Leo en un periódico de tirada nacional en su edición de Madrid: “Un espeluznante suceso estremeció ayer a los vecinos del número 28 de la calle del Parque de la Paloma, situada en el barrio de Orcasitas (Usera)…Los agentes buscaron por el interior del inmueble y hallaron, dentro del armario situado bajo el lavabo, en el cuarto de baño, el cadáver de un recién nacido, según explicaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía.”
http://www.abc.es/20070412/madrid-madrid/hallan-cadaver-recien-nacido_200704120300.html
Sí, un suceso espeluznante. Tan espeluznante como los restos de niños abortados y despedazados que encontraron entre la basura de la “clínica” abortista Isadora de Madrid. Tan espeluznante como la soledad de las doscientas madres que cada día acuden a estas “clínicas” para deshacerse de sus hijos porque no encuentran otra ayuda por parte de las administraciones: matarlos.
Ojalá los políticos y los que somos la opinión pública tuviéramos la suficiente sensibilidad como para ponernos en la piel, no ya de los bebés, que los pobres están tan indefensos que no se enteran de nada hasta el momento de su ejecución (que eso sí que lo sufren), sino para ponernos en la piel de las madres, que sufren tanto por ellas mismas como por sus hijos, porque se ven tan inermes, tan abandonadas que no encuentran posibilidad de elección, no encuentran posibilidad de salvación para sus hijos. Y luego nos llevamos las manos a la cabeza porque nos encontramos con “Un espeluznante suceso estremeció ayer a los vecinos…”(sic)
Miguel Ángel García Sánchez-Colomer
http://www.abc.es/20070412/madrid-madrid/hallan-cadaver-recien-nacido_200704120300.html
Sí, un suceso espeluznante. Tan espeluznante como los restos de niños abortados y despedazados que encontraron entre la basura de la “clínica” abortista Isadora de Madrid. Tan espeluznante como la soledad de las doscientas madres que cada día acuden a estas “clínicas” para deshacerse de sus hijos porque no encuentran otra ayuda por parte de las administraciones: matarlos.
Ojalá los políticos y los que somos la opinión pública tuviéramos la suficiente sensibilidad como para ponernos en la piel, no ya de los bebés, que los pobres están tan indefensos que no se enteran de nada hasta el momento de su ejecución (que eso sí que lo sufren), sino para ponernos en la piel de las madres, que sufren tanto por ellas mismas como por sus hijos, porque se ven tan inermes, tan abandonadas que no encuentran posibilidad de elección, no encuentran posibilidad de salvación para sus hijos. Y luego nos llevamos las manos a la cabeza porque nos encontramos con “Un espeluznante suceso estremeció ayer a los vecinos…”(sic)
Miguel Ángel García Sánchez-Colomer
No hay comentarios:
Publicar un comentario