viernes, 30 de marzo de 2007

España, donde menos vale la vida del más débil

La aprobación en el parlamento de la Ley de Investigación Biomédica convierte a España en uno de los países del mundo en que menos se va a proteger la vida del mas débil: el embrión.

Madrid, 28 de marzo de 2006.- La aprobación definitiva por el parlamento de la Ley de investigación biomédica suscita el siguiente juicio del Presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, “con esta ley y la recientemente aprobada sobre técnicas de reproducción asistida España se convierte en uno de los países del mundo donde más desprotegido va a estar el ser humano en sus primeras fases de vida. Esta legislación es un caso único de norma jurídica sobre biomedicina que no se preocupa de proteger la vida, sino que se centra en la protección y amparo de los intereses económicos subyacentes a las tecnologías biomédicas”, señala.

La Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso aprobó hoy el dictamen del proyecto de ley de Investigación Biomédica con competencia legislativa plena, que pasará a tramitarse directamente en el Senado. El Foro Español de la Familia considera que con esta decisión, el Gobierno se rinde ante los intereses económicos y desprotege al más débil: el embrión.

Esta ley se suma a la reciente reforma de la ley de técnicas de reproducción asistida-, que establece en España un estatuto jurídico del embrión ajeno a cualquier consideración ética derivada de su condición humana, y subordina la ley a los intereses económicos y tecnológicos de las empresas y los profesionales implicados en la industria de la biotecnología. El Presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, aclara, “en España, con estas leyes, serán legítimas prácticas que en otros países europeos son ilegales e incluso conllevan en algunos casos penas de varios años de cárcel como la clonación, la fabricación de embriones para experimentar con ellos, la fecundación pos morten, o la producción de los denominados bebés medicamento”.

Ante esta terrible abdicación ética, el Foro Español de la Familia quiere volver a recordar y hacer suyas las palabras del Presidente de la República alemana Johannes Rau, pronunciadas el 18 de mayo del 2001 en la Biblioteca nacional de Berlín, dirigidas a la nación alemana cuando el gobierno de Schröder planteó en aquel país este mismo debate bioético. (En el archivo adjunto: http://www.forofamilia.org/documentos/declaracionesRau.pdf)

El Foro Español de la Familia lamenta que en España se vaya a aprobar una legislación sobre biomedicina carente de toda inspiración ética, ajena al más elemental compromiso con el respeto a la vida humana en sus fases iniciales y pensada para servir a los intereses empresariales y económicos implicados en la biotecnología sin límites éticos.

Con esta nueva legislación el el Gobierno y su mayoría parlamentaria desprotegen al más débil –el embrión-, se rinden ante los intereses económicos de la industria biotecnológica y desprotegen la ecología humana, renunciando a las más elementales señas de identidad tradicionales de la izquierda.

lunes, 26 de marzo de 2007

Libertad interior

Sus padres, un hermano y su mujer habían muerto en las cámaras de gas. Él mismo había sido torturado y sometido a innumerables humillaciones. Durante meses, nunca pudo estar seguro de si al momento siguiente lo llevarían también a la cámara de gas, o se quedaría de nuevo entre los que se salvaban, o sea, entre aquellos que luego tenían que llevar los cuerpos a los hornos crematorios, y retirar después sus cenizas.

Victor Frankl había nacido en Viena pero era de origen judío, y eso precisamente le había conducido hasta aquellos campos de concentración nazis de la Segunda Guerra Mundial. Allí experimentó en su propia carne la dura realidad de una tragedia que asombró y asombra aún al mundo entero. Fue testigo y víctima de un gigantesco desprecio por el hombre, de todo un cúmulo de vejaciones y hechos repugnantes que, por su dimensión y su crueldad, constituyeron una triste y dura novedad en la historia.

Frankl era un psiquiatra joven, formado en la tradición de la escuela freudiana, y fiel a sus principios, era determinista de convicción. Pensaba que aquello que nos sucede de niños marca nuestro carácter y nuestra personalidad, de tal manera que nuestro modo de entender las cosas y de reaccionar ante ellas queda ya esencialmente fijado para el futuro, sin que podamos hacer mucho por cambiarlo.

Sin embargo, aquel día, estando desnudo y solo en una pequeña habitación, Frankl empezó a tomar conciencia de lo que denominó la libertad última, un reducto de su libertad que jamás podrían quitarle. Sus vigilantes podían controlar todo en torno a él. Podían hacer lo que quisieran con su cuerpo. Podían incluso quitarle la vida. Pero su identidad básica quedaría siempre a salvo, sólo a merced de él mismo.

Comprendió entonces con una nueva luz que él era un ser autoconsciente, capaz de observar su propia vida, capaz de decidir en qué modo podía afectarle todo aquello. Entre lo que estaba sucediendo y lo que él hiciera, entre los estímulos y su respuesta, estaba por medio su libertad, su poder para cambiar esa respuesta.

Fruto de estos pensamientos, Frankl se esforzó por ejercitar esa parcela suya de libertad interior que –aunque estuviera sometida a tantas tensiones– era decisivo mantener intacta. Sus carceleros tenían una mayor libertad exterior, tenían más opciones entre las que elegir. Pero él podía tener más libertad interior, más poder interno para decidir acertadamente entre las pocas opciones que se presentaban a su elección.

Gracias a esa actitud mental, Frankl encontró fuerzas para permanecer fiel a sí mismo. Y se convirtió así en un ejemplo para quienes le rodeaban, incluso para algunos de los guardias. Ayudó a otros a encontrar sentido a su sufrimiento. Les alentó para que mantuvieran su dignidad de hombres dentro de aquella terrible vida de los campos de exterminio. Su vida, precisamente en aquel momento de tanto desprecio por el hombre, de un desprecio como quizá nunca lo había habido, allí, en medio de unas circunstancias en que una vida humana no valía nada, precisamente entonces, la vida de este hombre se hizo especialmente valiosa.

En las más degradantes circunstancias imaginables, Frankl comprendió con mayor hondura un principio fundamental de la naturaleza humana: entre el estímulo y la respuesta, el ser humano tiene la libertad interior de elegir. Una libertad que nos singulariza como seres humanos. Ni siquiera los animales más desarrollados tienen ese recurso: están programados por el instinto o el adiestramiento, y no pueden dirigir en nada ese programa, ni cambiarlo; es más, ni siquiera tienen conciencia de que exista.

En cambio, los hombres, sean cuales fueren las circunstancias en que vivamos, podemos formular nuestros propios programas, proponernos proyectos en la vida y alcanzarlos. Podemos elevarnos por encima de nuestros instintos, de nuestros condicionamientos personales, familiares o sociales. No es que esos condicionamientos no influyan, porque sí influyen, y mucho, pero nunca llegan a eliminar nuestra libertad. Y son esas dotes específicamente humanas las que nos elevan por encima del mundo animal: en la medida en que las ejercitamos y desarrollamos, estamos ejercitando y desarrollando nuestro potencial humano.


Alfonso Aguiló
www.interrogantes.net

viernes, 23 de marzo de 2007

El dictado de los nuevos infalibles

La jefatura de El País, responsable de la línea editorial del diario madrileño, ofrece hoy una perla en la que muestra su espíritu prohibicionista hacia quien no piensa como ella. El editorial “Dictado papal” se refiere a la exhortación apostólica de Benedicto XVI “Sacramentum caritatis”, un “controvertido documento” en el que “el Papa alemán llama a los príncipes [sic] de la Iglesia católica a la lucha ideológica y a recuperar el protagonismo perdido”. Añade que “para el Papa los políticos católicos están obligados a oponerse a las leyes que no se ajusten a esta doctrina religiosa”. Según los autores, “la separación entre la conciencia privada y los asuntos públicos, propugnada por el Concilio Vaticano II, no ha dado los frutos previstos”, y de ahí el apretón de tuercas.

Se ve que los autores del editorial viven todavía en el mundo de papel, pues olvidan que ahora se puede acceder a los textos originales con un simple “clic” del ratón. Y que las tergiversaciones quedan más fácilmente al descubierto. Quien no haya leído el documento, puede verlo de primera mano aquí (consultar el n. 83). O comprobar lo que dice el concilio Vaticano II sobre la conciencia (por ejemplo: Lumen Gentium, n. 36; Gaudium et spes, n. 16, 17). O ver aquí y aquí en qué consiste la “dura sanción” impuesta al teólogo Jon Sobrino (una notificación sin sanciones).

Pero está clara cuál es la intención de los editorialistas: afirmar que las cuestiones no negociables mencionadas por el Papa (la defensa de la vida, el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad en la educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas), sólo se pueden defender como “doctrina religiosa”. Es decir, no son un patrimonio cultural. Esto sí que es una declaración “ex catedra” que ofenderá a muchos no creyentes que consideran esos valores como una conquista de la sociedad. A este paso, los editorialistas de El País están robando la escena a la infalibilidad papal. Los Pontífices la han usado con cuenta gotas a lo largo de la historia; la jefatura de El País nos la ofrece a diario en generosas dosis. No sé por qué, pero todo esto me recuerda al emperador de "La guerra de las galaxias".

POR UNA CULTURA DE LA VIDA

Mensaje de Los Obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida

19 de marzo de 2007 Solemnidad de San José


El domingo 25 de Marzo, muchas diócesis y asociaciones celebrarán el día de la Vida. Con esta ocasión los Obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida queremos dirigirnos a todos para ofrecer unos puntos de reflexión y para manifestar nuestro apoyo y aliento a esta celebración.

1. Ante la situación actual de España

La última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española aprobó unas Orientaciones morales ante la situación actual de España, que querían ofrecer unos criterios para el discernimiento que hoy es necesario.

En el terreno de la vida, nos encontramos en un momento preocupante de nuestra historia. Por un lado, los recientes cambios legislativos han llevado a que España tenga una de las legislaciones que menos protege la vida humana en el mundo entero. Por otro lado, desde las instituciones se promueve la promiscuidad sexual con la falsa esperanza de que el preservativo o el recurso a la “píldora del día después” permitirán una práctica “segura” del sexo. Pero al contrario de lo esperado, las enfermedades de transmisión sexual y los abortos siguen creciendo.

No menor preocupación suscitan algunos temas que aparecen recurrentemente en los medios de comunicación que pueden llegar a anestesiar las conciencias. En particular, diversos grupos de presión y muchos medios de comunicación promueven la regulación legal del aborto libre y de la eutanasia.

Por ello, como Pastores del “Pueblo de la Vida” (Evangelium vitae, n. 78), tenemos que denunciar la extensión en nuestra sociedad de una verdadera “cultura de la muerte”, una visión del hombre que deja sin fundamento sus derechos fundamentales y diluye en la conciencia social el valor de la vida y la dignidad de la persona.

Nos encontramos ante un verdadero “desafío cultural”, un cambio sin precedentes en el corazón y la conciencia de nuestras familias y de la sociedad. Este desafío requiere una respuesta a distintos niveles.

2. Ayudar eficazmente a las madres

La primera acción de promoción de una cultura de la vida es la atención a las situaciones donde la vida de una persona está en peligro. No basta que animemos a una mujer a que se sobreponga a las presiones que la empujan al aborto si no le ofrecemos los medios para ello. Por eso es imprescindible el precioso servicio que tantas asociaciones ofrecen a las madres embarazadas para que puedan llevar adelante su embarazo. Queremos agradecer a todos su trabajo en este campo, a la vez que los alentamos para que perseveren a pesar de tantas dificultades.

En este terreno asistencial tenemos también que felicitarnos por iniciativas como Red Madre, que permite una coordinación y sostenimiento institucional de la ayuda a la mujer embarazada. Nuestra sociedad está tomando conciencia de que muchas veces el aborto se produce porque la mujer se encuentra sola ante una fuerte presión que la empuja al aborto. La sociedad tiene la responsabilidad de ofrecer a estas mujeres la posibilidad de elegir que su hijo llegue a nacer. Por eso, un solo aborto es un enorme fracaso de nuestra sociedad.

3. Necesidad de conversión para generar una cultura de la vida

Siendo insustituible la acción asistencial, no basta esta acción para dar respuesta al desafío cultural al que nos enfrentamos. Es necesario, sobre todo, fomentar entre los propios católicos una experiencia de fe, es decir, del reconocimiento de la presencia de Cristo entre nosotros, verdadera y fiel. Tan verdadera y fiel que pueda determinar todas las dimensiones de nuestra vida, como para que haga resplandecer en nosotros el amor a la propia vida y la gratitud por ella, y como para suscitar en nosotros la voluntad de ayudar y sostener siempre el amor a la vida de los demás, tratando de hacerlo posible con nuestro testimonio del amor de Cristo y con nuestro afecto. Llamar a esta experiencia de fe es llamar a la conversión. Todos contribuimos a la cultura de la muerte cuando nos sometemos a la mentalidad consumista, cuando hacemos del poder, del dinero, del estatus o del éxito social, los criterios que rigen el valor de la vida humana. Por eso, la conversión es siempre la primera responsabilidad de los católicos en relación con la vida. La primera, y la única verdaderamente indispensable, verdaderamente insustituible, si en verdad se ama la vida. En realidad, sólo un sujeto social -un pueblo - agradecido por la experiencia de la redención de Cristo puede expresar con verdad y generar una auténtica cultura de la vida.

Luego, pero sólo en un segundo momento, es necesaria también la presencia de intelectuales que propongan una cultura de la vida, que sean capaces de generar una argumentación adecuada a nuestro tiempo y que pueda iluminar la conciencia social. Personas públicas que se comprometan por la causa de la vida. Instituciones académicas, universitarias y culturales que promuevan en nuestra sociedad el valor de la vida. A las instituciones católicas y no católicas que trabajan por defender la vida, les queremos manifestar nuestro apoyo y aliento a su dura tarea. Esperamos que su común servicio a la vida sea capaz de generar una unidad de acción y un espíritu de comunión. Esta unidad será un testimonio convincente para la sociedad y también la garantía de un trabajo más fecundo.

4. Necesidad de incidir en las leyes y las políticas sociales

Una cultura de la vida, si es verdadera y no sólo un eslogan ideológico, incidirá necesariamente en la política. Un pueblo que ama la vida actúa sobre los partidos políticos que han de representarle para que propongan en sus planes electorales y luego desarrollen una legislación donde el valor de la vida sea protegido y promovido.

En el campo del aborto y de la reproducción asistida, tenemos en España unas leyes que atentan contra la vida, y que por tanto tienen que ser abolidas.
Pero también debemos tomar conciencia de que si las autoridades sanitarias velaran por el cumplimiento de la ley y de las condiciones en que el aborto está despenalizado, no es temerario suponer que el número de abortos en España se reduciría drásticamente. Por ello, a la vez que pedimos a la sociedad y a los políticos la abolición de los supuestos en los que el aborto está despenalizado, porque es una ley gravemente injusta, instamos a las instituciones sanitarias a que persigan estos abusos. Es una grave responsabilidad de las autoridades.

5. La gravísima amenaza de la eutanasia

Una de las cuestiones que vemos con mayor preocupación es la campaña que, desde diversos ámbitos, se realiza para promover la aceptación social de la eutanasia. La metodología es la que se empleó en la legalización del aborto: se presentan casos dramáticos para que el sentimiento, aparentemente “bueno” y “piadoso” de “ayudar” al enfermo que sufre, se imponga al recto juicio. Es, pues, una manipulación que no por sutil es menos real. Estos últimos días lo hemos vivido con mayor intensidad por el desgraciado caso de todos conocido.
Además de denunciar estos hechos como moralmente inaceptables, queremos recordar a la sociedad que una cosa es el suicidio asistido y otra la eutanasia. La práctica legalmente consentida de la eutanasia consiste en que una persona da muerte a otra. Basta que miremos a países cercanos, como Holanda, para comprender lo que esto supone y a dónde llega la sociedad en esta pendiente resbaladiza.

Por otra parte, si consideramos la situación de la práctica del aborto en España, es clara la falacia de los que abogan por una despenalización de la eutanasia en determinados supuestos y con unas rigurosas condiciones. ¿Cómo pueden garantizar que para la eutanasia se cumplirán esas condiciones que en el aborto se ignoran?

Nuestra sociedad está a tiempo de abandonar el camino que la lleva a la práctica de la eutanasia. Para ello tenemos que trabajar con empeño y confianza, sin olvidar que en esto los políticos tienen una singular responsabilidad.

En primer lugar, tenemos que ofrecer nuestro apoyo, compañía, y los medios médicos lícitos para aliviar el dolor y sufrimiento de los enfermos cuya vida sufre un grave deterioro. A la vez que les descubrimos el valor de su sufrimiento unido a la Cruz de Cristo, tenemos que sostenerles en su lucha contra la tentación de la desesperación o el suicidio y aliviar su sufrimiento con los medios que la actual medicina paliativa nos ofrece.

Hay que generar una cultura de la dignidad de la persona enferma y del valor de su vida, que despierte en nuestra en nuestra sociedad la conciencia de la inmoralidad de la eutanasia. Para ello la Declaración de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española titulada La eutanasia es inmoral y antisocial puede ser un instrumento útil.

6. Una acción decidida a favor de la vida

Todos tenemos la responsabilidad de promover la vida, cada uno en la medida de sus posibilidades, para evitar la extensión en nuestra sociedad de la cultura de la muerte y de leyes antivida.

La verdad del evangelio exige la coherencia de los católicos en todas las dimensiones de la vida, y también en la vida pública. Es cierto que la primera y más directa responsabilidad respecto de las leyes es de los políticos que las promueven, pero los ciudadanos tenemos la responsabilidad de no respaldar a quienes promueven leyes que atentan, de un modo u otro, contra el valor sagrado de la vida. El bien de la sociedad requiere que cada uno asuma más seriamente su propia responsabilidad, también el conjunto de los cristianos como pueblo, en la construcción de un futuro más humano.

Terminamos recordando unas palabras de las Orientaciones morales aprobadas recientemente, para que nos iluminen en nuestra responsabilidad y en la promoción decidida de una cultura de la vida:

«En consecuencia, los católicos y los ciudadanos que quieran actuar responsablemente, antes de apoyar con su voto una u otra propuesta, han de valorar las distintas ofertas políticas, teniendo en cuenta el aprecio que cada partido, cada programa y cada dirigente otorga a la dimensión moral de la vida y a la justificación moral de sus propuestas y programas. La calidad y exigencia moral de los ciudadanos en el ejercicio de su voto es el mejor medio para mantener el vigor y la autenticidad de las instituciones democráticas. “Es preciso afrontar -señala el Papa- con determinación y claridad de propósitos, el peligro de opciones políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano, en particular con respecto a la defensa de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y a la promoción de la familia fundada en el matrimonio, evitando introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizarla, oscureciendo su carácter peculiar y su insustituible función social”»(Orientaciones morales ante la situación actual de España, n. 56).

Dios quiera que este tiempo de cuaresma, tiempo de renovación y de conversión, nos ayude a renovar nuestro compromiso por la vida y a convertirnos a la vida. Que la Virgen María, que en el misterio de la Encarnación acogió en su seno al que es la Vida, Jesucristo, nos sostenga en este camino cuaresmal que conduce a la Pascua, fiesta de la Vida. Recibid nuestra más afectuosa bendición.

Los Obispos de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida

X Mons. Julián Barrio Barrio, Presidente de la CEAS
X Mons. Juan Antonio Reig Pla, Presidente de la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida
X Mons. Francisco Gil Hellín
X Mons. Javier Martínez Fernández
X Mons. Vicente Juan Segura

sábado, 17 de marzo de 2007

Jugando a ganar juntos

Desde finales del siglo XIX, en que las primeras feministas luchaban por el derecho al voto, las mujeres hemos alcanzado muchas reivindicaciones luchando contra un mundo de hombres. Hoy hacemos todo lo que hace un hombre, pero lo hacemos como lo haría una mujer. Ya es hora de dejar atrás el ineficaz esquema de competencia entre hombre y mujer, donde forzosamente uno gana y solo si el otro pierde. Hay que aprender a jugar con un esquema más inteligente: ganar los dos.

Este juego no se reduce al matrimonio, institución natural que quizás por sí misma pone de manifiesto que el éxito del mismo depende de que ambos busquen el triunfo del otro. La relación de colaboración entre hombre y mujer puede y debe aplicarse a todas las realidades de la vida. Aunque parece increíble, todavía existen empresas que no admiten mujeres en el staff directivo o en el área de planeación estratégica; o instituciones políticas como ciertas monarquías en las que el derecho de sucesión sigue ligado al sexo masculino, o auditorios religiosos en los que se excluye a la mujer, solo por serlo.

Hay que aprender a jugar juntos. Hay mucho que hacer en este mundo para que además nos excluyamos solo por el género. En este juego que nos presenta la vida hay dos reglas claves para que logremos éxito:

1. Conocerse y admirarse mutuamente
2. Definir juntos la meta

1. Conocerse y admirarse mutuamente

La ciencia tiene aún un largo recorrido hasta que vaya desentrañando las consecuencias de estas diferencias. No es anecdótico que los cerebros de hombre y mujer sean de distinto tamaño, o que la mujer cuente con un sistema hormonal más complejo que el masculino. Diferencias reales, que lejos de marcar distancia, se convierten en oportunidades si ambos sexos se descubren en su riqueza, se admiran.

Nada de creencias de superioridad de un sexo sobre el otro. Quien las tiene es porque se conoce poco, y menos al otro (o a la otra). La admiración de un sexo por el otro es fundamental en la relación entre ambos. Bien afirmaba William James que el principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado. Por ello la naturaleza, ha puesto en la raza humana, una natural atracción entre ambos sexos, que puede y debe de crecer con el conocimiento mutuo.

A la vez que admiramos las diferencias que se descubren en el otro, hay que evitar caer en posturas rígidas que encasillan a ambas personalidades: el hombre es más inteligente que la mujer, la mujer es más detallista que el hombre, el hombre es menos sensible, etc. Al final al cabo, ambos por el solo hecho de ser seres humanos, y por lo tanto seres libres, y seres culturales, somos hijos de un tiempo, de una cultura y una educación. Ni la sensibilidad es una propiedad exclusiva de la mujer, ni la fortaleza del sexo masculino.

2. Definir juntos la meta

La vida humana es un recorrido. Hay que decidir a dónde queremos llegar. El triunfo es más seguro si somos ambos sexos quienes lo buscamos, y ponemos lo mejor de cada uno, al servicio del mismo. Bien puede ser la educación de un hijo, una aventura comercial, una expedición, el ejercicio de servicio público, de un acto de gobierno o de una investigación científica. Cada sexo puede aportar sus fortalezas en orden a la meta. El resultado será más completo, rápido y posiblemente más gratificante para ambos y los beneficiados del mismo.

Es la hora de que ganemos ambos sexos. Es hora de colaborar. Tengamos la humildad suficiente para saber que nos podemos ayudar. Quizás hasta ahora, como decía Robert Kennedy, nos hemos centrado en ver las cosas y preguntar cómo son y ¿por qué son así?, y puede ser que deba llegar ya la ocasión, en que soñemos con lo que aún no existe, y nos preguntemos ¿Por qué no?


Nieves García
Mujer Nueva

Los nazis pedían una «muerte piadosa y protegida por la ley»

La eutanasia en el Tercer Reich acabó con la vida de 275.000 enfermos.

ROMA- Si se estudian detenidamente los argumentos, los motivos y la propaganda en la que Hitler impuso la práctica masiva de la eutanasia, se descubre que las palabras, los conceptos y los ejemplos utilizados hoy por los lobbys favorables a la «muerte dulce» son muy parecidos a aquellos utilizados por los médicos nazis. Retomando conceptos difundidos por las Sociedades Eugenéticas en boga en los primeros decenios del siglo XX, la eutanasia es considerada por el régimen nazi una práctica piadosa para eliminar las «vidas indignas de vivir». Ya en 1924 Aldolf Hitler escribía en «Mein Kampf»: «Si no hay ya fuerza para combatir por la propia salud, el derecho a vivir es menor».

Y en sus conversaciones con Hermann Rauschning, entonces presidente del Senado en Danzig, afirmaba que «la piedad conoce sólo una acción: dejar morir a los enfermos».

Con una carta firmada de su puño y letra en 1939, Hitler escribía que el Jefe de la Cancillería de Estado y su médico personal habían «sido encargados de otorgar a una serie de médicos los poderes necesarios para que los pacientes considerados incurables, según el mejor juicio humano disponible, les sea concedida una muerte piadosa». Desde entonces, la maquinaria de la «muerte dulce» comenzó a funcionar a pleno rendimiento. Las pruebas aportadas en los juicios de Nuremberg (1945-46) estiman que fueron asesinadas 275.000 personas con la eutanasia, entre ellos 8.000 niños.

Un Estado que ayude a morir

Para que se aceptara el programa de eutanasia, la propaganda nazi comenzó a producir películas. Los manicomios en los que se efectuaban las «eliminaciones» se presentaban como espléndidos lugares de curación, con interiores de lujo, maravillosas vistas y un trato fantástico. Al mismo tiempo se difundieron cortometrajes con imágenes de enfermos terminales y sufrientes con la idea de mostrar condiciones indignas de vida.

En 1941 se difundió la película « Yo acuso», en la que se cuenta la historia de un profesor, Heyt, casado con la joven Hanna, enferma de esclerosis múltiple. Heyt se esfuerza en curar a Hanna, pero finalmente decide ayudar a morir a su mujer. El hermano de Hanna denuncia a Heyt por homicidio, pero los jueces concluyen que la ley debe cambiarse para permitir la eutanasia.

El servicio de seguridad de Hitler recogió las reacciones de los 18 millones de personas que vieron la película y emitió un informe en el que subrayaba que la gente había aceptado, aunque con alguna reserva, que «las personas afectadas por enfermedades incurables deben poder tener una muerte rápida apoyada por la ley».

La única oposición al filme y a la eutanasia llegaba de la Iglesia católica.

El entonces obispo de Munster, August Von Galen (beatificado en 2005), denunció ásperamente el programa de eutanasia: «Si aceptamos, aunque sea sólo por una vez, el derecho a matar a nuestros hermanos improductivos -aunque sea limitado a indefensos enfermos mentales- entonces, en línea de principios, el homicidio se convierte en admisible para todos los seres humanos».

Su prédica se lanzó en octavillas desde aviones británicos. Sólo la popularidad del prelado le salvó de ser colgado por los nazis.

En el número especial de 1996 dedicado al 50 aniversario de los juicios de Nuremberg del «British Medical Journal», Hartmut Hanauske-Abel, profesor de la Cornell University de New York escribe: «Lo que ocurrió en Alemania puede volver a ocurrir. (...) La vida pública actual no ofrece ningún modelo contra el derecho de los más fuertes. Modificar esta concepción de los enfermos terminales será un trabajo de generaciones que podrá llevarse a cabo con una valoración distinta del hombre», concluye.

A. Gaspari

viernes, 16 de marzo de 2007

Profesores de religión, con aval constitucional

Se han quedado sin aliento. Llevaban tantos años diciendo que era "evidentemente" inconstitucional que un profesor de religión católica dejara de ser idóneo por una conducta incoherente con la doctrina que debe enseñar, que cuando el Tribunal Constitucional ha dicho lo contrario, es como si les hubieran suspendido.

En opinión unánime de los magistrados, la Constitución permite que el juicio de las confesiones sobre la idoneidad de los profesores de religión "no se limite a la estricta consideración de los conocimientos dogmáticos o de las aptitudes pedagógicas del personal docente", sino que "puede extenderse a la propia conducta en la medida en que el testimonio personal constituya para la comunidad religiosa un componente definitorio de su credo, hasta el punto de ser determinante de la aptitud o cualificación para la docencia" (ver Aceprensa 24/07).

En definitiva, nadie está obligado a ser profesor de religión católica. Pero quien se ofrece a serlo, además de conocer la materia y saber enseñarla, no puede adoptar públicamente una conducta contradictoria con la doctrina que transmite. Una conducta incoherente solo puede devaluar los valores que enseña.Docencia y conducta extraescolar

Algunos se rasgan las vestiduras ante el hecho de que un profesor pueda dejar de ser idóneo, y en consecuencia perder su puesto, por una conducta extraescolar no prohibida por ley. Ciertamente no todos los profesores de las distintas asignaturas están en la misma situación. Un profesor de economía no pierde su puesto por el hecho de llevar a la quiebra a su empresa familiar, aunque ese hecho no realce quizás su prestigio docente.

Pero ¿qué diríamos de un profesor de la anunciada asignatura de Educación para la Ciudadanía que, aunque lo hiciera fuera de clase y en uso de su libertad de expresión, echara pestes públicamente de la Constitución española o fuera dirigente de un partido que pidiera la expulsión de los inmigrantes? ¿Sería realmente idóneo para explicar y transmitir los valores constitucionales y la tolerancia? ¿Un militante de Batasuna que participa en manifestaciones pidiendo la liberación de los presos condenados por terrorismo sería un profesor adecuado de esta asignatura? ¿Podría enseñar a valorar la seguridad vial el profesor que pierde todos los puntos del carné de conducir? En cuanto se trata no solo de impartir unos conocimientos sino de transmitir unos valores, la conducta extraescolar del profesor empieza a tener su importancia. Porque también es muy probable que lo que explique en clase esté en consonancia con su conducta.

Hay quien dice que la interpretación que ha dado el Tribunal Constitucional hace abstracción de derechos fundamentales de estos profesores en tanto que ciudadanos. ¿No tienen derecho a volver a casarse tras un divorcio o a militar en partidos que defienden doctrinas que la Iglesia católica rechaza?

Nadie se lo ha negado. Tampoco el Tribunal Constitucional. Pero no existe ningún derecho fundamental a ser profesor de religión católica. Esas personas tampoco han perdido por decisión episcopal un puesto ganado en una oposición pública. Su declaración de idoneidad tenía en cuenta sus competencias académicas, pero habían sido nombrados en virtud de una propuesta episcopal que se basaba también en una relación de confianza.

Esto no quiere decir que, como apunta Fernando Savater, al profesor de religión se le exija que sea mitad monje, mitad soldado. Más bien, se espera que no sea un militar que al tener que ir al frente se niegue, alegando sus convicciones pacifistas, según comparación de Juan Manuel de Prada.

Para descalificar la religión como materia escolar, algunos dicen que no es una asignatura evaluable, pues no se trata de saber sino de creer, y que habría que puntuar las buenas obras de los alumnos, y no sus respuestas en un examen. Pero esto no es más que un falso problema. En la clase de religión se puntúan los conocimientos, no la conducta cristiana de los alumnos. Igual que en Ciencias Naturales lo que se valora son los conocimientos de la materia, no si el alumno es respetuoso con el medio ambiente, amante de la Naturaleza o si adopta perros abandonados.

Lo que piden las familias

Visto que el Acuerdo entre el Estado y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asuntos Culturales es perfectamente constitucional, ahora los partidarios de excluir la religión de la escuela pública han pasado a cuestionar la misma necesidad de ese acuerdo presentado como "concesión a una autoridad foránea". Pero esa enseñanza no responde a la imposición del Vaticano, sino a los deseos de las familias del 70% de los alumnos de la escuela pública, que la piden libremente para sus hijos. Y, si tanto les molesta esa decisión, deberían procurar convencer democráticamente a esas familias, en lugar de intentar cercenar ese derecho en virtud de una imposición política.
La situación laboral de los profesores de religión que dejan de ser propuestos por la autoridad religiosa sería más fácil de arreglar si hubiera prosperado la asignatura no confesional sobre "el hecho religioso" que había propuesto el anterior gobierno. Para enseñar esa materia el estilo de vida personal es indiferente. Y los que ya no pueden ser profesores de religión católica podrían pasar a esta otra asignatura.

En Italia, por ejemplo, si un profesor pierde la idoneidad para enseñar religión católica, el Estado se compromete a colocarlo como docente de otras materias, si cuenta con los requisitos académicos necesarios, o en caso contrario a trabajar en otras dependencias o servicios educativos. No debería ser tan difícil, pues, según informaciones de la Conferencia Episcopal Española, los profesores que han perdido la idoneidad por casos de este estilo son unos 15 en veinte años. Pero da la impresión de que los que protestan contra la religión en la escuela no pretenden defender el puesto de trabajo de los cesados, sino lograr que desaparezcan los empleos del conjunto de 15.000 docentes de esa materia.

Ignacio Aréchaga. ACEPRENSA

jueves, 15 de marzo de 2007

Respeto por la fe católica y sus imágenes

En los últimos días se han hecho notorias diversas actuaciones de particulares e incluso de instituciones públicas que no pueden ser valoradas más que como ofensas objetivas a los católicos, puesto que denigran las imágenes más representativas de la fe de la Iglesia, cuales son las del propio Jesucristo, la Virgen María y los santos.

Creemos que ofenden también la sensibilidad de cualquier persona de recta conciencia. Pensamos, por ejemplo, en los carteles y en los anuncios televisivos de la película titulada Teresa, el cuerpo de Cristo y sobre todo en el caso, en cierto sentido aún más grave, de los catálogos de una exposición fotográfica publicados por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, con prólogo de su responsable. Las imágenes reproducidas por esos medios son crudas y lamentables blasfemias.

La Constitución Española reconoce y protege el derecho de libertad religiosa de las personas y de las instituciones; las leyes, incluso las penales, tutelan ese derecho fundamental, que es vulnerado con actuaciones como las mencionadas. Con toda firmeza exigimos el respeto de la fe católica, de sus imágenes y de sus signos. No podemos pasar por alto ni dar la sensación de que toleramos tales lesiones de los derechos de los católicos y de la Iglesia. Es necesario que se pidan las responsabilidades correspondientes por las vías pacíficas y legales previstas en el ordenamiento de nuestro Estado democrático y de derecho. Sin justicia, no es posible la convivencia en libertad, ni siquiera sería posible el perdón, que no negaremos nunca a quienes nos ofenden.

Con esta ocasión, invitamos a los católicos a elevar al Cielo oraciones de gratitud y de alabanza, porque la misericordia y la bondad de Dios son infinitas. Que la gratitud y la alabanza sean más fuertes que sus contrarios.

Madrid, 15 de marzo de 2007
Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española

miércoles, 14 de marzo de 2007

Ofensas al catolicismo

Mofarse de la fe y zaherir a los creyentes no es asunto de laicismo ni de ateísmo; es asunto de juzgado de guardia. La ley no pena esas conductas para proteger a una confesión en especial sino para salvaguardar un bien jurídico fundamental en cualquier sociedad que merezca el nombre de civilizada.

La delimitación del respeto a las creencias religiosas podrá ser difícil en la teoría y conducir a una casuística discutida y discutible, como la nación de Rodríguez. En la práctica es bastante más fácil distinguir el libre pensamiento y la libertad de creación de las puras ganas de hacer daño.

Por lo demás, no es el creyente el único ofendido cuando se mezclan imágenes sagradas y pornografía. Nadie cabal justifica que se hiera al prójimo gratuitamente en lo más íntimo. Así, cualquiera advierte que en el librito apadrinado por la Junta de Extremadura lo más grave no son las imágenes en sí mismas –siempre habrá enfermos, sobre todo estetas enfermos– sino el apadrinamiento.

Aquí la progresía miente. De nuevo. Si creyeran de verdad en el librepensamiento ya habrían renunciado a la severa corrección política que arroja a los infiernos laicos a cuantos dudan del maltrecho dogma darwiniano ("He llegado a la conclusión de que el darwinismo no es una teoría científica contrastable, sino un programa metafísico de investigación", Karl Popper, Búsqueda sin término).

Lo que reivindica el progre hispano –y sus representantes, con el dinero y el prestigio públicos– es el derecho a herir. ¿Les molesta tanto la fe? No cualquier fe. El valiente productor Gómez dice entender por qué se quemaban iglesias, pero se guardará mucho de chocar con la sensibilidad musulmana urdiendo una Teresa que se llame Fátima. Han escogido a Paz Vega para encarnar –nunca mejor dicho– a Teresa de Cepeda y Ahumada. ¿Por qué no un Juan de la Cruz con Nacho Vidal, amparándose en la metáfora de metáforas, el alma y Dios, la amada y el Amado? Que hagan lo que quieran, salvo jalear la quema de iglesias, como hace el productor nada menos que en España y en pleno aquelarre de la memoria histórica.

El hortera está más tieso que la mojama desde hace un montón de años (se arruinó a golpe de éxitos). A pesar de su jaguar blanco, tenía que recurrir a crédulos solventes porque en los bancos no lo recibían. Ahora ruge que si no obtiene los millones que cree merecer con su carnal Teresa, los pondrá en el debe de la Conferencia Episcopal. ¡Gómez el contable! Así son ellos. Bien, Gómez, de acuerdo, lo que quiera, pero, ¿para cuándo el Islam?

¿Para cuándo el Islam, temible consejero de cultura extremeño? Con políticos de esta catadura no hay nada que hacer, aparte de llevarlos a los tribunales en ocasiones como la presente. En cuanto a los Gómez, Luppi y el resto de la tropa del cordón sanitario y la gasolina sacrílega, propongo mantenerles su limosna (llamemos a las cosas por su nombre) sin necesidad de que fatiguen nuestras pantallas. De todos modos no va a verlos ni Dios.

Juan Carlos Girauta. Libertad Digital

Ay de quien dude del calentamiento global

En el debate sobre el cambio climático, la única temperatura que está subiendo hasta hacer el ambiente irrespirable es la del debate entre científicos escépticos y activistas de las organizaciones medioambientales. Lo que hasta hace una década no era más que un asunto entre especialistas de una materia árida y compleja como la climatología, se ha convertido en un argumento político de primera magnitud. Poco importa que los científicos no se hayan puesto de acuerdo ni con el fenómeno ni con las causas del mismo, los adalides de la nueva verdad revelada han instaurado una dictadura de la que nadie puede escapar; ni los gobiernos, ni los ciudadanos ni, naturalmente, los científicos que se oponen a ella cargados de buenas razones.

El documental El gran timo del calentamiento global, emitido en Gran Bretaña y que trata a fondo la más que dudable tesis del calentamiento global por causas humanas, ha vuelto a destapar la caja de los truenos, mostrándonos de paso cual es la verdadera faz de los autoproclamados defensores del planeta. Hasta cinco amenazas de muerte por decir lo que piensa recibió uno de los científicos que opinaron ante la cámara, el climatólogo canadiense Tim Ball. En ellas han llegado a decirle que, si se obstina en ir contracorriente, no vivirá para ver como se calienta el planeta. Este ambiente de caza de brujas era previsible desde que los que han puesto peros a la tesis oficial son tachados como negacionistas en referencia implícita a los que niegan el holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial.

Es la estrategia clásica de la izquierda radical de toda la vida: acallar a los disidentes y, si eso no se consigue de grado, utilizar la coacción, las amenazas y la fuerza bruta. Nada que no se hubiese visto ya en el siglo pasado. La sinrazón de los ecologistas de hoy recuerda a las presiones que sufrieron los científicos soviéticos en tiempos de Stalin, cuando un farsante llamado Lysenko reinventó todo el saber científico sobre principios revolucionarios. Pocos ejemplos de pensamiento único hay tan perfectos como este del falso consenso científico en torno al cambio climático. No nos cabe duda de que el clima está cambiando, lo viene haciendo desde que el mundo es mundo, los que no cambian son los ecologistas y sus primos hermanos de la izquierda toda. Va en la ideología.

Editorial. Libertad Digital

lunes, 12 de marzo de 2007

Se jugó el Nobel y lo perdió por santo

FRANCIA: COMIENZA EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN DE JÉRÔME LEJEUNE.

El arzobispo de París, Mons. André Vingt-Trois, previa confirmación de la Santa Sede, nombró al Padre Jean Charles Naud, prior de la Abadía de St. Wandrille, postulador de la causa de beatificación Jérôme Lejeune. De este modo comenzó el tan esperado proceso a nivel diocesano. El anuncio fue hecho en la XIII Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida, el 25 de febrero pasado.

El Dr. Jérôme Lejeune a los 33 años, en 1959, publicó su descubrimiento sobre la causa del síndrome de Down, la trisomía 21, esto lo convirtió en uno de los padres de la genética moderna. En 1962 fue designado como experto en genética humana en la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en 1964 fue nombrado Director del Centro nacional de Investigaciones Científicas de Francia y en el mismo año se crea para él en la Facultad de Medicina de la Sorbona la primera cátedra de Genética fundamental. Se transforma así en candidato número uno al Premio Nobel.

Aplaudido y halagado por los “grandes del mundo”, deja de serlo cuando en 1970 se opone tenazmente al proyecto de ley de aborto eugenésico en Francia: matar a un niño por nacer enfermo, es un asesinato y además abre las puertas a la liberalización total del crimen del aborto.

En esos meses participa en New York en la sede de la ONU en una reunión en la que se trataba de justificar, ya entonces, la legalización del aborto para evitar los abortos clandestinos. Fue en ese momento cuando refiriéndose a la Organización Mundial de la Salud dijo “he aquí una institución para la salud que se ha transformado en una institución para la muerte”. Esa misma tarde escribe a su mujer y a su hija diciendo: “Hoy me he jugado mi Premio Nobel”.

La defensa de Lejeune del ser humano desde la concepción se basó siempre en argumentos científicos -racionales- antes que en cualquier consideración religiosa.

Rechazó científicamente no sólo el crimen abominable del aborto, sino conceptos ideológicos como el de pre-embrión. Por esas razones lo aislaron, lo acusaron de integrismo y fundamentalismo y de intentar imponer su fe católica en el ámbito de la ciencia.

Fue incomprendido y perseguido en ámbitos de eclesiales, y aislado por sus colegas. Pero en ningún momento escuchó a los prudentes que le aconsejaban “callar para llegar más alto y así poder influir más”: las estructuras de pecado no se pueden cambiar, sólo hacen cómplices. Hizo caso omiso también de los que le decían que estaba sumiendo en la miseria a su familia, ya que le fueron cortados todos los fondos para sus investigaciones de las cuales vivía: continuó con sus investigaciones, sostuvo a su familia y se financió dando conferencias.

Juan Pablo II, en carta al Cardenal Lustinger, entonces arzobispo de París, con motivo de la muerte de Lejeune decía: “En su condición de científico y biólogo era una apasionado de la vida.

Llegó a ser el más grande defensor de la vida, especialmente de la vida de los por nacer, tan amenazada en la sociedad contemporánea, de modo que se puede pensar en que es una amenaza programada. Lejeune asumió plenamente la particular responsabilidad del científico, dispuesto a ser signo de contradicción, sin hacer caso a las presiones de la sociedad permisiva y al ostracismo del que era víctima”.

En 1992 comienza, a petición de Juan Pablo II, la gestación de la Pontificia Academia para la Vida, creada por Su Santidad el 11 de febrero de 1994. El 26 de febrero de ese año recibe, ya en su lecho de muerte, el nombramiento de Presidente de la Academia. Entrega su alma a Dios el Domingo de Pascua de 1994 (3 de abril).

12-03-07 Noticias Globales. Juan C. Sanahuja.
Fuente: Propias; Fundación Jérôme Lejeune; Cardenal Fiorenzo Angelini, La figura morale e spirituale el Prof. Jérôme Lejeune, Pontificia Academia para la Vida, 11-02-2004
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Asesinato

Niño italiano abortado por error falleció tras larga agonía

ROMA, 08 Mar. 07 / 04:47 pm (ACI).- Un bebé de 22 semanas de gestación falleció tras varios días de agonía en el Hospital Meyer de Florencia. Su madre se sometió a un aborto tras saber que su hijo podría presentar malformaciones congénitas, pero el niño sobrevivió al procedimiento y los médicos se dieron cuenta de que el pequeño estaba completamente sano.

El niño pesaba solo 500 gramos y luchó por sobrevivir desde el aborto practicado el viernes pasado. Según fuentes médicas, la gestante se sometió a ecografías a las 20 y 21 semanas de gestación en el Hospital Careggi, que señalaron el riesgo de que el bebé sufriera una “atresia del esófago”, malformación que afecta a uno de cada tres mil 500 niños pero que puede ser corregida con cirugía en más del 90 por ciento de los casos.

En declaraciones al diario La Reppubblica, el director del departamento de ginecología del Careggi, Gianfranco Scarselli, señaló que tras las sospechas de malformaciones en el feto, los médicos le recomendaron a la mujer que se realizara una resonancia magnética para despejar las dudas.

Sin embargo, según Scarselli, la mujer “estaba convencida de abortar” y no se sometió a nuevos exámenes.

Una vez practicado el aborto, los médicos notaron que el corazón del niño latía y comprobaron que el pequeño no presentaba malformación alguna. Entonces decidieron reanimarlo. El bebé se aferró a la vida por varios días, pero falleció por una falla cardiorrespiratoria y su extremo estado prematuro. Los médicos no han revelado el método empleado en su aborto.

En Italia el aborto es legal por cualquier motivo durante los tres primeros meses de embarazo y después de este plazo sólo en caso de peligro para la mujer o de malformaciones en el feto que pongan en riesgo a la salud física o psíquica de la madre. Actualmente este caso es investigado por las autoridades para determinar la responsabilidad de los involucrados.

El diario oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, abordó este caso como “la lucha milagrosa de un niño que el mundo quería asesinar” y consideró que en esta historia “la vida ha sido tirada, despreciada y finalizada en los horribles engranajes de una cultura que rechaza cualquier contratiempo, antes que afrontar un camino de dolor”.El caso ha conmovido a la opinión pública italiana y ocurrió pocas semanas después que se revelara la historia de Amillia Taylor, una niña estadounidense que se convirtió en la bebé más prematura del mundo al sobrevivir a un parto temprano ocurrido a las 22 semanas gestación.

domingo, 11 de marzo de 2007

Recurriendo al recurso extremo

El 5 de marzo de 2007, junto a otros hermanos de lucha, comencé una huelga de hambre por tiempo indefinido, exigiendo el fin de la represión contra la oposición pacífica y el periodismo independiente, y la liberación incondicional de todos los prisioneros de conciencia.

También queremos llamar la atención sobre las condiciones inhumanas en que nos encontramos los prisioneros políticos y la población penal en general, y en particular, sobre el peligro que corren las vidas de nuestros hermanos con serios problemas de salud, como son los casos de Alfredo Pulido López, Normando Hernández González, Nelson Aguiar Ramírez, Juan Carlos Herrera Acosta, y Jorge Luis González Tanquero, entre otros.

El próximo 18 de marzo cumpliré cuatro años de injusto encierro. Con otros 74 opositores pacíficos y periodistas independientes, fui víctima de la ola represiva de la primavera del 2003.

Al igual que otros hermanos, estoy en prisión por defender los derechos de todos los cubanos, por querer una Cuba libre, democrática, próspera y con verdadera justicia social.
Y si de mi permanencia en prisión dependiera la libertad y la felicidad de mi pueblo, con gusto estaría toda mi vida entre rejas, e incluso, dispuesto estoy a dar la vida misma por el bien de mi patria.

El régimen despótico de los hermanos Castro reprime despiadadamente a quienes trabajamos por un cambio pacífico hacia la democracia. Y como el autoritarismo toma fuerza en Latinoamérica, y los enemigos de la libertad y los derechos humanos cierran filas en todas partes, mientras muchos que se dicen demócratas son cómplices de regimenes totalitarios o se muestran indiferentes ante el dolor de sus víctimas, los órganos represivos de la dictadura castrista actúan con el mayor descaro, se ensañan hasta con nuestras madres, esposas, hermanas e hijos, sin importarle cuán pequeños sean estos últimos.

En medio de una situación compleja, los opositores pacíficos que nos encontramos en prisión, casi completamente aislados del mundo exterior, nos vemos en la necesidad de recurrir a este recurso extremo que es la huelga de hambre, con el objetivo de expresar nuestra indignación ante tanta maldad; y llamar la atención a personas de bien sobre lo que está ocurriendo en nuestra patria. Intentamos, también, despertar conciencias que permanecen dormidas.

Mucho agradecemos a esos demócratas de naciones europeas, del continente americano y de otras partes del mundo, que son solidarios con nuestra causa. Mucho necesitamos de su desinteresada y generosa ayuda.

Los cubanos somos seres humanos normales, que queremos vivir en libertad, paz y prosperidad.

Deseamos vivir en verdadera fraternidad, tanto entre nosotros, como con los demás pueblos del planeta. Es la dictadura actual la que impide que este deseo se haga realidad.

Esta es mi séptima huelga de hambre en prisión. No sé cómo saldré de ella. Lo que sí sé es que mientras tenga fuerzas para ello, protestaré enérgicamente contra toda injusticia.

Mi mayor preocupación es por la salud de dos hermanos enfermos, a quienes no pude convencer de que no participaran en la huelga, debido a su delicado estado de salud. Son el prisionero de conciencia Juan Carlos Herrera Acosta y el prisionero político Lamberto Hernández Plana.
Por ellos estaré orando durante los próximos días, al igual que por los demás huelguistas, por todos nuestros hermanos en prisión, por sus familiares y por todo nuestro pueblo.

José Daniel Ferrer García es un prisionero de conciencia condenado a 25 años de cárcel en la primavera del 2003. Es miembro del Movimiento Cristiano Liberación y gestor del Proyecto Varela.

Delors, orgulloso de promover el robo y miseria

Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea, ha iniciado junto un grupo de personas variopintas y la revista Alternatives Economiques un manifiesto para que los políticos no bajen los impuestos.

Para Delors y amigos una reducción de los impuestos significa una destrucción del bienestar de los franceses. Para el ex presidente de la Comisión, el hombre medio, las empresas, las amas de casa, los inmigrantes, los autónomos o cualquiera que respire –a excepción de él mismo– es demasiado estúpido como para manejar sus finanzas personales. Como consecuencia, la producción privada ha de ser incautada por el Estado mediante la amenaza de la fuerza para gestionar la vida este paleto francés medio. Típica mentalidad del socialista medio: falso paternalismo y uso de la fuerza, canalizada en este caso a través de la confiscación de las rentas individuales.

Imagínese que el Estado le incauta el 100% de todas sus entradas dinerarias. ¿Qué motivación van a tener las empresas o usted mismo en producir algo? Ninguna. Sólo una minoría trabaja por amor al arte; la "gente normal" trabaja para ganar dinero y vivir mejor, comprarse un coche más seguro y rápido, una casa más grande, tener mejores vacaciones o pagar una buena educación privada para sus hijos. ¿Y si la gente no tiene incentivo para trabajar ni producir, quién toma el mando de la economía? El Estado. Las consecuencias de semejante modelo económico ya lo vimos con la URSS: miseria, corrupción, carestías y un modelo de mercado subdesarrollo. Francia aún no ha llegado a este grado de "bienestar socialista", pero va por buen camino. Según la OCDE, la presión fiscal en Francia ronda el 45% del PIB. Un francés medio trabaja más de cinco meses al año para el Estado. Evidentemente, la mayor parte de este dinero incautado al ciudadano no lo podrá recuperar a lo largo de su vida. Los amigos de Delors lo usan para subvencionar el cine, enviar dinero y soldados a cualquier país, mantener lobbies o una élite burocrática que no sirve de nada, etcétera.

¿Qué consecuencias produce este tipo de política? Un desempleo juvenil del 23% o 360 nuevos exiliados fiscales cada año, por ejemplo. Su lugar de destino, cualquiera: Bélgica, Gran Bretaña, Italia y especialmente, como se puede uno imaginar, Suiza. El Ministerio de Economía francés, con estos datos, ha calculado que se han perdido como poco 10.000 millones de euros entre 1997 y 2002.

Los impuestos reducen la producción, encarecen los costes, hacen las empresas menos competitivas, aumentan el desempleo, generan mayor economía sumergida y lo peor de todo, nos arrebatan el dinero que hemos ganado con nuestro esfuerzo sin que nosotros lo queramos ni pidamos. No sólo eso, si decidimos no ceder a la extorsión el bondadoso Estado, éste nos enviará amenazas por carta diciéndonos que paguemos, asaltará nuestras cuentas y, si allí no encuentra lo que busca, enviará a la Policía a nuestra casa. Y no vendrán a felicitarnos las pascuas. Menudo modelo social el de Delors.

Lo que no es bueno para el individuo tampoco lo es para la sociedad, porque ésta es la suma de individuos. Ni más, ni menos. El bienestar o la felicidad no son variables cuantificables ni exactas que puedan ser sumadas ni restadas, son únicamente estados personales e intransferibles. La propuesta de Delors y sus camaradas no es más que la misma receta socialista de siempre, cuyas consecuencias no suponen para Francia ningún milagro salvador. Al contrario, los altos impuestos son una parte importante de sus problemas.

Jorge Valín es miembro del Instituto Juan de Mariana

Los titiriteros solidarios de la SGAE*

Durante los años en que el PP estuvo en el Gobierno, no dejamos de escuchar a nuestros titiriteros eso del "papeles para todos". Qué bonito, ¿verdad? Aunque ahora sean más discretos, ese eslogan nunca se le ha caído del todo de los labios a nuestra progresía. Pero no parece que sea más que un deseo, pues tienen en su mano la manera de acercar ese objetivo sin que por ahora hayan manifestado intención alguna de hacerlo. ¿Y qué podrían hacer nuestros artistas para ayudar a paliar el hambre en el mundo que, como todo el mundo sabe, se evitaría dejando entrar a todos los inmigrantes que lo deseen en España?

Los inmigrantes que entran sin permiso en nuestras fronteras no pueden trabajar de forma legal y suelen hacerlo, por tanto, ilegalmente. Eso cuando no acaban en la indigencia o la delincuencia. En muchas ocasiones, la única salida laboral que encuentran es el top manta, una actividad por la que, si son detenidos, se enfrenten a una sanción penal por delito que puede suponer de 6 meses a 2 años de prisión. Pero no es esa posible condena lo más importante para los inmigrantes ilegales. El problema al que se enfrentan si no son expulsados directamente –en la mayor parte de los casos no lo son, puesto que salen en libertad provisional hasta la fecha del juicio– es que la existencia de antecedentes penales les impide obtener lo que nuestra progresía exige, es decir, que se legalice su situación.

Y si comparamos esta situación con otras actuaciones delictivas vemos lo mucho que puede hacer el lobby de nuestros artistas por la inmigración ilegal. Así, si un inmigrante ilegal es detenido llevándose una cartera de un bolso por el descuido de la propietaria –por ejemplo, en el autobús–, sin utilizar la fuerza o la intimidación, y lo obtenido es inferior a 400 euros, que es lo que ocurre en la mayor parte de los casos, ese inmigrante ilegal será enjuiciado por una falta, no por un delito, por lo que no perderá la posibilidad de legalizar su situación en España. En cambio, en el caso del top manta, sea cual sea la cuantía del beneficio obtenido se considera delito, lo que provocará que no pueda legalizar su situación en nuestro país, dejándole abocado a un futuro de ilegalidad y marginación.

Parece de sentido común concluir que es mucho más grave la conducta de quien se dedica a hurtar carteras que la de quien vende copias piratas de películas o de música. Nunca podré entender por qué está más penada la segunda conducta, el top manta, que la primera, el hurto inferior a 400 euros. Por lo visto, en la SGAE no lo entienden así, lo que provoca un problema a un buen número de inmigrantes ilegales que desean regularizar su situación en España. Pero estoy seguro que, conociendo su pasión por los desamparados, cambiarán de opinión un día de estos.

*SGAE: Sociedad General de Autores Españoles.

Ramón de Villota Coullaut

jueves, 8 de marzo de 2007

¿Promover la "muerte digna" con medios menos dignos?

Carlos Centeno, Médico Oncólogo, Master en Cuidados Paliativos y Especialista Universitario en Bioética, comenta en "Diario Médico" (6 marzo 2007) el caso de Inmaculada Echevarría, paciente de Granada con miodistrofia en la que se plantea retirar el respirador.

"La respiración asistida se considera un medio extraordinario y para aplicarlo como tal deben considerarse la proporcionalidad de la medida y la voluntad del paciente. Si no hay expectativa de recuperación -que parece no haberla– y, sobre todo, si el paciente lo rechazara, no debería iniciarse. En caso de haberse iniciado ese soporte vital, la voluntad previa y/o actual de no ser mantenido por un medio extraordinario debe ser respetada. En caso de ser necesario suspender el procedimiento, como en el caso de que no se hubiese iniciado, deberán tomarse todas las medidas para aliviar el sufrimiento de la dificultad respiratoria extrema (sensación de ahogo), incluida la sedación paliativa si es necesaria".

"No es éste un caso de eutanasia (acción u omisión encaminada a terminar con la vida de alguien que sufre). Se trata más bien de un caso de desproporción o intensidad desmedida del soporte vital en una enfermedad para la que no tenemos curación. (...) La paciente se hubiera muerto por su proceso y la medicina entiende que lo que corresponde en estos casos es cuidar hasta el final sin prolongar artificialmente la vida que se acaba".

Por otra parte, Centeno señala otro problema ético que se plantea aquí: "si es ético aprovechar la situación de sufrimiento de un paciente concreto para hacer campaña de la propia ideología favorable a la eutanasia".

Algunos partidarios de la eutanasia "se acercan al paciente, terminal o no, y con la colaboración de medios que comparten sus ideas, le ofrecen, en su situación, un protagonismo y un estrellato a los que es difícil no sucumbir. Al tiempo, intoxican la información y presentan como eutanasia lo que no es eutanasia; presentan como conflictivamente ético lo que es considerado buena práctica; y, en el colmo del provecho, inventan una discusión religiosa porque, de paso, sirve también al interés secundario de atacar una fe porque no es la suya y porque quien confía en Dios malamente servirá a su causa".

"No prestan en cambio su voz y sus medios a tantos otros pacientes terminales que podrían tener, con mejores cuidados paliativos, un final más adecuado, una muerte más digna".

Aceprensa

El corredor de la muerte de “El País”

La campaña pro eutanasia se desarrolla en España a golpe de casos límite, explotados con encarnizamiento mediático. "El País" mantiene su propio "corredor de la muerte", por el que van desfilando algunos enfermos que desean morir. En el último año hemos conocido a Jorge León, pentapléjico de Valladolid, al que alguien ayudó a morir; Madeleine Z., que sufría una enfermedad degenerativa progresivamente paralizante, y que se suicidó; y ahora Inmaculada Echevarría, enferma de distrofia muscular progresiva, que pide la retirada del respirador artificial.

Son personas que no encuentran sentido a seguir con vida, por ser inválidos anclados a una silla de ruedas o sufrir una enfermedad que irá agravándose sin esperanza. No siempre son enfermos terminales. El propio Ramón Sampedro, tetrapléjico que durante varios años enarboló la bandera del derecho a morir, no estaba en peores condiciones que otros muchos tetrapléjicos que han optado por vivir dignamente con su discapacidad.

Lo específico de estos casos es el carácter ejemplarizante que se quiere dar a su muerte. No es noticia que otros en la misma situación luchen día a día por vivir con dignidad. Lo importante es que estos casos, tan trágicos como excepcionales, sirvan de palanca para legalizar la eutanasia.

Una vez que se entra en el corredor de la muerte de "El País" el enfermo es sometido a un protocolo mediático bien asentado. Historia clínica del caso; entrevista en la que el enfermo manifiesta su desesperación y su deseo de morir; reportaje con especial relieve para las declaraciones de la Asociación pro Derecho a Morir con Dignidad, que acude solícita a la cabecera del enfermo, y cobra unos réditos propagandísticos; preguntas a las autoridades sanitarias para ver qué se está haciendo para responder a la petición del enfermo; artículos de opinión para reivindicar la legalización de la eutanasia. Reportaje final cuando el enfermo ha conseguido por fin "una mano amiga" que le ha facilitado la muerte.

Todo ello adobado con denuncias al obstruccionismo de la Iglesia católica, acusada de obligar al enfermo a apurar el dolor hasta el final, y de imponer unos criterios religiosos en un Estado laico.
En el caso de Inmaculada Echevarría, el Consejo Consultivo de la Junta de Andalucía avaló la petición de la paciente para que le retiraran el respirador. Entendió que se trata de un caso de consentimiento informado de la paciente que quiere prescindir de un medio terapéutico indeseado. Tras estos dictámenes, el foco de la atención mediática se centró en hospital católico donde está internada, el Hospital de San Rafael de Granada, perteneciente a la orden de San Juan de Dios. ¿Respetaría el deseo de la paciente o habría que trasladarla a otro centro sanitario?

Si el Hospital se hubiera negado, habría sido acusado de poner los "prejuicios religiosos" por encima de los deseos de la paciente, que debería ser rescatada de ese entorno reacio para poder morir dignamente. Pero el Hospital ha entendido que, comparta o no la decisión de la paciente, ésta se ajusta a derecho de acuerdo con los dictámenes, por lo que debe ser respetada, y ha confirmado que seguirá atendiéndola hasta el final.

Respetuoso y solícito, ¿no? Pero "El País" necesita alargar la polémica, así que titula: "Un hospital católico desafía a la Iglesia y retirará el respirador a Echevarría". Ya que no puede ser tachado de opresor del paciente, convirtámoslo en rebelde. Pero no conviene olvidar que instituciones de esa Iglesia "desafiada" son las que han cuidado a la enferma desde que llegó a Granada con 29 años (ahora tiene 51): primero en una residencia de monjas y después en el Hospital de San Rafael. Ese entorno ha sido su familia y su círculo de amistades. La enferma reconoce que "me han ayudado en todo lo que he necesitado, y sobre todo me han apoyado y me han respetado".

Esa es la diferencia. Las instituciones sanitarias de la Iglesia católica la han ayudado a vivir con dignidad y ánimo durante largos años. Otros solo sirven para desconectar una máquina.

Ignacio Aréchaga. Aceprensa

miércoles, 7 de marzo de 2007

Portugal e o futuro



Los obispos portugueses se han reunido en asamblea para analizar los resultados del referéndum sobre el aborto, que a pesar de su fracaso legal (no alcanzó el preceptivo 50% de participación para ser vinculante) ha abierto la puerta a una ley que liberalizará el aborto en las diez primeras semanas de gestación. La Iglesia ha comprendido que su misión se desenvolverá, a partir de ahora, en un contexto cultural distinto.


Al leer la nota pastoral publicada por los obispos tras su asamblea en Fátima, me ha venido a la mente el título de un famoso libro escrito por el general Antonio de Spínola en 1974, Portugal e o futuro. Dicho libro detectaba los fermentos de un tiempo nuevo para la sociedad portuguesa, y de hecho se convirtió en la espoleta para la famosa "Revolución de los claveles". Ahora, los obispos han visto en el 11 de Febrero el comienzo de una nueva etapa, en la que la Iglesia desea entrar con realismo y sin nostalgias, consciente de la magnitud del desafío que plantea a su misión la mutación cultural revelada por los resultados del referéndum.


Si comparamos los resultados del primer referéndum sobre el aborto que se produjo en 1998 con los del pasado 11-F, vemos que el porcentaje de portugueses que apoyan explícitamente el proyecto de liberalización del aborto ha crecido diez puntos (del 16% al 26%). Los obispos comienzan su nota con el reconocimiento de que "el resultado favorable al sí es señal de una acentuada mutación cultural en el pueblo portugués, que debemos afrontar con realismo, pues indica el contexto en el que la Iglesia está llamada a ejercer su misión". Evidentemente estas cosas no suceden de la noche a la mañana, pero hay hechos y fechas que marcan jalones para la historia. El mérito de los obispos portugueses radica en no quedarse en la mera reacción a estos resultados, sino en contemplar la trayectoria del proceso que ha desembocado en ellos, una trayectoria en la que también ha influido "la fragilidad de la evangelización, especialmente en relación con los jóvenes".


En otro pasaje de la nota, los obispos dicen que todos los aspectos de la misión de la Iglesia deberán ser pensados, a partir de ahora, para actuar en un nuevo contexto social, y destacan que en esta nueva etapa serán necesarias creatividad y osadía, además de fidelidad a la verdad del Evangelio. Una clave esencial de la misión eclesial en este nuevo contexto, radica en la tarea de esclarecer las conciencias, en el marco de un gran debate de civilización. Los ecos del discurso del Papa en Ratisbona se hacen evidentes cuando los obispos hablan de la necesidad de sanar la razón, y ofrecen para ello la verdad revelada, transmitida por la Iglesia en el marco de una tradición viva.


Junto a esa clarificación de las conciencias, verdadero eje de la preocupación episcopal, se anima el compromiso de reforzar las estructuras de apoyo eficaz a las mujeres embarazadas que atraviesan dificultades, pues la decisión de abortar se toma, en la mayor parte de los casos, en situaciones de gran soledad y sufrimiento. La Iglesia asume que esta acción será una de sus prioridades para el futuro.


En este sentido es significativo el reconocimiento de la amplia y cualificada movilización por la vida, que se ha desarrollado en Portugal a raíz del referéndum. Los obispos desean que dicha movilización permanezca activa y encuentre una estructura estable, para que continúe su participación en el debate de civilización que debe permanecer abierto sea cual sea la legislación futura. Esta acotación es importante, dado que algunos exponentes del movimiento pro-vida no han ocultado su queja por la excesiva tibieza que, a su juicio, han mantenido algunos obispos durante la campaña. Lo cierto es que la Asamblea de Fátima no deja lugar a duda o reticencia alguna: "la lucha por la vida es una de las más nobles tareas civilizadoras, y no será el nuevo contexto legal el que frenará su prosecución; la Iglesia continuará fiel a su misión de anunciar el Evangelio de la vida en plenitud, y denunciar todos los atentados contra ella".


Seguramente hay que dejar atrás viejos esquemas ligados a un Portugal que ya no es. Me alegro de que los obispos no pierdan tiempo en lamentaciones, e inviten a sus comunidades a adentrarse sin miedo en esta nueva época. Hay mucho que construir, y el tiempo apremia.

José Luis Restán

Los éxitos de los negros virtuosos

Decidir qué equipo animar en la Super Bowl ha sido por lo general bastante fácil para mí. Como a tantos norteamericanos negros, me educaron para animar a los equipos de la Liga Nacional de Fútbol americano (NFL) que tuvieran un entrenador o quarterback negro.


Este año, con dos entrenadores negros enfrentándose en la edición número 61 del Super Bowl y sin ninguna fidelidad personal por Chicago o Indianápolis, me vi libre de concentrarme más en el juego que en lo que podría significar para el movimiento de derechos civiles. Se han necesitado 41 años, pero Estados Unidos finalmente ha dado testimonio de esa verdad universal que dice que, en un contexto de libertad, el trabajo duro y el carácter moral son una mejor promesa de futuro que la discriminación positiva.

Incluso con la regla de la NFL llamada "regla de Rooney" (adoptada en 2002) que obliga a los equipos que buscan un nuevo entrenador que lo hagan entre una lista de candidatos racialmente diversa, todavía se puede defender la posición de que las cuotas raciales dictaminadas por el Gobierno no habrían sido necesarias en la NFL. Ni Tony Dungy ni Lovie Smith, los dos entrenadores de esta Super Bowl, necesitaron de cuotas. Hace una década –antes de la regla de Rooney– Dungy llegó a ser primer entrenador de la franquicia del Tampa Bay y contrató a Lovie Smith como su asistente; entrenaron juntos allí de 1996 a 2000.

Nos alegramos de que casi el 70% de los jugadores de la NFL esta temporada y el 22% de los entrenadores sean negros. Estos porcentajes en realidad exceden el porcentaje de negros sobre el total de la población de Estados Unidos, que es del 13%. Esto significa que les va mejor que si la liga estuviese regida por cuotas raciales dictaminadas por el Gobierno basándose en estadísticas de población.

La Liga Nacional de Fútbol americano no es necesariamente un dechado de virtudes raciales. Han reconocido ser lentos en la diversificación racial, y permitido una y otra vez que buenos entrenadores asistentes negros fueran pasados por alto a la hora de contratar primeros entrenadores. Sin embargo, últimamente, unos cuantos propietarios de franquicias se han arriesgado sin ser coaccionados por el Gobierno, y libremente han decidido contratar entrenadores negros como Art Shell y Dennis Green. Tuvieron fe en ellos y demostraron así una importante lección de economía: los mejores empleados producen los mejores resultados independientemente de su raza.

Tony Dungy ha llevado esta lección de economía a un nuevo nivel convirtiéndose en un importante maestro de entrenadores negros de calidad. Cuatro asistentes de Dungy han pasado a obtener plaza de primer entrenador, siendo el caso más reciente el de Mike Tomlin, de 34 años, contratado por los Pittsburgh Steelers y que es el primer entrenador principal negro de este equipo.

A la postre, fue el trabajo duro y el carácter moral en un contexto de libertad y riesgo lo que catapultó al Super Bowl a Dungy, que ahora lidera a los Colts de Indianápolis, y a Smith, que está con los Osos de Chicago. Es bueno que los chicos negros en Estados Unidos vean a un hombre adulto virtuoso abriendo oportunidades para dirigir equipos de fútbol con un presupuesto de 700 millones de dólares hacia el Super Bowl.

Sin embargo, aunque muchos negros esperaran que sus hijos mirasen el Super Bowl de este año imaginando que, algún día, ellos también podrían entrenar en la NFL, es importante recordar que sigue siendo mucho más fácil para los negros llegar a ser doctores y abogados que entrenadores de la NFL. El éxito de Dungy y Smith queda relegado a un segundo plano por el hecho de que la mayoría de los negros que juegan al fútbol americano en la secundaria nunca lo jugarán en la universidad, nunca serán profesionales y jamás llegarán a ser entrenadores. Los chicos negros deben saber que hay 12 veces más trabajos en los sectores de la justicia y la medicina que en el deporte.

Una carrera de éxito –sea en fútbol, leyes o medicina– se afianza mejor sobre una fuerte base moral. Este éxito es casi imposible de alcanzar en medio de los estilos de vida autodestructivos que experimentan tantos negros: cerca de un 5% de índice de encarcelamiento, el 9,2% de paro, el 11,8% de abandono de los estudios secundarios o el 69,3% de procrear hijos fuera del matrimonio.

Dungy y Smith, con su estilo pausado y lo explícitos que son sobre su fe cristiana, han puesto en exposición las consecuencias de la virtud. "Estoy orgulloso de ser el primer entrenador afroamericano que gana esto", dijo Dungy después del partido. "Pero repito, más que nada,

Lovie Smith y yo no sólo somos afroamericanos sino entrenadores cristianos, mostrando que se puede hacer de la forma que Dios manda. De eso estamos más orgullosos".

La moraleja del histórico Super Bowl de este año va más allá de las fronteras raciales: En una sociedad libre, las virtudes del trabajo duro y del carácter moral son las mejores claves para alcanzar el éxito.

Anthony B. Bradley es investigador del Instituto Acton.
* Traducido por Miryam Lindberg del original en inglés.

El recibo de la luz del Ecomesías



VERDADES INCÓMODAS SOBRE AL GORE

Pssscht, escuche: el Reverendo Al Gore ha afirmado que la del cambio climático es "la cuestión ética, moral, espiritual y política más importante que haya afrontado jamás la Humanidad". Jamás. Creo que el gore Gore dijo lo dicho el mismo día que se supo que el rancho tejano de Bush es más respetuoso con el medioambiente que la mansión que aquél posee en Tennessee.


De acuerdo con el Nashville Electric Service, el hogar dulce hogar del Ecomesías consume 20 veces más energía que la casa promedio norteamericana: ésta consume 10.656 kilovatios a la hora; la del Ecomesías, 221.000. ¿Doscientos veintiún mil kilovatios a la hora? Pero bueno, ¿qué es lo que hace este tipo, forrar de electrodos a su santa y ponerla a correr por el cuarto de los juguetes toda la noche? Frío, frío: por ahí no van los tiros. El Reverendo Al consume energía a espuertas porque está muy preocupado porque estamos agotando los recursos de la Tierra. Lo del "estamos" no va por Al, claro, sino por usted y el menda lerenda. Sí, usted, Don Perico de los Palotes, residente en la Calle del Hombre de la Ídem.

Y es que usted, en el colmo de la irresponsabilidad, está acabando con los recursos del planeta con esa manía suya de lavar la ropa en una lavadora eléctrica. ¿Tanto le cuesta irse a la orilla de un río y darle al friega que te friega, mientras entona, como las buenas mujeres de las mejores tribus, melodiosas cancioncillas tradicionales?

Allá en la Mansión Gore –esa mina para la compañía de la luz de Nashville, esa refulgente Catedral del Santo Al, ese pedazo de Palacio de Versalles tenesellesco– sí que se practica el consumo responsable. Y es que, como ha dicho el portavoz del Reverendo Al, el descomunal consumo energético de Gore no es sino la consecuencia de sus corajudos llamamientos a la moderación en el consumo energético. Se está fundiendo esa abracadabrante cantidad de energía a base de mandar cada dos minutos faxes en los que pide que el personal se modere a la hora de consumir energía.

Por cierto, el Ecomesías –si usted forma en las filas del Ecoapocalipsis, póstrese ante el cubo de reciclaje y haga la señal del HDPE– compra "emisiones de carbono". O, en palabras de su portavoz, Kalee Kreider (reparen en el detalle: el amigo Al, al dejar que otros hablen por él, contribuye sustancialmente a reducir las emisiones goreanas a la atmósfera), los Gore "también hacen lo de las emisiones de carbono".

Así que "hacen lo de las emisiones de carbono"... ¿Qué dice usted, querido lector, que no sabe lo que es eso? Preste atención. Supongamos que es usted un ex vicepresidente del Gobierno de los Estados Unidos que trata de reducir su "cuota de carbono" pero no puede porque el mujerío de la casa se pasa las noches tirando de secador. Bien, pues lo que puede hacer es acudir a una compañía de carbonocréditos y soltar algo de pasta para que le busquen a alguien por el ancho mundo que esté dispuesto a reducir sus emisiones. Total, que aunque usted no cierre el grifo, otro sí lo hará, y todos tan contentos. Es como cuando un ricacho se pega una comilona de aquí te espero y a los postres le suelta una moneda de dos euros al mendigo de turno para que pueda seguir pasando hambre un día más: la compensación salta a la vista, ¿no?

En fin, y por ceñirnos al caso del Reverendo Al: no importa que su mansión brille como Times Square en Nochevieja, porque el Reverendo Al ha pagado por sus emisiones. Tiene un carbonoagente –que, por supuesto, trabaja en una empresa respetuosa con el medio ambiente– que compra emisiones para Al a, pongamos, un jefe terrorista que se encuentra escondido en una cueva del Pakistán profundo y ha decidido reducir bastante su consumo de energía, más que nada porque, en cuanto prende el móvil o el ordenador, en Washington se enciende una luz y, en menos que canta un gallo, le mandan para allá un aparatejo no tripulado con aviesas intenciones.

El jefe terrorista no está, pues, para muchas alegrías energéticas: se conforma con una suscripción a la televisión por cable para regalarse los oídos cada vez que un senador americano habla en la CNN de "estrategias de salida". Mientras, en Gore House, Tipper puede seguir el enésimo discurso de su maridito en una megapantalla de plasma y no sentir remordimiento alguno de conciencia: ¡los consumos se compensan!

Las cosas como son: el Reverendo Al es un fenómeno. Compra sus carbonocréditos a Generation Investment Management LLP, una sociedad independiente, privada y con oficinas en Londres y Washington DC que invierte el dinero de sus clientes en "compañías de alto nivel" y promete beneficios excepcionales. Generation Investment no tiene que pagar impuestos en Estados Unidos. ¿Adivinan quién es su presidente? Un tal Al Gore.

O sea, que Al Gore puede comprar sus carbonoemisiones a Al Gore. Más chuli todavía: puede comprarlas con el dinero que obtiene de su antiquísima relación con Occidental Petroleum. ¿Ve lo fácil que resulta estar a bien con las carbonoemisiones? Sólo necesita tener un porrón de acciones en una compañía petrolera, montar una firma de ecoinversiones y usar parte de los beneficios de las acciones petroleras en comprar carbonoemisiones libres de impuestos a tu firma de ecoinversiones.

Un par de días antes de los Óscar, el Reverendo Al dio en la Universidad de Toronto uno de sus recitales. A Bruce Crofts, del East Toronto Climate Action Group, le dio por comparar al ex vicepresidente estadounidense con Jesucristo: no en vano ambos fueron "grandes líderes que dieron un paso al frente cuando les obligaron a ello las circunstancias".

Vale, el Ecomesías aún no puede andar sobre las aguas, pero sí puede supervisar la fusión de los casquetes polares y convertir el agua en torrentes de lágrimas. Una buena mujer que no había conseguido una entrada para el susodicho sarao suplicaba compungida a la universidad que Su Goricidad le concediese audiencia. Al decir del National Post, su hija no había podido pegar ojo desde que vio Una verdad incómoda, y estaba convencida de que la nena se pondría mejor si pudiera ver a Su Goricidad en persona.

Al Ecomesías le ha dado también por las comparaciones odiosas. Así, sostiene que estamos ante un "Holocausto ecológico", y que "las pruebas de una Kristallnacht ecológica son tan claras como el sonido de los cristales rotos aquella noche en Berlín". Pues si estamos ante un Holocausto ecológico, Gore House, con sus 221.000 kilovatios/hora, debe de ser Auschwitz. Claro, que lo mismo sale ahora su portavoz y dice que, a veces, sólo se pueden combatir los holocaustos ecológicos con hiroshimas igualmente ecológicas, porque la factura de la luz de los Gore es, digamos, la bomba ecoatómica.

© Mark Steyn