martes, 25 de noviembre de 2008

Otra copa de Martini: ¡Que sea doble!

En la columna de "La Verdad" presenté textos del libro-entrevista al Cardenal Martini, pero me dejé en el tintero la antología de sus opiniones sobre sexualidad e iglesia: he aquí unas cuantas "perlas" para hacer pensar y...hacer cambiar.

Una teología acostumbrada a respuestas prefabricadas debería cambiar de chip y aprender a cambiar las preguntas. Para ello hace falta coraje, como el que necesitó Martini para colaborar con la Congregación para la Doctrina de la Fe, “en la que a lo largo de diez años, dice, he hablado con el Cardenal Ratzinger”. Uno de sus desacuerdos era sobre la encíclica Humanae vitae, de Pablo VI (1968) y el tema de los anticonceptivos. Martini propone “una nueva perspectiva”, ya atisbada cuando muchos obispos hablaron en una línea que, según el ex-arzobispo de Milán, “deberíamos continuar en la actualidad”. “Estoy firmemente convencido, afirma, de que la conducción de la Iglesia puede mostrar un camino mejor que el de la Humanae vitae. La Iglesia recuperará con ello credibilidad y competencia.”

La oposición objetará que hay que ir despacio. Pero Martini responde que se ha tardado demasiado en rehabilitar a Galileo y Darwin. La petición de perdón de Juan Pablo II en el tema del judaísmo y en el de la relación de la iglesia con la ciencia fue laudable. Pero “en los temas de la vida y el amor no podemos esperar tanto. Es un signo de grandeza y seguridad en sí mismo que alguien pueda admitir sus faltas y la estrechez de su visión de antaño”.

Sobre el tema de la homosexualidad responde: “En mi círculo de conocidos hay parejas homosexuales, personas muy respetadas y muy sociales. Nunca se me preguntó, ni tampoco se me habría ocurrido, condenarlas”.

Es típico de este cardenal jesuita mirar hacia delante, sin miedo a preguntas inéditas que requieren respuestas creativas. Entre ellas está “la relación con la sexualidad y la comunión para los divorciados que han vuelto a contraer matrimonio.

En otros tiempos hubo tal vez demasiados pronunciamientos oficiales de la Iglesia en el ámbito del sexto mandamiento. A veces, dice Martini, hubiese sido mejor guardar silencio”. Reconoce el cardenal que en el Vaticano se discute sobre la utilización de preservativos, en especial porque la epidemia del sida preocupa mucho al Papa. Pero pocos se atreven a decir lo que piensan. Cuando Martini habló del mal menor esa toma de posición le hizo entrar en enfrentamientos. “Me he convertido, comenta sonriente, en el cardenal del preservativo”.

Por comparación con la época de su juventud, el mundo de hoy le parece totalmente distinto: por lo menos es más sincero y abierto. “Antes no se quería casi ni hablar del tema de la sexualidad: se lo reservaba para el confesonario y para el ámbito de la culpa”. En cambio, Martini es capaz de abordar el tema de la sexualidad en la etapa prematrimonial sin acomplejarse. “¿Puedo responder, se preguntan los jóvenes, del hecho de traer un niño al mundo o no traerlo? ... Ningún obispo ni sacerdote ignora hoy que se da la cercanía corporal de las personas antes del matrimonio. Aquí tenemos que cambiar de mentalidad, si es que queremos proteger la familia y promover la fidelidad matrimonial. Con ilusiones o prohibiciones no se puede ganar nada. Entre mis amigos y conocidos he podido ver cómo los jóvenes salen de vacaciones y duermen juntos en una misma habitación. A nadie se le ocurría ocultarlo o plantear problemas al respecto. ¿Debería yo decir algo? Es difícil. No puedo entenderlo todo, aunque percibo que, tal vez, en este punto está surgiendo un nuevo respeto mutuo, un aprender unos de otros y una convivencia más intensa de las generaciones... Yo quiero acompañar este desarrollo con benevolencia, formulando preguntas y con oración“

Llama la atención que hable así todo un cardenal de la iglesia católica, sin pretender dogmatizar, ni condenar lo más mínimo y sin el menor rasgo catastrofista, tan común en algunos purpurados de nuestros alrededores. “Creo, dice, que no es tiempo de intentar dar respuestas de validez general... las respuestas solo caen en terreno fértil si antes se ha puesto sobre la mesa una pregunta... En estas cuestiones tan profundamente humanas como la sexualidad y la corporalidad no se trata de recetas, sino de caminos que comienzan en el hombre y que conducen hacia delante. ... No podemos exigir de los niños y jóvenes todo lo que sería ideal. Poco a poco encontrarán su camino. Los caminos no pueden dictarse desde arriba, desde escritorios o desde púlpitos.... Lo decisivo es que promovamos a los cristianos en su capacidad individual de juicio”.

Lo cuál no obsta para que Martini sea claro frente a la injusticia. “La Biblia frente al adulterio marca una línea clara. Está absolutamjente prohibido irrumpir en el matrimonio ajeno. La Biblia es también muy clara cuando se trata de violencia contra las mujeres...Pero más allá de estas líneas claras que la Biblia traza, se nos remite a la propia responsabilidad y al discernimiento de los espíritus”.

Ante estas perlas de antología, es inevitable bromear. Alguien dirá: “Cállese, hombre, que se le entiende todo”. Y alguien musitará: “No subió más alto por carecer de los defectos requeridos por el cargo”.


Juan Masiá
Vivir y pensar en la frontera

domingo, 23 de noviembre de 2008

SEXUALIDAD, IGLESIA Y BIOÉTICA

Con este título reflexiona sobre las cuatro décadas de resaca tras la encíclica Humanae vitae el médico ginecólogo y profesor de Bioética en la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa, Miguel Oliveira da Silva.

No es un clérigo teólogo, sino un seglar casado, avalado por la experiencia de la medicina y de la vida matrimonial, quien extrae de su formación filosófica y científica el método para hacer el diagnóstico delas patologías de su iglesia, a la que cuestiona con la honestidad del creyente adulto y la que critica como tratamiento apropiado para un pronóstico de renovación esperanzada.

El doctor Miguel Oliveira da Silva, como miembro de la Comisión Nacional de Bioética, desde su doble dedicación a la ginecología y la bioética, apuesta incondicionalmente por la relación de diálogo propuesta por Juan Pablo II “entre iglesia y ciencias” y “entre creyentes y no creyentes” (Evangelium vitae, n. 27).

Él practica ese diálogo reflexivamente, como demostró en su obra Ciência, religiâo e Bioética no início da vida (ed. Caminho, 2006) y como ha desarrollado en esta última: A sexualidade, a Igreja e a Bioética. 40 anos de Humanae vitae (ed. Caminho, 2008).

Se leen con interés las vicisitudes desde el Concilio hasta la publicación de la funesta encíclica, que causó la mayor pérdida de credibilidad a la iglesia católica en el siglo XX. Presenta los “encantos y desencantos” del mundo bioético ante el tema de la sexualidad y la necesidad de cambio de paradigmas de pensamiento en la encrucijada de lo científico, lo ético y lo terapéutico. Pero, sobre todo, plantea la exigencia de un nuevo paradigma de ética sexual dentro de la Iglesia.
Con el doble bisturí del médico y del pensador, opera el autor sin miedo los tumores que están pidiendo a gritos extirpación, para mejorar el pronóstico de una iglesia y una teología moral enfermas de cuidado: acceso de la mujer a todos los ministerios eclesiales y a la jerarquía eclesiástica, celibato optativo, participación en la eucaristía de personas divorciadas viviendo en una nueva unión de hecho, sexualidad de célibes por vocación religiosa, legitimidad de relaciones sexuales pre-matrimoniales, sexualidad en contextos de orientación homosexual, eticidad de métodos contraceptivos, técnicas de procreación médicamente asistida y manejo de embriones pre-implantatorios, etc.

Pone el dedo en la llaga de los tres grandes errores de la encíclica de Pablo VI: 1) confundir lo artificial con lo antinatural, 2) entender la ley moral de un modo fixista y naturalista, y 3) creer que es competencia de la iglesia el interpretar dicha ley e imponer su interpretación a la ética. Como consecuencia de esta encíclica, la iglesia pierde credibilidad hacia fuera y angustia dentro de ella a unas pocas personas (¡cada vez menos!) que la siguen a la letra, creyendo que está prohibido pensar.

Con fidelidad crítica de creyente, con lealtad cuestionadora de pensador y con exactitud de científico, propone el Doctor Oliveira el cambio de paradigma ante la sexualidad, para que, tanto crfeyentes como no creyentas, puedan compartir esperanza.

Concuerda con esta postura la redacción del prólogo por el P. Dr. Anselmo Borges, profesor de Filosofía en la Universidad de Coimbra (conocido como alma y visión, durante la era posconciliar, de los Coloquios y la Revista Igreja e Missâo, renovadores de la teología en Portugal)., quien insiste, citando el libro reciente del cardenal Martini, en la necesidad urgente de una “reconciliación de la iglesia con el mundo, con la ciencia, con el cuerpo y con la sexualidad”.

Merece la pena recomendarse la lectura y la traducción de estos dos libros, muy apropiados para hacer revivir esperanza en una iglesia en estado de coma. Los propondría como libro de cabecera para quienes han llegado al epìscopado tras aprobar el examen de estar de acuerdo con la Humanae vitae.

Juan Masiá Clavel
Vivir y pensar en la frontera

jueves, 20 de noviembre de 2008

No hay dogmas en bioética

El Papa se opone a la creación de embriones como "material terapéutico", rezaba el titular del 7 de noviembre, frase del discurso al Congreso Internacional sobre Donación de Órganos promovido por la Academia Pontificia para la Vida .

Cuando leí el texto italiano subrayé con color amarillo papal dos frases: al principio, su exhortación a una “lógica de la gratuidad”, y al final, su recomendación de una “cultura de la solidaridad”. En cambio, subrayé rojo su oposición a la “creación y sucesiva destrucción de embriones humanos como "material terapéutico". Según su parecer (opinión personal, y no dogma; opinión cuestionable sobre cuestión controvertida, y no doctrina) "contradice las bases culturales, civiles y éticas sobre las que se apoya la dignidad de la persona". (Esta última frase provocará perplejidad en filosofía y teología).

Lo subrayado en amarillo eran principios, lo subrayado en rojo, aplicaciones. Se podrá estar de acuerdo en los principios y, precisamentre para aplicarlos, disentir de sus conclusiones.

No llamaremos “material terapéutico” al niño que nació dando vida a su hermano, sino lo consideraremos como ejemplo de la “lógica de la gratuidad” y la “cultura de la solidaridad” que propugna Benedicto XVI.

Me pregunta por e-mail una lectora si, tras ese discurso, debo modificar lo escrito en posts anteriores para acomodarlo al magisterio eclesiástico y respetar la opinión papal.

Respondo: primero, no es cuestión de magisterio, porque no es cuestión ni de dogma, ni de doctrina, sino cuestión controvertida científica y éticamente, sobre la que hay que debatir desde la ciencia y la ética.
Segundo, no es cuestión de respetar una opinión papal. Se respeta la persona y se debaten las opiniones discutibles, como nos enseñó Benedicto XVI al presentar su libro sobre Jesús abierto al debate y no como imposición magisterial. Si eso vale del libro del Papa sobre Jesús, a fortiori de una opinión sobre una cuestión bioética, que no es competencia del magisterio eclesiástico. No hay dogmas en bioética...

Y en cuanto a la frase “material terapéutico”, no es aplicable a la selectividad de pre-embriones usada tras diagnóstico pre-implantacional en el caso del “bebé-esperanza” que nació dando vida.

Creyentes de fe adulta no confundirán los titulares de prensa con formulaciones dogmáticas, ni la libertad de expresión y derecho a opinar de los obispos con el presunto carácter vinculante de esas opiniones, sobre todo en materias que no son de competencia del magisterio. Otra cosa es el caso de creyentes adoctrinados para no pensar y comulgar con ruedas de molino.

Juan Masiá Clavel
(Vivir y pensar en la frontera)

miércoles, 9 de julio de 2008

Un estudio revela los peligros de la cohabitación

6 julio 2008

Vivir juntos antes del matrimonio es una práctica muy común para las parejas de muchos países. Muchos lo defienden basándose en que permite a los futuros marido y mujer conocerse mejor mutuamente.

Sin embargo, existen evidencias abundantes de que la cohabitación es más un obstáculo que una ventaja a la hora de prepararse al matrimonio. Michael y Harriet McManus publicaban hace poco "Living Together: Myths, Risks and Answers" (Vivir Juntos: Mitos, Riesgos y Respuestas) (Howard Books), que documenta su investigación sobre este tema.

Los autores, fundadores de la organización Marriage Savers, advierten que las parejas que cohabitan antes del matrimonio tienen más probabilidades de divorciarse después. Hay una gran diferencia, afirman, entre un lazo permanente como el matrimonio y el vivir juntos en una relación condicional.

Lo típico de la cohabitación es que los dos individuos estén más preocupados en obtener satisfacción de la otra persona, escriben. En el matrimonio, en contraste, los esposos tienden a centrarse más en dar satisfacción a la otra persona.

Uno de los mayores problemas con la cohabitación, explica el libro, es que las dos partes suelen comenzar a vivir juntos por motivos muy diversos. Mientras que muchas mujeres lo consideran como un paso hacia el matrimonio, los hombres lo hacen por conveniencia, y no como un compromiso en firme.

Injusticias

Además, los autores citan estudios que muestran que la cohabitación típica no es una división al 50-50 de los gastos y cartas. Las mujeres tienden a aportar más, tanto en términos monetarios como de trabajo doméstico.

Numerosos estudios recientes demuestran también que las agresiones físicas contra mujeres son mucho más comunes entre parejas en cohabitación que entre parejas casadas. La violencia grave y el asesinato están mucho más presentes entre parejas que no están casadas.

Otra preocupación es el bienestar de los hijos. Michael y Harriet McManus apuntan que el 41% de las parejas que vivían en cohabitación en Estados Unidos en el 2003 tenían hijos menores de 18 años viviendo con ellas.

Los niños de las parejas que conviven sin estar casadas tienen grandes desventajas. Comparados con los hijos de parejas casadas, tienen un mayor índice de delincuencia, les va peor en los estudios, y sufren psicológicamente del ambiente de un hogar inestable.

Un informe publicado en junio por el National Marriage Project de la Universidad Rutgers aportaba más información detallada sobre los peligros de la cohabitación. Su autor es el experto en familia y matrimonio David Popenoe. El estudio titulado "Cohabitation, Marriage and Chile Wellbeing: A Cross-National Perspective" (Cohabitación, Matrimonio y Bienestar de los Hijos: una Perspectiva Nacional" comienza por indicar: "Ningún cambio en los tiempos modernos ha influido más, y más dramáticamente y con tanta rapidez, como la cohabitación heterosexual fuera del matrimonio".

Popenoe citaba datos de las cifras de Estados Unidos del 2002 que muestran que más del 50% de las mujeres entre 19 y 44 años han cohabitado durante alguna época de sus vidas. Mientras que el índice de cohabitación se ha disparado, el índice de matrimonio se ha reducido mucho, añadía.

Preocupación social

"La cohabitación en lugar del matrimonio debería considerarse una preocupación social importante", advertía Popenoe. Explicaba que abundante investigación demuestra las claras ventajas de las parejas casadas, que son normalmente más felices, más sanas y les va mejor económicamente.

La investigación apunta también a una significativa reducción de estas ventajas si una pareja convive sin estar casada.

Popenoe coincidía con el libro de los McManus en cuanto a las desventajas para los hijos. Dado que las parejas que cohabitan tienen un índice de ruptura mayor en comparación con las parejas casadas, esto trae consigo más estrés y tensión para los hijos. Mayores índices de abuso infantil y más violencia familiar también tienen generan problemas para los niños.

Estas desventajas para los hijos, comentaba Popenoe, también tienen mucho que ver con la tendencia mayor en la vida familiar de los últimos años de pasar de que los padres casados críen a los hijos a que sean criados por un solo progenitor, normalmente la madre. En gran número de países hay un 50% de probabilidades de que un niño pase algún tiempo viviendo sólo con un progenitor antes de alcanzar la edad adulta.

Esto surge tanto de nacimientos fuera del matrimonio como de rupturas después del nacimiento. La cohabitación es un factor muy alto debido a los nacimientos en parejas no casadas. También tiene su responsabilidad el mayor índice de rupturas de las parejas en cohabitación que tienen hijos - que más del doble que en las parejas casadas con hijos.

Popenoe atribuye el alto índice de rupturas a la falta de compromisos de las parejas que en cohabitación, un punto mencionado también en el libro de los McManus. Quienes cohabitan, afirmaba, "tienden a tener un sentido de la identidad de la pareja más débil, menos voluntad de sacrificarse por el otro, y menor deseo de ver que la relación se proyecte a largo plazo".

Citaba un estudio llevado a cabo en Estados Unidos que calculaba que las parejas en cohabitación tienen un índice de rupturas cinco veces mayor que las parejas casadas.

El caso europeo

Popenoe también consideraba la situación en Europa, donde la cohabitación se ha extendido incluso más que en Estados Unidos. En Europa del Norte y Central, además de en el Reino Unido, el 90% de las parejas viven juntos antes de casarse.

En general, comentaba Popenoe, casi todos estos países, además de otros como Australia y Nueva Zelanda, se dirigen a índices de cohabitación tan altos como los encontrados en Escandinavia.

En respuesta a estos cambios muchos gobiernos han introducido diversas legislaciones para reconocer a las parejas de hecho que otorgan una serie de ventajas legales a las parejas que registran su relación.

Todavía no está claro, observaba, si la legislación sigue a los cambios sociales, o si ella misma ha impulsado también el aumento de la cohabitación. Es probable, sin embargo, opinaba Popenoe, que el dar reconocimiento legal a la cohabitación debilite el estatus del matrimonio.

"No puede haber dudas de que el aumento de la cohabitación no marital en las naciones modernas ha debilitado gravemente la institución del matrimonio, y ha contribuido mucho al aumento sustancial y continuado de los nacimientos fuera del matrimonio y de las familias monoparentales", concluía Popenoe al final de su análisis.

Desde el punto de vista del bienestar de la sociedad y de los hijos la cohabitación tiene pocas ventajas, sostenía. Incluso en algunos países europeos con sistemas de bienestar muy buenos que respaldan a los hijos aun así hay una diferencia sustancial en sus bienestar entre los niños que crecen en familias intactas y los que no.

Compromiso de por vida

El matrimonio y la familia han sido uno de los temas examinados por Benedicto XVI en su reciente visita a Estados Unidos. Durante la celebración de las vísperas con los obispos el 16 de abril, el Papa mostraba su "profunda preocupación" por la situación de la familia.

El pontífice comentaba que la vida familia no es sólo donde podemos vivir la experiencia de la justicia y el amor, sino también el lugar primario de la evangelización y la transmisión de la fe.

Observaba que además del aumento de divorcios, muchos hombres y mujeres jóvenes eligen posponer el matrimonio o renunciar a él.

"Algunos jóvenes católicos consideran el vínculo sacramental del matrimonio poco distinto de una unión civil, o lo entienden incluso como un simple acuerdo para vivir con otra persona de modo informal y sin estabilidad", observaba el Santo Padre.

"Está simplemente ausente la recíproca autodonación de los novios a la manera de Cristo, mediante el sello de una promesa pública de vivir las exigencias de un compromiso indisoluble para toda la existencia", añadía.

"En esas circunstancias se les niega a los hijos el ambiente seguro que necesitan para crecer como seres humanos, e incluso se niegan a la sociedad aquellos pilares estables que son necesarios si se quiere mantener la cohesión y el centro moral de la comunidad", concluía Benedicto XVI. Problemas contra los que muchos países del mundo están tratando de luchar.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado

(ZENIT.org)

miércoles, 21 de mayo de 2008

Irena Sendler - La madre de los niños del holocausto.

Mientras la figura de Oscar Schindler fue aclamada por todo el mundo gracias a Steven Spielberg, que se inspiró en él para hacer la película que conseguiría siete premios Oscar en 1993, narrando la vida de este industrial alemán que evitó la muerte de 1.000 judíos en los campos de concentración, Irena Sendler seguía siendo una heroína desconocida fuera de Polonia y apenas reconocida en su país por algunos historiadores, ya que los años de oscurantismo comunista habían borrado su hazaña de los libros oficiales de historia. Además ella nunca contó a nadie nada de su vida durante aquellos años.

Sin embargo, en 1999 su historia empezó a conocerse, curiosamente, gracias a un grupo de alumnos de un instituto de Kansas y a su trabajo de final de curso sobre los héroes del Holocausto. En su investigación consiguieron muy pocas referencias sobre Irena. Sólo había un dato sorprendente: alrededor de 2.500 niños habían salvado la vida gracias a ella. ¿Cómo es posible que apenas hubiese información sobre una persona así? La gran sorpresa llegó cuando tras buscar el lugar de la tumba de Irena, descubrieron que no existía dicha tumba, porque ella aún vivía, y de hecho todavía vive. Hoy es una anciana de 97 años que reside en un asilo del centro de Varsovia, en una habitación donde nunca faltan ramos de flores y tarjetas de agradecimiento procedentes del mundo entero.

Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, el cual manejaba los comedores comunitarios de la ciudad. En 1942 los nazis crearon un gueto en Varsovia. Irena, horrorizada por las condiciones en que vivían, se unió al Consejo para la Ayuda a los Judíos. Consiguió identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Como los alemanes invasores tenían miedo de una posible epidemia de tifus, permitían que los polacos controlaran el recinto.


Pronto se puso en contacto con familias a las que les ofreció llevar a sus hijos fuera del gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Era un momento horroroso, debía convencer a los padres de que le entregaran sus hijos, y ellos le preguntaban: “¿Puedes prometerme que mi niño vivirá?” Pero ¿quién podía prometer cuándo ni siquiera se sabía si lograrían salir del gueto? Lo único cierto era que los niños morirían si permanecían en él.

Las madres y las abuelas no querían desprenderse de sus hijos y nietos. Irena las entendía perfectamente, pues ella misma era madre, y sabía perfectamente que, de todo el proceso que ella llevaba a cabo con los niños, el momento más duro era el de la separación. Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerlas cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte. Cada vez que le ocurría algo así, luchaba con más fuerza por salvar a más niños. Comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo lo que estaba a su alcance para esconderlos y sacarlos de allí: cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercaderías, sacos de patatas, ataúdes… En sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

Logró reclutar al menos una persona de cada uno de los diez centros del Departamento de Bienestar Social. Con su ayuda, elaboró cientos de documentos falsos para dar identidades temporales a los niños judíos. Irena vivía los tiempos de la guerra pensando en los tiempos de la paz. Por eso no le bastaba solamente mantener a esos niños con vida. Quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, sus historias personales, sus familias. Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades. Anotaba los datos en pequeños trozos de papel y los guardaba dentro de botes de conserva que luego enterraba bajo un manzano en el jardín de su vecino. Allí estaba el pasado, sin que nadie los sospechara, de alrededor de 2.500 niños.

Pero un día los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja de su celda, encontró una estampa ajada de Jesucristo. La conservó como el resultado de un azar milagroso en aquellos duros momentos de su vida, hasta el año 1979, que se la obsequió a Juan Pablo II. Irena era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos; soportó la tortura y se rehusó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Le rompieron los pies y las piernas además de imponerle innumerables torturas. Sin embargo nadie pudo romper su voluntad. Así que fue sentenciada a muerte. Una sentencia que nunca se cumplió, porque camino del lugar de la ejecución, el soldado que la llevaba, la dejó escapar. La resistencia le había sobornado porque no querían que Irena muriese con el secreto de la ubicación de los niños. Oficialmente figuraba en las listas de los ejecutados, así que a partir de entonces, Irena continuó trabajando, pero con otra identidad.


Al finalizar la guerra, ella misma desenterró los frascos y utilizó las notas para tratar de localizar todas aquellas familias adoptivas y reunirlos con sus parientes diseminados por toda Europa. Muchos habían perdido a sus familiares en los campos de concentración nazis. Los niños sólo la conocían por su nombre clave: Jolanta. Años más tarde, su historia apareció en un periódico acompañada de fotos suyas de la época, varias personas empezaron a llamarla para decirle: “Recuerdo tu cara. Soy uno de esos niños, te debo mi vida, mi futuro y quisiera verte…”. Irena tiene en su habitación cientos de fotos con algunos de aquellos niños sobrevivientes o con hijos de ellos.

Su padre un médico, que falleció de tifus cuando ella era todavía pequeña, le inculcó lo siguiente:

“Ayuda siempre al que se está ahogando, sin tomar en cuenta su religión o nacionalidad. Ayudar cada día a alguien tiene que ser una necesidad que salga del corazón”



Irena Sendler lleva años encadenada a una silla de ruedas, debido a las lesiones que arrastra tras las torturas sufridas por la Gestapo. No se considera una heroína. Nunca se adjudicó crédito alguno por sus acciones. Siempre que se le pregunta sobre el tema, Irena dice:

“Podría haber hecho más, y este lamento me seguirá hasta el día en que yo muera”.


“Como se plantan las semillas de comida, se plantan las semillas de bondad. Traten de hacer un círculo de bondades, y éstas les rodearán y les harán crecer más y más”.

Irena Sendler

domingo, 16 de marzo de 2008

"Salvemos a las jóvenes esclavizadas del Congo"

Carta del Padre Donato Lwiyando

Desde 1998 hasta 2007, una guerra de agresión ha azotado la RD Congo, y ha causado la muerte de más de 4 millones de personas, más de 25.000 mujeres violadas en el este del país. Entre las víctimas se encuentran chiquillas menores de edad, que han sido violadas, y que al huir ante el peligro de nuevas violaciones y la muerte que les amenazaba en sus poblados, han caído en redes de prostitución y están siendo explotadas sexualmente.

Los objetivos fundamentales de nuestro proyecto son:

· Rescatar a las chicas, en particular a las menores de edad, de las burdeles donde están siendo explotadas sexualmente.

· Proporcionarles una morada digna y un seguimiento psicológico.

· Proporcionarles una formación profesional que les permita prepararse para el futuro.

· Facilitarles una reinserción social después de tres años de formación.

· Acompañarlas en los primeros meses de reinserción.

Estamos desarrollando dicho proyecto junto con MEPED (Movimiento de Educación y de Promoción para la Infancia Desvalida), una organización no gubernamental de Bukavu, en el este de la RD del Congo, que es la ciudad que más ha sufrido por la guerra de agresión que ha padecido el Congo. Desde marzo de 2007, hemos alquilado una casita de acogida y actualmente viven cinco chicas rescatadas, con unos bebés de 2 años y de 2 meses.

Hemos conseguido ya una financiación para construir una casa de acogida, pero nos falta lo necesario para el mantenimiento de las chicas (alimentos, ropa, medicamentos…). Hasta ahora han sobrevivido con lo mínimo, tanto en comida como en cuestiones sanitarias.

Por tanto, nuestra propuesta de Campaña para este año 2008 consiste en apoyar económicamente este proyecto de rescate de niñas prostituidas. Actualmente, el coste de mantenimiento en acogida de una chica al mes es de 45 euros. Sabemos que pueden ser casi 100 las menores víctimas de esta esclavitud sexual y queremos ayudarlas a todas.Gracias por su aportación económica.

Para más información:Padre Donato Lwiyando+34 677 329 020
http://www.africatumaini.org/contacto@africatumaini.org

miércoles, 5 de marzo de 2008

Carta-Manifiesto de 'Il Foglio' al secretario general de las Naciones Unidas

Este es el texto en español de la carta de 'Il Foglio' al secretario general de la ONU ya firmada por destacadas personalidades internacionales.

A Vuestra Excelencia Sr. Ban Ki-Moon Secretario General de las Naciones Unidas

A Vuestras Excelencias Presidentes de Gobierno y Jefes de Estado de las Naciones Unidas

En estos últimos sesenta años se han tomado muchas medidas y no se han escatimado esfuerzos para crear y sostener los instrumentos jurídicos en materia de protección de los ideales contemplados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada el 10 de diciembre de 1948 en Paris. En las últimas tres décadas se llevaron a cabo más de mil millones de abortos, termino medio unos cinquenta millones de abortos por año.

Del último informe de United Nations Population Fund (Fondo de Población de las Naciones Unidas) se desprende que en China el aborto, fomentado o coactivo, es un riesgo que corren decenas de millones de niños que están por nacer en aras de una planificación familiar y demográfica gubernamental. En la India, en veinte años, por selección sexista se le quitó la vida a millones de niñas antes de nacer. En Asia el equilibrio demográfico peligra debido al infanticidio masivo de magnitud epocal. En Corea del Norte con el aborto selectivo se intenta eliminar radicalmente toda forma de discapacidad. En Occidente, el aborto también se ha vuelto en el instrumento de una nueva eugenesia que viola los derechos del feto y la igualdad entre los hombres. El diagnóstico prenatal ya no cumple su función de preparación para acoger y cuidar al bebé sino que es más bien un criterio para mejorar la raza, destruyendo de esta forma los ideales universales en los que se basa la Declaración Universal de 1948.

Sometemos a Vuestra consideración una petición de moratoria de las políticas públicas que fomentan formas de sumisión injustificada y selectiva del ser humano durante su desarrollo en el vientre de la madre mediante el ejercicio arbitrario de un poder de aniquilamiento, violando el derecho a nacer y a la maternidad. El artículo 3 de la Declaración Universal contempla que "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona."

Hacemos un llamamiento a los representantes de los gobiernos nacionales para que expresen su opinión a favor de un emendamiento significativo del texto de la Declaración: después de la primera coma, insertar "desde la concepción hasta la muerte natural". La Declaración universal, de hecho, se refiere a los derechos humanos "iguales e inalienables" y proclama solemnemente que los seres humanos tienen la "dignidad intrínseca de todos los miembros de la familia humana" (Preambulo). La ciencia, con algunos de sus descubrimientos más significativos en el ámbito genético posteriores a la Declaración, documenta de forma irrefutable la existencia de un patrimonio genético humano en el embrión, un patrimonio único e irrepetible, a partir de su primera etapa de desarrollo. La Comisión británica Warnock, establece, en 1984, que a partir del décimo cuarto día de la concepción el embrión es un ser humano con derecho a no ser manipulado experimentalmente. Los gobiernos deben preservar y proteger estos derechos naturales que abarcan también el derecho a un "patrimonio genético que no esté manipulado".

La Declaración de 1948 fue la respuesta del mundo libre y del derecho internacional a los crímenes contra la humanidad procesados tres años antes en Nuremberg. Como reacción a las prácticas eugenésicas de los médicos nazis, en 1948, la World Medical Association adoptó la Declaración de Ginebra en la que se afirma: "Respetaré la vida humana desde su comienzo". El artículo 6 del International Covenant on Civil and Political Rights (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) aprobado por las Naciones Unidas en 1966, establece que "El derecho a la vida es inherente a la persona humana". El aborto selectivo y la manipulación selectiva in vitro son la forma principal de discriminación entre los seres humanos por razones eugenésicas, raciales o sexuales. Es la misma persona humana que las Naciones Unidas amparan en el artículo 6 de su carta de los derechos.

A los sesenta años de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es necesario renovar nuestra fuente principal de inspiración humanitaria enmendando el artículo 3.
Hacemos un llamamiento a los gobiernos para que respeten escrupulosamente los derechos humanos y, el primero de estos derechos es el derecho inviolable a la vida.

Con toda consideración

René Girard, antropólogo, miembro de la Academia FrancesaLord David Alton, miembro de la Cámara de los LoresRoger Scruton, filósofo inglés en el Bircbeck CollegeJohn Haldane, profesor de filosofía en la St. Andrews UniversityGeorge Weigel, teologo y biografo de Karol Wojtyla y Joseph RatzingerRobert Spaemann, profesor emérito de Filosofia en la Universidad de MúnichSor Nirmala Joshi, Superiora de las Misioneras de Madre Teresa de CalcutaPaolo Carozza, miembro de la Comisión Interamericana de Derechos HumanosJosephine Quintavalle, directora del Comment on Reproductive EthicsPaola Bonzi, Centro de ayuda a la vida en la clínica Mangiagalli de MilánPierre Mertens, presidente de la Federación internacional de la Espina BífidaJean-Marie Le Mené, presidente de la Fundación Jérôme LejeuneAlan Craig, presidente de la Christian Peoples Alliance inglésRichard John Neuhaus, teologo y director de First ThingsCarlo Casini, presidente del Movimiento por la Vida italianoLucetta Scaraffia, docente de historia en la Universidad La Sapienza de RomaBobby Schindler, hermano de Terri Schiavo

lunes, 3 de marzo de 2008

Persecución en Chiapas: el problema

Usos, costumbres y cambio religioso en los pueblos indios (I)¿Se recrudece la persecución en contra de los indígenas evangélicos en México? A juzgar por notas de prensa acerca de hostigamientos cometidos en detrimento de creyentes protestantes en algunas comunidades indias, así lo parece. ¿O será que un tema antes silenciado, por carecer de interés para los medios informativos, ahora comienza a recibir crecientes luces mediáticas? También parece que sí.

Hace unos días en el poblado Santa Rita, municipio La Trinitaria, en Chiapas, la mayoría de la población decidió cortarles los servicios de agua potable y electricidad a diez familias evangélicas, identificadas con la denominación pentecostal Asambleas de Dios. El motivo enarbolado por más de 300 católicos tradicionalistas fue que la minoría se negó a cooperar para la realización de las fiestas del lugar. Pero da la "casualidad" que esas fiestas son celebraciones íntimamente relacionadas con el catolicismo, en las que salen a relucir los santos patronos venerados por los habitantes católicos de Santa Rita. El nombre del poblado, de alguna manera, ya lo dice todo. El pastor de los agredidos, Adán Aguilar Pérez, además ha informado que a él le tienen prohibido sembrar en tierras que le pertenecen.

Al frente de la turba que impuso el castigo iban el presidente del comisariado ejidal, Antonio Hernández Aguilar, y el agente municipal Rolando Aguilar Hernández (La Jornada, 21/II). Autoridades civiles al servicio de creencias católicas. Esto sucede porque todavía existe una especie de simbiosis entre unas creencias religiosas hasta hace poco tiempo únicas, y la esfera de la administración sociopolítica. En una imbricación así, quienes retan uno de los componentes de la mencionada simbiosis, necesariamente están cuestionando al todo. Por lo tanto los pentecostales dejados sin servicios vitales, como los son luz y agua, al ser inconformes religiosos son también inconformes políticos. Lo que están padeciendo es reprobable, y quienes creemos en la vigencia de los derechos humanos para todos y todas debemos manifestarles nuestra solidaridad, a la vez que cuestionar a sus agresores. A las autoridades les corresponde proteger a las víctimas y hacer vales las leyes, no negociarlas con la mayoría. Porque estamos ante una cuestión de derechos y no de ver quiénes son más.

Hace unos años, para más precisión el 27 de septiembre del 2002, tuve la oportunidad de participar en el Encuentro Usos, costumbres y libertad religiosa, en Las Margaritas, Chiapas. El hecho fue muy significativo, la realización del Encuentro, no mi participación, porque de los 118 municipios que conforman el estado de Chiapas, históricamente ha sido en dos de ellos donde se han dado el mayor número de actos violentos de intolerancia contra los indígenas protestantes: San Juan Chamula, en la zona tzotzil, y Las Margaritas, en la zona tojolabal. El evento tuvo por objetivo intercambiar puntos de vista entre líderes de distintas confesiones religiosas, autoridades municipales, legisladores y, como en mi caso, investigadores de los cambios religiosos y sus repercusiones culturales. Fue todo un logro que el acto haya tenido lugar en Las Margaritas, De alguna manera representó la coincidencia, desde distintas ópticas, de reforzar la noción del Estado laico, entre cuyas funciones están no imponer creencias y garantizar la libertad de quienes tienen una religión, quieren cambiarla o no tienen alguna. Rescato aquí una sección de lo que entonces expuse, con pequeños cambios de estilo e informativos.

El caso de los usos y costumbres (o sistemas normativos indígenas) con su reticencia al cambio religioso, las barreras que impone a la libertad de creencias y culto en distintas comunidades indias, no es exclusivo de las poblaciones indígenas. Ha tenido lugar en muchos momentos de la historia, en variados lugares y países. Estos regímenes de iglesias territoriales, donde lo político y religioso se conjugan y son indivisibles, se han topado en determinados momentos con pequeños núcleos de creyentes que conciben al gobierno y al Estado, o a la comunidad, al consenso mayoritario y la tradición, como instituciones que no pueden regir en cuestiones de conciencia. Vale subrayarlo: el tipo iglesia de creyentes se caracteriza porque el ingreso a la comunidad confesante es mediante una elección personal, no se es parte de ella por herencia, tradición o pertenencia a un territorio. La identidad religiosa elegida tiene problemas para reproducirse en lugares donde se decide que debe imperar una sola religión.

Lo que tenemos, de alguna manera, es el enfrentamiento entre usos y costumbres y la opción de aquellos que en el seno de las propias comunidades, no desde afuera, eligen otra identidad religiosa, política, cultural (incluso comienza a darse el caso de identidades elegidas en lo sexual); y todo ello es un reto a los sistemas monolíticos. La tradición se enfrenta con la diversidad y no sabe lidiar con ella. Así es porque antes no se había presentado la pluralidad valorativa con la intensidad que ahora se manifiesta en los pueblos indios. En todas las sociedades en las que surge la diversificación, al principio no saben cómo manejarla, el primer impulso es tratar de erradicarla. En mayor o menor medida, a todos se nos dificulta ser flexibles y entender cómo los otros construyen su vida.

Cuando nos confrontamos con personas que creen y actúan de manera distinta a la nuestra, me parece, a casi todos nos sale el inquisidor que llevamos dentro y les queremos decir que deben, o no, creer y cómo hacerlo. Pero del deseo de imponer, normalmente, no vamos más allá porque lo deseado pasa por el tamiz de la reflexión. Poco a poco, en la relación con quienes tienen creencias religiosas distintas a las nuestras, que adoptan otra identidad, es como vamos empezando a saber realizar intercambios cognoscitivos y aprendemos a aceptar al otro. Pero no cabe duda de nos cuesta trabajo hacerlo.

Una constante histórica en términos de diversificación religiosa, a menos que se haga uso permanente y por largos ciclos de la violencia, es que la pluralización se torna incontenible. No se puede detener un proceso cuando éste comienza a germinar internamente y confronta la identidad única, la identidad excluyente, la identidad histórica o tradicional. La diversidad se empieza a filtrar por todas partes. No hay diques capaces de contener a la diversidad de manera definitiva y permanente. Es posible que se le pueda detener por un cierto tiempo, pero nada más. Con frecuencia construimos diques o fortalezas mentales, edificamos barreras legales (pero injustas), levantamos muros comunitarios que a veces recurren a la violencia. Sin embargo encuentro que, en la historia, aún esos diques más violentos acaban por resquebrajarse. Es como una especie de gran presa que se quiere construir, capaz de contener todas las aguas. Y no, siempre hay una mínima fisura que acaba por desbordarla. Si la diversidad es incontenible, si no hay maneras de congelarla definitivamente, por lo tanto la opción es aprender a darle cauce.

Ante la creciente diversificación hay que adecuar medios, hábitos mentales, acomodar percepciones grupales y personales. Yo creo que esto ha venido sucediendo, en términos generales, en las comunidades indias de Chiapas, con distintos ritmos en cada región y desde hace buen tiempo. Hay una diversidad realmente existente en los pueblos indígenas. No estamos hablando aquí en un sentido teórico sobre qué se va a hacer en los pueblos cuando se presenten quienes creen de manera distinta a la tradicional. No, la diversidad religiosa ya está plantada, ya se encuentra dentro, y su difusión la tienen a cargo personas originarias de las poblaciones locales. Las historias de misioneros de distintas creencias que llegan y son los que dominan y, dicen, le lavan el cerebro a unos cuantos indios; son historias folclóricas y hasta fantasiosas. La realidad es que los credos religiosos se expanden cuando la comunidad, o un grupo de la misma, se apropia de la nueva propuesta, la hace suya y empieza a transmitirla.

Es constatable la diversidad religiosa en las comunidades, y la misma parece ser irreversible. Entonces, además de reconocerla intelectualmente, se hace necesaria su aceptación en terrenos prácticos. La tarea es aprender a negociar espacios comunes para todos, sin que una identidad religiosa particular sea el centro organizador de toda la comunidad. Comprender perfectamente que ya no se puede totalizar prácticas religiosas y culturales a la generalidad de la población, porque ésta ya se ha diversificado. Presbiterianos, adventistas, testigos de Jehová, pentecostales, nazarenos y otros no están en contra de trabajar al servicio de la comunidad (el llamado tequio), sino que se oponen cuando el centro aglutinador de ese trabajo es una creencia o símbolo religioso identificado con la religión tradicional: el catolicismo.

¿Qué va a pasar cuando los adventistas, presbiterianos o pentecostales sean mayoritarios en una comunidad, y el tequio antes ligado a festividades católicas se transforme en un tequio adventista? ¿Qué les parecería a los no adventistas que se les obligara a guardar la dieta propia del adventismo, cercana al vegetarianismo, o a tener que guardar el sábado, o bien obligatoriamente ayudar a construir un camino para facilitar el acceso a la Iglesia adventista del lugar; y no les quedara de otra porque en la nueva composición religiosa demográfica ya los adventistas son mayoría y ganan sin problema las votaciones en la asamblea comunitaria? Traigo a colación la hipótesis de los adventistas porque en Chiapas son los que más templos tienen, y en un buen número de poblaciones de la región zoque chiapaneca son mayoría. Por cierto que hasta hoy no existen noticias de tequios adventistas obligatorios para católicos tradicionalistas.

Continuará

Carlos Mnez. Gª es sociólogo, escritor, e investigador del Centro de Estudios del Protestantismo Mexicano.

jueves, 28 de febrero de 2008

Primer foro de Naciones Unidas sobre tráfico humano

Activistas de derechos humanos, artistas y funcionarios de la ONU dijeron el miércoles que un "muro de silencio" en torno a muchas víctimas del tráfico humano está frustrando los esfuerzos por eliminar el azote global.

Los conferencistas al inicio del primer foro de Naciones Unidas sobre tráfico humano pidieron que las víctimas sean desestigmatizadas y los negocios sospechosos boicoteados.

"La manera más efectiva es romper el muro de silencio que lo rodea," dijo Suzanne Mubarak, esposa del presidente de Egipto, a la asamblea de 1.200 representantes de Gobiernos y ONG, legisladores, líderes empresariales y víctimas del tráfico humano de 116 países.

"Mucha gente no quiere saber sobre ello, muchos de ellos están en negación, a mucha gente francamente no le importa," señaló en una conferencia de prensa la actriz británica Emma Thompson, ganadora de un Oscar.

La ONU estima ganancias anuales por el tráfico humano de más de 30.000 millones de dólares, con 2,5 millones de personas atrapadas en trabajos forzados, incluyendo explotación sexual, matrimonios obligados o presionados a proveer partes del cuerpo para el mercado negro de órganos.

Marco para una campaña

En el 2005 se hizo efectivo un protocolo de la ONU antitráfico, creando un marco de trabajo para una campaña y 110 naciones lo han firmado, pero muchas otras son lentas o reticentes a promulgar legislación nacional contra ese delito.

Antonio María Costa, director de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), dijo que faltan jugadores importantes en la lista de ratificación, como India y Japón, mientras que Pakistán ni siquiera ha firmado el protocolo.

Aparte de la acción gubernamental, las compañías privadas también deben unirse a la batalla contra el tráfico humano, agregó Costa.

"Saquen la explotación de su balance," manifestó Costa en su discurso inaugural. "Asegúrense de que la cadena de suministros no esté manchada con sangre, sudor y lágrimas de esclavos modernos.

"Los consumidores deben poner bajo presión a las compañías transgresoras, dijo Steve Chalke, de la campaña "Stop the Traffik."

Por ejemplo, añadió, miles de esclavos modernos están trabajando para la industria de cacao en Costa de Marfil y es tiempo de que los consumidores compren más productos del "Comercio Justo.""Si uno come chocolate que no proviene del comercio justo, tiene sangre en los dientes. Alguien más está muriendo por ese lujo," declare Chalke. "Nuestro estilo de vida está vinculado a otros.

"VIENA (Reuters) - Miércoles 13 de febrero de 2008

martes, 26 de febrero de 2008

ONU lanza una campaña contra la violencia hacia la mujer

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, lanzó este lunes una campaña para poner fin a todas las manifestaciones de violencia contra la mujer que durará hasta 2015.

Una de cada tres mujeres va a ser víctima de violencia a lo largo de su vida. Esta es una terrible violación de derechos humanos, pero no es inevitable. Podemos ponerle fin.

En un discurso ante la Comisión sobre la Condición de la Mujer, Ban Ki-moondijo que se reunirá personalmente con los líderes del mundo para instarlos a tomar medidas a fin de acabar con la impunidad.

Señaló que con demasiada frecuencia los perpetradores de delitos contra las mujeres no son castigados.

"La violencia contra la mujer es un tema que no se puede posponer. Por lo menos una de cada tres mujeres es golpeada, obligada a tener sexo o abusada durante toda su vida. A través de la práctica de la selección prenatal de género, a muchas otras se les niega el derecho a existir. Ningún país, ninguna cultura, ninguna mujer joven o anciana es inmune de este flagelo", dijo el titular de la ONU.

Agregó que propondrá un evento de alto nivel en 2010 para examinar los avances alcanzados, compartir las mejores prácticas y delinear los pasos futuros.

Durante esta jornada también se prevé un encuentro con la prensa de la asesora especial del Secretario General sobre Temas de Género y el Avance de la Mujer, Rachel N. Mayanja.

Asimismo, sesionará en la tarde un panel titulado El papel y la responsabilidad de los hombres en prevenir la violencia contra la mujer, con la participación de funcionarios gubernamentales y activistas masculinos que contribuyen a frenar este flagelo.

De acuerdo con estadísticas divulgadas por las Naciones Unidas, una de cada tres mujeres en el mundo es posible que sufra algún tipo de violencia durante su vida.

Esas fuentes precisan que las mujeres de 15 a 44 años tienen más riesgo de ser violadas y abusadas domésticamente que de padecer cáncer y sufrir accidentes automovilísticos, guerras o malaria.

La campaña anual que lanzará hoy el Secretario General de la ONU tiene como objetivo asegurar la voluntad política e incrementar los recursos destinados a terminar con la violencia contra mujeres y niñas.

También persigue atraer la atención pública mundial para asegurar acciones por parte de los políticos al más alto nivel y lograr la participación de hombres y niños en la lucha que se lleva a cabo contra esos maltratos.

La CEM es un comité de ECOSOC dedicado a atender los temas de igualdad de género y avance de la mujer y es la principal entidad de las Naciones Unidas en la preparación y promoción de políticas en el mundo a favor de la población femenina.

El Mercurio Digital - 25-02-2008

miércoles, 20 de febrero de 2008

Noticias huérfanas de diarios

El periódico español más "serio" se olvida de que África existe. Tienen secciones de América, Oriente Medio, Europa… ¿Cuántos países tiene el continente africano? ¿Dónde queda Gabón, Zambia o Botswana? ¿Alguien ha leído en algún diario que semanas atrás un terremoto mató a más de cincuenta personas en la frontera de Ruanda con la República del Congo? Incluso, toda la información de la Copa de África se reduce a que Eto'o regresa a Barcelona lesionado. ¿Cuántos africanos hacen falta para que valgan lo que un europeo?

Muchos africanos emigran. Los que intentan ir a Europa son una ínfima minoría. África es un continente de pueblos en movimiento. Caminan en fila. Cargados de mercancías escasas sobre sus cabezas. Pero caminan. Se mueven. Dentro del continente africano la gente migra de sur a sur. Sin embargo, en Europa gana más votos el que más alto y más veces miente con alarmantes avisos de invasión.

Miles de trabajadores mozambicanos son expulsados de Sudáfrica y cientos de zimbawuanos o guineanos son expulsados de Mozambique. La falta de unos papeles que no se dan mantiene a la gente encerrada en fronteras postcoloniales.

¿Tanto alboroto por unos pocos africanos que intentan ir a Europa? ¿Tanta hipocresía? Ahora Europa quiere fichar a todos los extranjeros. Un tal Adolfo de bigote cortito se frotaría las manos.

La verdad es una de las primeras víctimas mortales en esta era de la revolución tecnológica. Queda enterrada bajo toneladas de chismes mostrados en celofán o directamente con mentiras. Para conocer ciertos asuntos hay que empeñarse a fondo.

En Mozambique no hay tanto ruido informativo, pero hay noticias que apenas se saben. La supervivencia en el día a día ocupa los esfuerzos de un alto porcentaje de la población.

La revuelta que se vivió la semana pasada en Maputo contra la subida del transporte se cobró varios muertos. ¿Cuántos? Se habla de dos con nombre y apellido. Dicen que tres. Hay quien asegura que fueron seis. Lo cierto es que la policía utilizó fuego real y el Hospital recibió cerca de una centena de heridos de bala. El descontento por la subida de los precios se está extendiendo a otras localidades.

En un ataque de empatía, un embajador europeo presentó su pésame al gobierno mozambicano por las víctimas mortales de las inundaciones cuando aún no había muerto nadie. En estas fechas sí. Pero más que ahogados, hay víctimas por ataques de cocodrilos que ven ampliar su territorio con el desbordamiento de los ríos. El desastre está siendo en destrozos de cosechas.

Una monja española fue amenazada de muerte tiempo atrás. Había denunciado la continua desaparición de personas para utilizarlas en el tráfico de órganos. Es un secreto a voces no publicado en ningún sitio que en Mozambique desaparecen niños. Sus destinos principales son Maputo, la capital y Sudáfrica. Hace una semana la policía detuvo un camión que transportaba cuarenta criaturas en la región de Inchope. Un telón de silencio siguió ese hecho.

Pero también hay buenas noticias que no son lo "suficientemente importantes" como para que aparezcan en los medios. En uno de los países de mayor porcentaje de personas con VIH-SIDA, Sudáfrica, la venta de preservativos aumentó un 55% el año pasado. ¿Algún jerarca eclesial tiene algo que decir?

Las cosas ocurren. Aunque no haya luces ni cámaras. Aunque en los periódicos "serios" África sólo sea un anuncio de Agencia de Viajes.

lunes, 4 de febrero de 2008

“Jamás puedes olvidarte”

En España las investigaciones judiciales en curso sobre clínicas abortistas han reabierto el debate y han propiciado que algunas mujeres arrepentidas de haber abortado cuenten su testimonio. María de la Cuesta ha querido contar en ABC (27 enero 2008) la terrible experiencia que le tocó sufrir cuando con 17 años la obligaron a abortar. Hoy ha reconducido su vida, y está feliz con su hija de cuatro años, pero advierte que “jamás puedes olvidarte de que mataste a tu hijo”.


Fuente: ABCFecha: 27 Enero 2008


El periodista Domingo Pérez señala que María “responde al perfil mayoritario de las mujeres que interrumpen voluntariamente sus gestaciones: menores de edad o muy jóvenes que se quedan embarazadas y son obligadas, en contra de sus deseos, a abortar por la presión de su pareja y/o su familia y por la situación socio-económicas de su existencia”.


Se fue de casa muy joven para vivir con su novio. Cuando supo que estaba embarazada de once semanas, empezó el drama: “Yo quería tenerlo, pero mi novio, no. Que si estaba loca, que si no teníamos ni trabajo ni dinero, que si daba a luz me dejaba... Busqué ayuda en mi madre. Fui a verla. Estaba dispuesta a volver con ella pese a todas las desavenencias. Pero su respuesta fue cruel: ‘En mi casa no entras con barriga’. La presión fue intensa. El médico de cabecera se encargó de los trámites para el aborto.


“Como era menor de edad, tenía que ir acompañada de mi madre. También iba mi novio. Yo no quería entrar en la clínica. Casi me meten a rastras. No paraba de llorar. El psicólogo dijo que me dejaran a solas con él. En cuanto mi novio y mi madre se fueron le supliqué que me ayudara, que quería tener al bebé, que por favor no firmara el papel”. Tercera vez que pedía desesperadamente ayuda y tercera ocasión en la que la defraudaban.


“No paraba de llorar y entonces la enfermera me dijo: ‘No llores tanto chiquilla que sólo es una célula. No te va a doler. Son unos minutos y listo. vas a pasar enseguida’. En ese mismo instante quise salir del cuarto. Buscar a mi novio, decirle que podíamos intentar sacar a delante al crío, que no hacía falta abortar... Pero no me dejaron. me cogieron y me llevaron al quirófano.”
“El dolor te acompaña toda la vida. Lo que has hecho te pesa siempre. (...) Además, sufrí muchos efectos secundarios. No paraba de vomitar. No admitía ningún alimento. Padecí muchos dolores abdominales. Adelgacé una barbaridad. Pero todo el dolor físico no es comparable al psicológico. Cada vez que veía a una madre con su carrito, o a una mujer embarazada o a unos niños jugando en la calle me invadía una tristeza inmensa. No podía dejar de pensar en si mi hijo sería niño o niña, cómo sería su carita, sus manitas...”.


En esos momentos de hundimiento total, María tomó una determinación increíblemente audaz: “Decidí que volvería a quedarme embarazada en cuanto pasara la cuarentena”. En secreto, esperando paciente a que se agotaran esos 40 días de reposo recomendados por los médicos, se dedicó a buscar la ayuda que antes le habían negado.


A los 45 días ya se encontraba de nuevo embarazada, dispuesta a ser madre a cualquier precio (...) Esta vez contaba con un billete de tren en el bolsillo que le habían facilitada desde Madrid los de la Asociación de Víctimas de los Abortos. ‘Me ofrecieron todas las ayudas imaginables. El billete, un piso de acogida, dinero, asistencia psicológica y médica... El mismo día en que me marchaba, con la maleta ya hecha, se lo dije a mi novio. Se derrumbó. Me pidió perdón. me dijo que él pensaba que lo que habíamos hecho era lo mejor, que se había equivocado, que por favor no le dejara... Juntos rehicimos nuestra vida.”


“Me he decidido a contar mi experiencia –reconoce–, porque creo que si buscas ayuda la encuentras, pero sobre todo porque falta información. Te dan muy poca información y si la dieran, muchas mujeres no abortarían, porque no es algo ni sencillo ni indoloro.”


Beatriz Mariscal, psicóloga especialista en tratar a mujeres que han pasado por ese trance, señala que debería hablarse de “síndrome post aborto, pese a que no esté recogido en los manuales de diagnóstico. Casi todas las mujeres pasan por unas fases muy similares. Se repiten en casi todas. Sufren un estrés agudo, depresiones muy profundas. Casi siempre las mujeres precisan de tratamiento psicológico y psiquiátrico, con medicación. Básicamente padecen un proceso de duelo, acentuado por un fuerte sentimiento de culpabilidad, porque han sido ellas las que han acabado con su hijo”.

viernes, 1 de febrero de 2008

RESPUESTA VATICANA AL DRAMA DE LOS NIÑOS DEL SIDA: «EL BUEN SAMARITANO»

Entrevista al presidente de la Fundación, el cardenal Lozano Barragán

ROMA, lunes, 14 enero 2008 (ZENIT.org).- En el mundo dos millones y medio de niños afectados de Sida (el 90% se concentran en África subsahariana) esperan una respuesta que les permita vivir; la Fundación «El Buen Samaritano», con sede en el Vaticano, trabaja como promotor y puente de ayudas que necesitan con carácter permanente y urgente. Los fármacos que les dan esperanza de vida cuestan 12,5 euros al mes.

Así lo confirma su presidente, el cardenal Javier Lozano Barragán, en esta entrevista concedida a Zenit, en la que recuerda el origen de «El Buen Samaritano», constituida por el Papa Karol Wojtyla en 2004 --y confirmada por Benedicto XVI-- con personalidad jurídica pública, canónica y civil.

Su finalidad es el sostenimiento económico de los enfermos más necesitados, con particular atención a los de Sida [en todo el mundo la cifra estimada se aproxima a los 36 millones de casos]. La Fundación está confiada al Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud -la gobierna un Consejo de Administración según sus respectivos estatutos--. Preside ambas realidades el cardenal Lozano Barragán.

Alienta la labor de la Fundación el llamamiento que lanzó Benedicto XVI en vísperas de la Jornada Mundial --del pasado 1 de diciembre-- contra el Sida.

Exhortó «a todas las personas de buena voluntad a multiplicar los esfuerzos para detener la difusión del virus HIV, para contrarrestar el despacio que frecuentemente golpea a los que los afectados y para atender a los enfermos, especialmente cuando aún son niños».

--¿Cómo se gestó «El Buen Samaritano»?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: Preguntaron hace bastante tiempo a Juan Pablo II: «¿Qué está haciendo la Iglesia por los enfermos de Sida?». Entonces Juan Pablo II me dijo: «Encárguese usted de responder a ese interrogante». Existe un fondo mundial, el Fondo Global para combatir las enfermedades del Sida, la tuberculosis, la malaria; en aquella época su presidente era un católico, Thomas Thompson. Me dijo que promovían una campaña en todo el mundo, que contaban con unos 15 mil millones de dólares para resolver estos problemas, y propuso que nos ayudáramos recíprocamente. Me pareció adecuado. Dos años después -incluso se había cambiado ya de presidente-- me di cuenta de que el Fondo Global quería todo menos ayudar a la Iglesia católica.

Comprobé que el 27% de las instituciones que se dedican en todo el mundo a atender a los enfermos de Sida son católicas -con el dinero de la caridad--; el 44% pertenece a los gobiernos -instituciones financiadas con los impuestos--, el 11% a Organizaciones No Gubernamentales y un 8% a otras confesiones religiosas.

Las instituciones católicas forman, digamos, el principal «socio», pero no se quiere reconocer, entre otras cosas porque se dice que la Iglesia católica es «promotora» del Sida -una acusación banal- porque no permite el preservativo. Perdí el tiempo dos años detrás del Fondo Global. No conseguía absolutamente nada, a pesar de la buena voluntad de Thomson.

Después recibí otra propuesta: del «Leadership Fund», de parte de los EE. UU., que también se presentaba con unos 15 mil millones de dólares para ayudar a los enfermos de Sida en el mundo. Cuando acudí a Nueva York a ultimar las cosas constaté que se pretendía subordinar en cierta forma la Santa Sede a tal Fondo, no tanto para ayudar a los enfermos como para tener cierto control sobre ese 27% integrado por instituciones católicas. Fue una tergiversación de lo que se me había propuesto anteriormente. Ahí terminó todo.

Junto al cardenal Angelo Sodano, entonces secretario de Estado, me pregunté: si somos unos mil doscientos millones de católicos en el mundo, ¿por qué vamos mendigando ayudas donde no nos las quieren dar? ¿Por qué no fundamos una institución precisamente para ayudar a los enfermos de Sida más necesitados? Planteamos la idea a Juan Pablo II y la aprobó; surgió así «El Buen Samaritano» como Fundación. Y elegimos el nombre «El Buen Samaritano» porque es el que ayuda al enfermo más desprotegido, que es Cristo mismo en último término.

--¿La Fundación «El Buen Samaritano» canaliza toda la ayuda de la Iglesia por los enfermos del Sida?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: En absoluto. La Fundación «El Buen Samaritano» promueve, orienta y coordina -hasta cierto punto-- las ayudas que se dan en toda la Iglesia y que brindan diversas organizaciones. Pensemos en el caso de Mozambique, donde está trabajando la Comunidad de San Egidio; allí no entramos. Actuamos donde nadie lo hace. Por eso animamos a las organizaciones de ayuda a los enfermos de Sida; les pedimos que se activen, incluso hasta hacer inoperante «El Buen Samaritano». Y si las organizaciones cubrieran todo, sería magnífico. Nuestra función es subsidiaria. Donde las instituciones no llegan, entonces sí entra la Santa Sede con la Fundación «El Buen Samaritano».

--¿Cómo concreta la Fundación sus objetivos? ¿Cómo detecta las necesidades más apremiantes?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: Tenemos una forma peculiar para detectar las necesidades que existen en el mundo. Por un lado contamos con las estadísticas y conocemos los países que registran más enfermos de Sida y sus recursos, también de tipo gubernamental. Y así podemos dirigirnos a los países más pobres. En estos, nuestros interlocutores son los obispos, la Conferencia Episcopal. Les ofrecemos nuestra ayuda y nos confirman cuáles son las necesidades más apremiantes.

Puesto que tenemos pocos fondos, se deben administrar con mucha cautela. Cuando un obispo, por ejemplo, nos propone un caso concreto, le pedimos que se dirija al nuncio: éste debe aprobar la petición y ponerse en contacto con nosotros. Ello facilita mucho el proceso de ayuda; carecemos de burocracia. Los fondos los ingresamos en el «Instituto para las Obras de Religión», el I.O.R. [de la Santa Sede. NdR]. Los nuncios a su vez tienen sus fondos en el I.O.R. Si llega de Ghana la petición de una suma determinada, simplemente hacemos la transferencia de la cuenta de «El Buen Samaritano» a la del nuncio de Ghana. Basta con avisarle por teléfono de que se le ha enviado la suma para utilizarla en la necesidad que indicamos.

De igual forma, al carecer de una cantidad sustancial de fondos, nos dedicamos a suministrar antirretrovirales, o sea, medicinas. En alguna ocasión me han criticado diciendo que lo más importante es la prevención. Y estoy de acuerdo. Pero si, por ejemplo, encuentro a alguien muriéndose en la carretera, no le voy a leer el Código de la Circulación; lo que tengo que hacer es llevarle al hospital inmediatamente. Es lo que procuramos: atender al que está muriéndose; es la máxima prioridad. En el orden lógico, es prioritaria la prevención. En el orden real, es ayudar al que está en situación urgente. Y por eso nos centramos en los antirretrovirales. Si llegado un punto tenemos tales fondos que podemos hasta construir centros para enfermos de Sida, para los huérfanos, será estupendo; pero en este momento nuestros fondos no nos permiten llegar a esas necesidades.

--¿Qué aportaciones integran los fondos de «El Buen Samaritano»?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: La fuente es toda la Iglesia católica; solicitamos a todos los países, a todos los episcopados, a todos los fieles, que nos ayuden. Y damos los datos necesarios para hacer llegar sus donativos.

Nosotros somos un puente. De acuerdo con el precio inferior que hemos podido conseguir de un laboratorio -cuyo nombre evito, por razones comerciales--, 217 dólares estadounidenses [unos 150 euros. NdR] por paciente al año, una persona nos hace llegar determinada suma a nuestra cuenta del I.O.R. o la transferimos ahí. Cuando recibimos una petición de determinado lugar --especialmente de África--, esa cantidad la enviamos para cubrir la necesidad específica a través del nuncio; la ayuda se convierte inmediatamente en medicina. El laboratorio del que hablé tienen filiales en muchísimas partes del mundo y el compromiso de darnos el tratamiento por paciente y año. En el lugar de que se trate enviamos a la persona que lo requiere al laboratorio designado o al punto farmacéutico correspondiente. Pedimos a los beneficiados el recibo y comprobamos el uso adecuado de los fondos.

--En líneas generales, ¿en qué se traducen los antirretrovirales para el enfermo?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: En la prolongación de la vida. El nuncio en Ghana nos hablaba hace unos meses de un pequeño hospital donde había cincuenta muertos al mes; después de la ayuda de «El Buen Samaritano» con los antirretrovirales se registran solamente dos decesos al mes. Se potencian las defensas del organismo y se gana vida hasta donde el avance de la medicina lo permite.

--En lugar de una Jornada o de una Campaña especial de recogida de donativos, «El Buen Samaritano» sencillamente aprovecha el tiempo de Adviento y de Navidad para una sensibilización. Este año ha alertado especialmente del caso de los niños: ¿son los grandes olvidados del drama del Sida?

--Cardenal Javier Lozano Barragán: Nos estamos fijando en los enfermos de Sida más necesitados, y los más necesitados son los niños. Es tremenda la tragedia de los pequeños huérfanos o ya afectados por el Sida. Recientemente en Uganda, en Kilongo, en la frontera con Sudán, me reuní con una cantidad enorme de personas enfermas de Sida. El superior de la misión del hospital de Kilongo me presentó a cincuenta niños --todos de menos de diez años de edad, todos huérfanos del Sida-- para que les hablara, para infundirles confianza, para enviarles nosotros los medicamentos y que así puedan ir a la escuela y llevar una vida más o menos normal.

El problema de los huérfanos es horrible: los jóvenes padres de estas nuevas generaciones han muerto; ahora los niños pasan a la casa de los abuelos, y estos no tienen capacidad física ni emocional para mantenerlos en todas sus necesidades. No es raro encontrar en una familia diez o quince niños por lo menos. Y los abuelos renuncian a ocuparse más que de dos o tres. «¿Y los demás qué hacen?», pregunté; «¿a la selva?». Pues sí: como los animalitos, y ya se verá qué les sucede.

Estamos ante una tragedia inminente: hay cerca de dos millones y medio de niños huérfanos y afectados de Sida en África en este momento.

Los donativos que recibimos proceden de católicos; también se suman personas de buena voluntad. Tampoco nosotros preguntamos a un enfermo cuál es su credo para ayudarle.
No se trata de campañas con un plazo determinado. Igual que, desgraciadamente, no hay una fecha para contagiarse de Sida, tampoco hay una fecha para recibir ayudas. El contagio es crónico, permanente. Así que la ayuda también debería ser crónica, permanente.

Por Marta Lago