aparte; ahora nos bastará recordar que no llegó al cargo con las manos limpias. Hay dos episodios en su carrera que ha tratado de obviar sistemáticamente; ambos tuvieron lugar mientras era el responsable de las operaciones de paz de los cascos azules. Se trata de las matanzas de Ruanda, durante el conflicto de los Grandes Lagos entre tutsis y hutus, y del genocidio de Srebrenica, en la antigua Yugoslavia.

La misión de la ONU para Ruanda fue establecida a finales de 1993, bajo el mando del general canadiense Romeo Dallaire. Su objetivo: ejecutar los acuerdos de paz que pondrían fin a la guerra civil. La resolución 872 detallaba las tareas consignadas, entre las que se contaba la de asegurar la ciudad de Kigali como santuario (palabra que más tarde se volvería dramáticamente contra la propia ONU, como veremos). Cuando el mando de la misión tuvo conocimiento de las inminentes matanzas que planeaban los hutus y, en consecuencia, solicitó permiso para actuar, a fin de prevenirlas, Annan por dos veces respondió negativamente, en un llamamiento interno a la prudencia. Es más, como luego se supo, Annan y su gente evitaron que el aviso de urgencia dado por el general Dallaire llegara a distribuirse entre otras agencias de la ONU que operaban en la zona e impidieron que el asunto fuera puesto en el orden del día del Consejo de Seguridad.

El resultado ya sabemos cuál fue: la inacción de Naciones Unidas y una tragedia que rayó en el genocidio étnico. Y todo por una decisión caprichosa, y nunca explicada, de Kofi Annan. Si éste hubiera dado luz verde a Dallaire, con toda seguridad el horror que se desencadenó en Ruanda se hubiera podido evitar. Y todo porque Annan, como él mismo explicaba al general canadiense en un telegrama, era "contrario al uso de la fuerza, que siempre conlleva repercusiones no calculadas". Cientos de miles de muertos, eso fue lo que realmente nunca quiso calcular Annan.

El caso de Srebrenica no es muy distinto. La ciudad, considerada una de las seis zonas seguras de acuerdo con las resoluciones 819, 824 y 836 de 1993, se encontraba bajo la protección de los cascos azules cuando, a comienzos de julio de 1995, fue atacada por tropas serbobosnias y serbias. La guarnición onusina era escasa y estaba mal pertrechada. Srebrenica estaría a salvo sólo si las partes convenían en no agredirla. No fue el caso. Ante el asalto final, el comandante de la guarnición de la ONU, el holandés Ron Rutten, solicitó ataques aéreos repetidamente. Una y otra vez fueron denegados.

La razón, la misma que en Ruanda: "Ser precavidos en las reacciones para no despertar más violencia". Incluso se negó protección a personal auxiliar local que trabajaba para la ONU, especialmente como intérpretes. Srebrenica no sólo cayo en pocas horas, sino que las fuerzas atacantes separaron a las mujeres y los niños de los varones, cometieron atrocidades sin fin sobre los primeros y asesinaron fríamente a más de ocho mil de los segundos. Tal fue la masacre, que causó la dimisión del Gobierno holandés una vez se hizo pública su propia versión oficial sobre lo sucedido, ya en 2002.

Kofi Annan, que al igual que todo el alto personal de la ONU se encontraba de vacaciones en aquellos días de julio del 95, sólo se molestó en acudir a una reunión rutinaria que tuvo lugar en Ginebra el 8 del mismo mes, una semana antes de que comenzaran las matanzas genocidas. El tiempo dedicado a Srebrenica en dicha reunión fue mínimo. Es más, se favoreció que, a su conclusión, sir Rupert Smith, al mando de la misión de la ONU en Yugoslavia, retornara a sus plácidas vacaciones.

Un Gobierno democrático acabó dimitiendo; Kofi Annan, libre de los mismos controles y carente de vergüenza, no sólo no dimitió, sino que, en lugar de ser destituido, acabó siendo promovido al puesto de máxima relevancia de la organización internacional. Como secretario general, Annan no modificó su doctrina de prudencia extrema. El caso más sonado, en el que también se mezclan otros intereses, es el del Irak de Sadam Husein, pero no por ello el de Darfur es menos sangrante. De hecho, en este último la oficina de Annan ignoró sistemáticamente los informes que le llegaban de sus oficiales sobre el terreno.

Y si no hubiera sido porque el antiguo enviado especial de la ONU en la zona, Mukesh Kapila, comenzó a hablar públicamente sobre el desastre y la violencia que asolaban esa región sudanesa, Kofi Annan y sus colaboradores seguramente no hubieran llevado el asunto ante el Consejo de Seguridad. De hecho, cuando lo hicieron ya había pasado más de un año desde el estallido de la crisis, los desplazados se contaban por millones y los muertos por centenares de miles. ¿Por qué? De nuevo, las reticencias a la hora de actuar. Kofi Annan no sólo ha cometido dos pecados mortales: el de querer convertirse por derecho propio en un miembro más de la ONU, con todos los derechos pero ninguna de las obligaciones, y el derivado de la espesa opacidad de sus gestiones; es que, además, ha sabido cómo sacar partido personal de su puesto al frente de la organización.

Lo cual no está nada mal para alguien que siempre ha pontificado sobre la moralidad y la defensa de los ideales internacionalistas y que no ha desperdiciado ocasión alguna para arremeter contra los opulentos ricos occidentales, muy especialmente contra los Estados Unidos. Hay un escándalo supino que siempre irá asociado a su figura: el de la perversión de todo el programa Petróleo por Alimentos, que tenía por objetivo –según el Consejo de Seguridad– proteger a los más desfavorecidos de entre la población iraquí pero que, bajo la gestión directa de Annan, no sólo se convirtió en una sistema de financiación ilegal de Sadam Husein, sino que volvió ilícitamente ricos a varios de los colaboradores de aquél. No sólo a colaboradores.

Su hijo Kojo fue contratado por una empresa suiza, Cotecna, que aspiraba a hacerse con la gestión de las inspecciones de las mercancías destinadas a Irak bajo el programa de la ONU. Efectivamente, Cotecna obtuvo el contrato en sucesivas licitaciones limitadas; y Kojo Annan se embolsó una buena cantidad por no aportar más que la proximidad a su padre y saber utilizar su apellido. Uno de los incidentes más conocidos de este lamentable caso fue el del Mercedes rojo de Kojo, coche que se le proporcionó por los servicios prestados y que exportó desde Europa a su país, Ghana, sin pagar los debidos derechos. Kojo adujo que, en realidad, el vehículo era de su padre.

La Comisión Volker, que estudió la mala gestión del programa Petróleo por Alimentos, le acusó de comportamiento ilegal y arrojó serias dudas sobre la complicidad de su padre en este escándalo menor dentro del escándalo mayor: recordemos que miles de niños murieron por falta de medicamentos, gracias a la corrupción del personal de Annan. Que yo sepa, Kofi Annan perdió por primera vez los estribos en público durante una rueda de prensa celebrada a finales de 2005. Se los hizo perder el periodista británico James Bone. Aparte de insultarle, se negó chulescamente a contestar a sus preguntas.

Lo recuerdo muy bien porque, por un casual, yo estaba viendo en directo aquella rueda de prensa. "Le voy a dar una vuelta", fueron las primeras palabras del secretario general de la ONU, en un mal chiste sobre un coche que simbolizaba, expresaba y condensaba los abusos y privilegios a los que la organización se estaba acostumbrando durante el mandato de aquél. Annan tuvo sus horas más bajas a lo largo, precisamente, de 2005. Muchas voces clamaban por su dimisión o destitución, pero él hizo oídos sordos y se aferró a su puesto. George W. Bush nunca levantó el puñal contra él, a pesar de las múltiples razones que podrían haberle impulsado a hacerlo. Annan nunca se consideró culpable de nada, ni padeció sentimiento de culpa alguno por lo sucedido durante su gestión. Así y todo, su salida, a pesar de haberse realizado en un marco incomparable que no merecía: la Biblioteca Truman, no le deja indemne.

Por un lado está el juicio que se sigue en Manhattan contra alguno de sus colaboradores, por soborno en la contratación de las obras de renovación de la sede central de Naciones Unidas; contratos que habrían procurado de manera ilegal –de hecho, dos funcionarios de Annan, Kuznetsov y Yakoviev, ya se han declarado culpables– más de un millón de dólares a cada implicado, dinero sustraído de los fondos de la ONU para la citada obra. Por otro lado está algo que apenas comienza a aflorar y que le toca directa y, de nuevo, familiarmente. Hablamos de su apartamento de lujo en la Roosevelt Island.

Fue su casa hasta que se le nombró secretario general de la ONU. Y lo fue porque era un apartamento público puesto a disposición del alto funcionariado de la organización, los exentos de impuestos y todo eso. Una vez que, como secretario general, se instaló en su nueva residencia, Annan debió abandonar el apartamento de la Roosevelt Island. Pero no lo hizo, sino que lo transfirió a su hermano Kobina, que llevaba por entonces varios años como embajador de Ghana en Marruecos. Mientras Kofi Annan se despedía de su cargo con una diatriba contra los Estados Unidos, el Ayuntamiento de Manhattan sacaba a la luz que el apartamento en cuestión estaba ahora a nombre de la mujer de Kobina, en clara violación de la normativa y en igualmente claro fraude a la ley. ¿Pero qué le puede importar eso a un Annan que no ha hecho sino moverse siempre en los márgenes grises de la legalidad?

No sólo tapó las andanzas de su hijo, sino que protegió con celo tribal a sus colaboradores. Incluso se negó a investigar los abusos sexuales imputados a su subordinado Ruud Lubbers, acusado con causa por una de sus ayudantes. Mientras que Annan le exoneró de toda culpabilidad en julio de 2005, el servicio de asuntos internos de la organización le consideró culpable apenas unos meses más tarde, en noviembre de ese mismo año. Eso, por no hablar de las múltiples denuncias de abusos cometidos por sus cascos azules a lo largo de medio mundo, y que él siempre se ha negado a estudiar a fondo.

En fin, este es el apresurado retrato familiar de Annan. Familiar en un doble sentido: porque a casi todos nos suena y porque se trata de su familia. Kofi Annan es inseparable de sus familiares, que tanto se han beneficiado de su apellido. Este es el retrato de una personalidad evidentemente narcisista y pagada de sí, de un alma fría y ambiciosa, cínica e hipócrita, que ocultaba sus miserias personales con un discurso moralizante falso hasta los cimientos. Por eso no podía ser más que la figura de Kofi Annan lo que encandilara a nuestro actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien parece compartir numerosas características. De ahí a encontrarle un lujoso retiro como alto representante de la fantasmagórica Alianza de Civilizaciones no ha habido sino un paso. ¿Abandonará Kofi su amado Manhattan para instalarse en un palacete de Mallorca, donde el Gobierno quiere poner la sede de su iniciativa? Dios nos coja –no koja– confesados.

Vi a Annan en un cóctel-cena organizado por el Instituto Reina Sofía de Nueva York con motivo de un homenaje (con entrega de Medalla de Oro) a José María Aznar. Enero de 2005, si no recuerdo mal. No era el mejor momento para Annan y, como luego supe por las organizadoras, había hecho lo indecible para ser invitado y asistir al acontecimiento. Con toda probabilidad, para las fotos con los Kissinger y demás celebridades allí congregadas. También recuerdo su cara mientras el ex presidente Aznar desgranaba su discurso y arremetía contra la mala gestión de la ONU y la necesidad de cambiar las prácticas en dicha organización, una reforma nunca pensada por su entonces secretario general. Y, desde luego, no se me olvidará su despedida del orador, enfundado en su Armani gris, agradeciéndole sus palabras y el interés suscitado.

Haberle elegido para que, por primera vez, la ONU tuviera un secretario general del África negra no fue razón suficiente ni inteligente. Haberle permitido sus tejemanejes, escondidos y envueltos en sus afables modales y su pulcro estilo, fue un error todavía mayor. Aceptar su inevitabilidad como representante de una iniciativa de Zapatero pagada por nuestros bolsillos es pura insensatez. Yo ya he tenido el Annan que me merecía, y no quiero más.

Rafael L. Bardají. LD

martes, 2 de enero de 2007

Una iniciativa para procesar a Ahmadineyad

Palabras que matan

La Radio de las Mil Colinas, que incitaba y coordinaba a los escuadrones de la muerte, "puso de continuo las canciones de Bikindi durante los 100 días que duró la matanza", recordaba el New York Times en el año 2002. "En Ruanda, donde nadie lee la prensa ni tiene televisión, la radio es la reina. Según declaraciones de testigos, muchos de los asesinos cantaban canciones de Bikindi mientras troceaban o apaleaban hasta la muerte a miles de tutsis, con machetes repartidos por el Gobierno y bates caseros tachonados de clavos".

Bikindi está siendo juzgado por el tribunal internacional creado para llevar ante la justicia a los criminales de guerra del conflicto de Ruanda. Se le acusa, en primer lugar, de incitar al genocidio con sus canciones. No es el único ruandés en ser llevado a juicio por incitación al genocidio: entre los ya condenados se cuentan un fundador de la Radio de las Mil Colinas y un director de Kangura, un periódico virulentamente antitutsi.

Las palabras pueden ser letales, abrir la puerta al crimen a gran escala. De ahí que la Convención para la Prevención y el Castigo del Crimen de Genocidio (1948) equipare sin lugar a dudas el crimen de incitación al genocidio mediante la palabra con el de la comisión misma del crimen por medio de las armas. Y si esto es aplicable a un cantante o al responsable de un medio de comunicación, con más razón ha de aplicarse cuando las exhortaciones al asesinato en masa proceden de un jefe de Estado.

Así que, si Simon Bikindi ha sido acusado de incitación al genocidio, ¿por qué no Mahmud Ahmadineyad? Recientemente, numerosos abogados y diplomáticos –entre los que se contaba el embajador saliente de EEUU ante la ONU, John Bolton– hacían en Nueva York un llamamiento para que el procesamiento de Ahmadineyad pase a considerarse una prioridad internacional. La reunión fue organizada por el Jerusalem Center for Public Affairs (JCPA), que difundió un documento en el que se da cumplida cuenta de los argumentos para procesar al presidente iraní y al régimen que representa.

Las intenciones genocidas de Irán están bien claras. Ahmadineyad ha llamado en público a que Israel sea "borrado del mapa". En 2005 patrocinó una conferencia que anticipaba cómo sería "El mundo sin sionismo", y, en 2006, otra que negaba que el Holocausto hubiera tenido lugar. El mandatario iraní ha proclamado a los cuatro vientos que Israel "será purgado del centro del mundo islámico", y que la "eliminación" del "régimen sionista" será "simple y suave".

Asimismo, demoniza a los judíos como "bárbaros sedientos de sangre" y "gente muy asquerosa" que ha causado "los peores daños a la raza humana". Y el pasado agosto advertía: "Deben saber que sus últimos días se avecinan". No estamos ante los estallidos de rabia de un político histriónico al que harían bien en acallar los clérigos iraníes: las palabras de Ahmadineyad son un eco de las amenazas genocidas que se profieren desde las más altas instancias del régimen de Teherán. "Solamente existe una solución al problema de Oriente Medio, la aniquilación y destrucción del Estado judío", ha declarado el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei. El ex presidente Hashemi Rafsanjani, que suele ser descrito como "moderado" en Occidente, ha llegado a explicar en los siguientes términos las ventajas de lanzar un ataque nuclear sobre Israel: "El uso de una bomba nuclear contra Israel no dejará nada en pie, mientras que [cualquier represalia israelí] sólo dañaría el mundo del Islam".

Irán está buscando hacerse con armamento nuclear de una manera muy agresiva; ya dispone de los misiles de largo alcance necesarios para lanzar un ataque. Cuando se exhiben esos misiles bajo lemas como "Israel debe ser extirpado y borrado de la historia", no estar al tanto de lo que pretenden Ahmadineyad y los mulás es caer en la ceguera voluntaria. Durante los muchos meses que precedieron al genocidio de Ruanda hubo una incitación similar al asesinato en masa . Las autoridades internacionales no hicieron nada para acallar a los incitadores, y los resultados fueron catastróficos.

La situación en Irán hoy es aterradoramente parecida. Pero en el documento del JCPA, que ha sido redactado por el experto en derechos humanos Justus Reid Weiner, se dice que hay una diferencia sustancial: "Mientras que los hutus de Ruanda estaban equipados con... machetes, Irán, si la comunidad internacional no hace nada por evitarlo, pronto estará en posesión de armas nucleares". En ese momento Teherán estará preparada para perpetrar el primer "genocidio instantáneo" de la historia. En el encuentro de Nueva York, el embajador Bolton comentó que los historiadores que estudian las grandes tragedias suelen preguntarse cómo las autoridades del momento no vieron venir el horror. "¿Cómo no advirtieron (...) las claras señales que emitían aquellos que estaban a punto de perpetrar actos de gran atrocidad y barbarie, y que en momento alguno escondieron sus intenciones?".

Las intenciones de Irán son maléfica, transparentemente claras. Lo que no está claro en absoluto es qué hará al respecto el mundo civilizado. El procesamiento de Ahmadineyad según lo dispuesto por la convención del 48 no cancelaría la amenaza de un segundo Holocausto, pero sería un buen primer paso.

JEFF JACOBY, columnista del Boston Globe. LD

lunes, 1 de enero de 2007

Economía y personalismo cristiano en la sociedad contemporánea

Si quisiéramos fundar un orden social y económico en el Evangelio, considero que es necesario reconocer que el intento de encontrar orientaciones directas y precisas sobre un sistema social con el cual regir las funciones humanas en este mundo tales como el poder, el manejo de los bienes, la relación de los individuos etc. nos encontramos que es imposible derivar del mismo Evangelio tales principios. Esto se debe a que Jesucristo, en su propuesta doctrinal, que está al mismo tiempo encarnada por su persona, hace planteamientos que atañen a la raíz del mismo ser humano, mostrando así la realidad de la política como un servicio, pero no recomendando un sistema político e ideológico sobre otro.
El manejo económico debería ir en la línea del compartir fraternal derivado nada menos que de la dignidad que todo ser humano posee puesto que Dios tiene sobre cada uno un designio para ser sus hijos, por tanto hermanos entre nosotros; de aquí que el ser humano está llamado a enseñorear todos los productos de la organización de la civilización y de la cultura, los sistemas políticos, económicos, sociales y de cualquier índole, incluso los religiosos ya que Jesús afirma no ser el hombre para el sábado sino el sábado para el hombre.

Puesto este horizonte referencial entonces ¿es posible hacer un planteamiento alternativo al mundo en que vivimos y donde la globalización y la economía de mercado se ha apoderado incluso de los pretendidos estados socialistas marxistas? Aparentemente para algunos no es posible. La caída del muro de Berlín y por consiguiente el desplome de una economía donde los medios de producción en manos del Estado que anulaba la inicitiva de las libertades individuales, principio este fundamental para el capitalismo de mercado, mostró su no viabilidad.
Entonces sobre la maestra de la vida: la historia del cristianismo, se nos muestra que es posible ser cristiano en diversas articulaciones económico políticas, sea la comunitarista que quiso vivir desde su pobreza la primera comunidad de Jerusalén (Cfr. Hechos de los Apóstoles) la monárquica que se extendió por largos siglos o la vivida en las reducciones jesuíticas del Paraguay.

Hoy en día, y a la luz de la Doctrina Social Católica y fundándose, tanto en la propuesta humanista de Jacque Maritain y en la personalista de Emmanuel Mounier, se ofrece una alternativa de una «economía personalista» que, como su nombre lo indica, quiere partir del reconocimiento de la dignidad del ser humano entendido como persona, como la razón de ser de la creación por parte de Dios al igual que el centro del accionar humano en el mundo.

Tal propuesta busca impulsar el crecimiento personal, para lo cual la libertad es esencial, la democracia es indispensable, la igualdad de oportunidades es una condición, la vida en comunidades es una necesidad y el Estado debe tener la capacidad y la eficiencia que le permitan cumplir con su papel, tanto subsidiario como solidario, de cara al bien común

El personalismo es la afirmación del valor absoluto de la persona. Este plantea que el centro de todo accionar político y económico debe ser, el ser humano. Partiendo de valores del humanismo integral, se nos propone reconocer en cada hombre y en cada mujer una persona, es decir, un ser humano único e insustituible, distinto de todos los demás, libre por naturaleza y abierto a la trascendencia.

Bajo esta perspectiva el Estado tiene como máximo objetivo el de crear las condiciones objetivas necesarias para el desarrollo óptimo de la persona, tomando en cuenta que esta es esencialmente comunitaria y que su realización integral tiene lugar en el ámbito de la comunidad, y es facilitado por la constitución de organizaciones intermedias. Desde este planteamiento personalista podemos deducir varios principios operativos básicos:

La vigencia indispensable de la ética en la política, en términos de una formulación personalista y comunitaria. El valor fundamental del ser humano y por lo tanto de los derechos humanos, en lo concerniente a la discriminación de genero, la lucha por la igualdad de derechos humanos entre mujeres y hombres; la discriminación social, la reducción de la brecha entre pobres y ricos, y la discriminación racial o confesional, que son las discriminaciones más generadoras de injusticia.
La creación y mantenimiento de condiciones materiales que permitan el desarrollo pleno de la persona. El reconocimiento de la trascendencia del hombre en la libertad de conciencia, como núcleo central de una civilización de la fraternidad humana.

La economía social de mercado, se basa en la convicción de que el mercado en combinación con la propiedad privada de los medios de producción (es decir, el rasgo esencial del capitalismo) constituye la modalidad mas eficiente de coordinación económica, pero para que esta se dé en pro del bien común y una mayor justicia social el Estado debe garantizar la seguridad de la propiedad privada, la libre competencia «real» entre los agentes económicos, que se de realmente un efecto distributivo en el mercado, y velar por la protección de los intereses de los entes sociales más vulnerables.
Silvio Cajiao, S.I. ZENIT.org